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sábado, febrero 16, 2013

Tombuctú bien vale una guerra... o no

Balian: ¿Cuánto vale Jerusalen?
Saladino: Nada... (Señalando a Balian y los cristianos) Todo... (Señalándose a sí mismo)


El reino de los cielos –Ridley Scott-


La siguiente foto fue publicada hace un par de semanas en los periódicos, esta hecha en el conflicto de Mali por el fotógrafo Issouf Sanogo, y en ella se aprecia en un primer plano la figura de un soldado francés que se ha cubierto la cara con un fular y unas gafas para evitar tragar arena; el fular tiene dibujado una calavera y este fue de hecho el origen de la polémica que luego se generó tanto en la sociedad francesa como en los altos mandos del ejército galo.

Soldado

Confieso que cuando vi por primera vez esta fotografía me fascinó, por la pose intimidante del soldado, blandiendo lo que parece un fusil de asalto, y con la calavera en el rostro –a mí que siempre me ha agradado el tema de las calaveras-. Luego leí la noticia y entendí un poco los argumentos del ejército francés y el por qué inmediatamente desautorizó ese tipo de fulares, bajo el pretexto de que vestidos así, los franceses en vez de parecer los libertadores de Mali, parecían pertenecer al ejército de “los malos”, y los yihadistas podían utilizar este tipo de fotos como propaganda al identificar a los soldados franceses como soldados al servicio de la muerte.

Aquí es cuando ya me puse a dudar. Una guerra es una guerra y sabemos que hay siempre muertos y sufrimiento. ¿Puede ser esta realmente profiláctica? ¿Puede tener sentido ocultar ciertas fotografías que puedan crear un cierto impacto en el mundo occidental? ¿Ojos que no ven corazón que no siente? Dicen que la guerra de Vietnam la perdieron los EEUU cuando comenzaron a salir por la televisión las imágenes de los ataúdes saliendo de los aviones de vuelta a casa. Sadam Hussein intentó varias veces utilizar los cadáveres de niños de supuestas víctimas colaterales (los cadáveres desde luego existían), como medio para intentar frenar los bombardeos del ejército americano sobre objetivos irakíes.

¿No tiene algo de obsceno el razonamiento en sí de que permitamos los daños de las guerras mientras no nos los muestren? ¿Pero podemos acaso quedarnos de brazos cruzados cuando una población se ve amenazada por alguna facción rebelde o un despiadado dictador?

Hace unos días Tombuctú fue liberada de las fuerzas yihadistas por las tropas francesas, cuando los yihadistas se retiraron de la ciudad ante el avance de los franceses, y yo me alegré por ello pensando también que la biblioteca de Tombuctú (en la que se guardan muchos de los manuscritos de los moros que fueron expulsados de la península en 1492) se había mayoritariamente salvado. Luego recapacité y me planteé si valía más la pena de cualquier manuscrito a la de cualquier persona que muriese por el conflicto, y ahí me vine abajo, cuando empecé a dudar hasta que punto vale la pena cualquier guerra, y si debemos seguir interviniendo sobre conflictos ajenos a nuestras fronteras.

Confieso que la respuesta me viene un poco grande, y prefiero que ello lo decidan nuestros gobernantes cuando ellos lo vean necesario. A esto me refería hace unos días cuando comentaba la obra de teatro que fui a ver tenía demasiados claroscuros, para mí es mucho más fácil vivir mi día a día cotidiano, sin plantearme demasiado lo que ocurre de puertas a fuera, porque me muestro incapaz de dar respuestas contundentes a este tipo de conflictos donde se entrelazan demasiados intereses y demasiado sufrimiento.

Hay unos artículos que circulan por la red de un tal Chris Hedges que denuncia que los EEUU recurra a la tortura de sus prisioneros, que me parecen muy interesantes, y es quizás en estos puntos en los que sí que sé que estoy de acuerdo. Entiendo que tal como está el mundo a veces es necesario que entremos en guerra, entiendo que estas guerras producen daños colaterales cuyas fotografías sé que no me van a gustar, pero lo que no puedo entender es que por ejemplo se recurran a torturas de prisioneros para intentar ganar una guerra, o que se permitan prácticas como las de Abu Ghraib o Guantánamo. Pero, ¿dónde está exactamente la línea que creo que no se debe cruzar? Chi lo sa.

Y para distender un poco la sensación de seriedad que tengo con este post, algo que siempre funciona: mujeres y armas moviéndose al ritmo de una buena canción:

Charli XCX - You (Ha Ha Ha)

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2 Comments:

Blogger Orion said...

Me parece increíble que se genere una polémica por el simple hecho de que un soldado use ese tipo de fular. Un soldado, tanto si emplea un fular de calavera como de Bob Esponja, es un soldado, es decir, alguien entrenado para combatir al enemigo y obedecer las ordenes de sus superiores, sin cuestionar o poner en tela de juicio dichas órdenes. Un ejército que hoy puede ayudar a "liberar" a un pueblo del tirano que lo oprime, al día siguiente puede masacrarlo por intereses económicos, que los gobiernos camuflan con ideologías de cualquier índole para justificar dicha masacre.
Los altos mandos de cualquier ejército deberían preocuparse de que no se violen los derechos humanos durante una guerra, y de que no se cometan violaciones, torturas, maltratos, tanto a militares como a población civil. Considero que es un ejercicio de hipocresía y una estupidez el hecho de darle tanta importancia a los complementos que un soldado pueda ponerse para salir más guapo en una foto.

11:51 p. m.  
Blogger Vigo said...

Bueno eso mismo pienso yo. Los soldados siempre se han caracterizado por intentar asustar a sus enemigos, por lo del fular de la calavera no deja de ser un típico atuendo de guerra más.
Sin embargo creo que la hipocresía alcanza a todos los estamentos y a todas las personas. Quiero decir que somos nosotros mismos los que a veces aceptamos ciertas guerras, pero luego nos sentimos mal cuando vemos las imágenes de algún niño mutilado por las bombas. Por lo que las guerras deberían ser siempre el último recurso, y sabiendo y aceptando que llegado a ese punto vamos a tener que ver víctimas colaterales.
Dicen que la guerra de Vietnam EEUU la perdió cuando los americanos comenzaron a ver imágenes de los ataúdes llegando a los aeropuertos americanos. Pero creo que si no aceptamos que se puedan dar ese tipo de imágenes significa que quizás no deberíamoa haber entrado en tal o cual guerra.

En las guerras al final casi todo vale, y deberíamos de estar preparados para ver imágenes que nos gustarán más o menos. Pero hay cosas que sí que están en nuestra mano y es por ejemplo la de evitar que los prisioneros sean torturados.

Puede sonar para algunos extraño, por no creo que valga demasiado la pena ganar una guerra cuando se ha llegado al momento en que ya no importa torturar a los prisioneros. Si entramos en alguna guerra, creo que debe ser con la bandera de luchar por los derechos humanos de las personas.

12:37 p. m.  

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