Kaddish por mis palabras
Interrumpimos el hundimiento para exponer brevemente algún punto de mi agenda mental. En mis malos sueños me veía como una bola que era empujada por las demás bolas. En mis buenos sueños me veía quitando el punto de apoyo de Arquímedes, para que el mundo dejara de rotar. ¿Oyeron hablar del día de Josué? El dia en que la Tierra dejó de rotar… Me decía el Arcipreste que a los quince años se creía un outsider, y que luego dejó de ser ingenuo. No hay dudas, yo soy como esas setas que nacen en los lugares más insospechados y pese a las condiciones climáticas se empeñan por seguir ahí. Todo crece o muere, yo en cambio permanezco. En los tiempos de ahora ya no quedan outsiders, pero aún quedan setas. Aunque los Psilocybes no sean del todo setas es un buen guía para los viajes (experimento una especie de embarazo psicológico, no crean que mis golpes de ciego dan pautas de mi vida). En mis sueños, perdí a Virgilio y caí en los brazos de Beatriz. ¿O fue Beatriz la que me empujó desde una nube y me hizo caer en los infiernos?
En mis noches dejé de soñar; en mi vida aún sueño. Todo a mi alrededor se desvanece, el mundo se deshumaniza y cada vez hay más bolas rodando a mi alrededor. Tal vez sea el momento de tomar medidas. No cabe duda que estas palabras tienen poco de exquisitas y sí mucho de cadavéricas, pues comienzan a pudrirse, y las moscas se arremolinan como acentos sobre ellas. Se me ocurre poner algo de Allen Gingsberg por su vida en los márgenes, por sus huidas a Tanger, y por los ángeles caidos del cielo que brindan en los infiernos con LSD. Y cada vez en esta sociedad nos sentimos más solos.
En mis noches dejé de soñar; en mi vida aún sueño. Todo a mi alrededor se desvanece, el mundo se deshumaniza y cada vez hay más bolas rodando a mi alrededor. Tal vez sea el momento de tomar medidas. No cabe duda que estas palabras tienen poco de exquisitas y sí mucho de cadavéricas, pues comienzan a pudrirse, y las moscas se arremolinan como acentos sobre ellas. Se me ocurre poner algo de Allen Gingsberg por su vida en los márgenes, por sus huidas a Tanger, y por los ángeles caidos del cielo que brindan en los infiernos con LSD. Y cada vez en esta sociedad nos sentimos más solos.
FLASH DE LOS AÑOS TREINTA EN MANHATTAN
Largas calles de piedra inanimadas, repetitivo Choque
de máquinas cortando galletas
filas de dinamos de réplicas sin alma
Similitudes recomiéndose
como tanques en Almacenes del Ejército
Exactamente iguales, exactamente iguales, exactamente
iguales, sin más propósito que ser sombrías
y aplastante fuerza la de la obsesión de los robots, nuestros
esclavos no están vivos
y nos convertimos en su imagen y semejanza mientras
nos rodean - las largas calles de piedra inanimadas,
multitudes de secretarios ejecutivos saliendo del metro
8:30 AM
Flujo sanguíneo en células a través de las arterias ascensor
y las glándulas de las escaleras hacia una consciencia
de máquina de escribir.
La cabeza de reloj del rascacielos con Ed brilla iluminada
por el sol de la tarde.
Etiquetas: Literatura, Personal
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