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Pequeños retales de literatura

domingo, noviembre 12, 2006

Lugares abandonados

Algunos recordarán con nostalgia la novela de Richard Matheson Soy leyenda, pero la mayoría recordará especialmente la película a la que ésta dio pie; ésa en la que salía Charlton Heston en una especie de escenario apocalíptico. El argumento es sencillo, el científico Robert Neville representa ser el último hombre que queda sobre la Tierra que no está afectado por una extraña enfermedad que deja ciegos a los que la padecen. Atrincherado en su casa, se enfrenta a una especie de secta de hombres mutados incapaces de soportar la luz, y que pretenden acabar con la tecnología porque la consideran causante de todos los males.
Debe ser extraño esa soledad de ser el último. Otro caso impactante y quizás más cercano es el que ofrece el escritor Julio Llamazares en su terrible novela La lluvia amarilla (no quieran ver más de lo que hay, que ya es suficiente). En esta novela se explica la vida cotidiana del último habitante de Ainielle, un pueblo situado en el pirineo oscense; un pueblo que en otros tiempos estuvo lleno de vida, y que sin embargo los jóvenes se fueron yendo, y los mayores se fueron muriendo.
Así en un triste monólogo el narrador nos sumerge en un mundo solitario de un pueblo fantasma donde el protagonista lucha por encontrar unas rutinas que le alejen de una locura que anida en la soledad. Y sabe que un dia vendran unos desconocidos a ese pueblo, buscando las extrañas emociones que emanan cuando uno visita a un pueblo abandonado. Y entrarán en las casas, hasta que por casualidad encontrarán la suya; y con sorpresa encontrarán su cadáver sobre una de las camas.
Desde mis infiernos, no temo ser la persona que vive en soledad, ésta siempre me fue fiel y hasta buena compañera. Pero no quiero ser el pueblo abandonado. Entiéndanme, no se puede vivir nunca del pasado. Es demasiado triste convertirse en eso, en un pueblo abandonado sin esperanzas de futuro (“que me entierre el olvido” decía Maná en una de sus canciones).
Y si no miren estos links que les ofrezco y comprueben como se les encoge al menos un poquito el corazón. ¿O es que tienen piedras en los corazones?

-Estaciones abandonadas en el metro de Londres

- La estación fantasma del metro de Madrid que queda entre las paradas de Bilbao e Iglesia. Cuando hagan el trayecto miren por la ventanita y tal vez encuentren en el anden la mirada gris de algun viajero intemporal. Una historia con la que podrán luego asustar a los más pequeños.

- Otra de estaciones abandonadas. En el pirineo oscense tenemos el edificio modernista de la estación de Canfranc, que pretendía ser el nexo entre Francia y España y que por problemas con el ancho de vía, hoy sólo recibe la visita turistas curiosos.

Y aquí un curioso link que hace un listado de los pueblos abandonados de nuestra España rural.

Pero ahora vamos a complicarlo mucho más:


- Tenemos aquí fotos de una abandonada base de submarinos rusos. La guerra fría terminó y el ejercito ruso no pasa por sus mejores momentos.

- Y aquí su contrapunto: una base militar en Alaska construida para detectar aviones soviéticos. (El ejercito alega que hacía mucho frío).

- Fotos de Disgreceland, un parque temático chino que pretendía ser un Disneyworld chino y se convirtió en un enorme Bluff

- Más fotos, esta vez de un parque de atracciones también chino. Lo que demuestra que a los chinos les cuesta divertirse.

- Gunkanjima, una isla japonesa cuyos habitantes vivían mayoritariamente de las minas de carbón. En 1974 se cerraron las minas y los habitantes abandonaron la ciudad. Lo increible es que en muchos casos dejaron sus pertenencias como si hubieran tenido que huir apresurados. Un caso sin duda para Iker Jiménez.
Otro dia hablo de casos como el de Belchite o la croata Vukovar, donde los pueblos quedan reducidos a escombros por casos crónicos de estupidez humana.

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4 Comments:

Blogger Eva Paris said...

A mí "La lluvia amarilla" me impresionó gratamente, aún recuerdo la sensación de soledad inmensa que me trasmitía leyéndolo cada noche. Y si un libro deja una sensación en tu interior que no sea la indiferencia (y pronto el olvido), algo o mucho de bueno tiene...
Saludos!

4:45 p. m.  
Blogger Vigo said...

Es curioso, conocía a una Eva París, pero no creo que seas tú. Si me dices que no eres de Barcelona todo quedará en una casualidad. Si en cambio eres de Barcelona las casualidades aumentarán, y tal vez desencadenemos un proceso asintótico en el que se fundan las dos Evas Paris.
Mejor me callo... La lluvia amarilla, sí, un gran libro.

2:07 a. m.  
Blogger Eva Paris said...

Hola! Un poco tarde... No, no soy de Baercelona. Lo de Paris (sin acento) es por el mito...
Saludos!

9:53 p. m.  
Blogger Vigo said...

Bueno... no pasa nada... Eva Paris desde no Barcelona, precisamente me estoy remontando hasta estas fechas para contestar algunos mensajes.

7:49 a. m.  

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