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Pequeños retales de literatura

lunes, noviembre 06, 2006

Al que le guste el durazno que se banque la pelusa

Existe un motivo, una causa primigenia que desencadena, ¿Cómo podría ser sino que entre tanta entropía sacáramos algo en claro? Se trata de desbrozar con el machete de nuestros pensamientos todo aquello que es superfluo, e ir dándole a la manecilla hasta que la bobina recupera toda la película. Para la mayoría la vida es una especie de jamais vu pero hoy nos hemos levantado con la pata torcida por los efectos resacosos del día anterior. Un cruel determinismo que aflora por nuestros poros y obliga a caer en la amarga ley de las causas y los efectos (dura lex sed lex). Somos parte de la cadena, y somos precisamente uno de esos eslabones débiles que siempre se acaban rompiendo. Pero esto no hace más que hacer más humana nuestra sensación de haber vivido ya estos momentos.
Sostiene Pereira (Ay, como me encanta este pequeño chiste), que la autoridad podría ser la tabla de salvación. Pero no olvidemos que a Pereira le antecede su fama antes de escalar sus ocho mil. Su seguridad son años de regodeo, y no hay pruebas concluyentes para darle la razón (Amigo, estoy jugando, no se me malinterprete. Hoy me apetece tener mi propio corpus hermeticus).
El otro día dos patos y una pata -parece el comienzo de una adivinanza- emigraron rumbo Atenas siguiendo la estela que marca el meridiano. El frio comenzaba a calar en los huesos (¿admitimos pulpo como metáfora no usada?) y los patos que aún restaban en la charca, llevaban una época quejándose tal Salinger a la búsqueda de sus preciadas naranjas californianas. De momento no hay peleas, y si las hay son con sonrisas. R. f. pensaba que yo era informático… es curioso después de tanto tiempo y aún no sé si me ve con calzones rojos o con las gafas de Clark Kent. Las dos opciones las veo igual de ridículas, pero es que r.f. es demasiado inteligente para dejarse asombrar.
Por otro lado mientras unos emigran otros inmigran (ja!) Miss uva de la ira, mi naranja entera, o mi durazno antipelusa... (Lo ven tengo suficientes recursos para ir desde meapilas hasta abrazafarolas sin pasar por la casilla de salida). Retorno... Porque pronto tendremos que enfrentarnos, aunque esta palabra ambos la detestemos. ¿Ambos sabremos encontrar sonrisas? Deberíamos… la gente muere… y hoy no estoy para escuchar mis pequeñeces.

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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

muy críptico, indeed.
el j.

12:19 p. m.  
Blogger Enttropia said...

Entre casualidad y causalidad, ¿con qual quedarse? Lo único seguro es que incluso en un mundo eminentemente entrópico puede haber un orden. Todo es cuestión de necesitarlo y encontrarlo.

4:14 p. m.  
Blogger Vigo said...

Bueno, Johnny creo que en el Pato he leido aún cosas más crípticas.
Y yo siempre defendí que iba allá a aprender.
En serio, ese Hotel de la Meridiana resultó acogedor... Aunque supongo que usted y Fludd, sus parejas, y esas seis bocas correteando deberían ser también todo un espectáculo.

5:28 a. m.  
Blogger Vigo said...

Enttropia, si todas las investigaciones van en ese sentido, aunque el primer principio de la termodinámica declare el caos entrópico, según parece existen momentos que hay un alto gasto energétioco para conseguir un estado de equilibrio de bajo consumo energético. Y la vida salió de ahí... de una agrupación de moléculas que comenzó a ser especialmente compleja.

5:33 a. m.  

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