La Librería

Pequeños retales de literatura

lunes, enero 16, 2006

La caputxeta vermella 2.0

Y resultó que el lobo se cruzó con caperucita bajo la lluvia, y mientras a ella las gotas de agua le caían por su caperuza negra, él le enseñó las fauces. Luego ella haciéndose la ofendida, le dijo al lobo que era peligroso, pero mientras le acusaba su boca ensayaba una sonrisa y él era de suponer que sintiéndose tan poderoso también sonreía, una sonrisa que se transformó rápidamente en mordisco al buscar su boca el nacimiento de su cuello blanco. Calmada su sed, el lobo le dijo no más mentiras mientras la miraba fijamente y acercando el hocico a la oreja, le murmuró suavemente: “Que ojos más grandes tienes”.

Y aquí van tres versiones más sobre el cuento. Espero que les hagan reír, al menos, lo que a mí.

1. Versión. El lobo calumniado
Lief Fearn. Los juicios justos justos y el derecho de los acusados a ser escuchados.

El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y lo cuidaba, intentando mantenerlo limpio y arreglado. Entonces una mañana soleada, mientras yo estaba recogiendo basura dejada por algún excursionista, oí unos pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi una muchacha más bien fea que venía por el camino con un cesto. La niña me pareció sospechosa por la forma tan curiosa en que iba vestida, todo de rojo y con la cabeza cubierta por una capucha, como si no quisiera que nadie supiese quién era. Naturalmente, la detuve para averiguar algo. Le pregunté quién era, adónde iba, de dónde venía y todo eso. Me contó, cantando y bailando, una historia sobre su abuela, a la que, según dijo, iba a ver con un cesto de comida. En principio parecía una persona honrada, pero estaba en mi bosque y la verdad es que tenía un aspecto sospechoso con su extraño atuendo; así que decidí enseñarle lo serio que es cruzar el bosque haciendo cabriolas, disfrazada y sin avisar previamente.
Dejé a la niña seguir su camino, pero yo corrí a casa de la abuela. Cuando le expliqué mi problema, la buena señora convino en que su nieta necesitaba una lección. Estuvo de acuerdo en esconderse hasta que yo la llamase, y se metió debajo de la cama. Cuando la niña llegó, la invité a pasar al dormitorio, donde yo estaba acostado y vestido como la abuela. Ella entró, toda sonrosada, y dijo algo desagradable sobre mis grandes orejas. Como ya me han insultado otras veces así, lo tomé lo mejor que puede, y le dije que mis grandes orejas me ayudaban a oír mejor. Lo que quería decirle es que la apreciaba y quería prestar mucha atención a lo que estaba diciendo; pero a continuación me dirige otra burla sobre mis ojos saltones. Pueden hacerse una idea de cómo estaba empezando a ponerme la niñita, en apariencia tan educadita paro luego tan desagradable. De todas formas seguí con mi política de poner la otra mejilla y le dije que mis grandes ojos servían para verla mejor. Pero su siguiente insulto de verdad que me llegó al alma. Ya saben el problema que tengo con mis dientes salidos; bueno, pues la niña me soltó una broma muy insultante sobre ellos. Sé que debería haberme controlado, pero lo cierto es que salté de la cama y le gruñí diciendo que mis dientes me servirían para comerla mejor.
Bueno, hablando en serio, todo el mundo sabe que ningún lobo se comería jamás a ninguna niñita, pero la muy estúpida se puso a correr por toda la casa chillando, y yo detrás para tranquilizarla. Me había quitado ya las ropas de la abuela, pero esto sólo empeoró las cosas. Y de pronto la puerta se derrumbó con estrépito y apareció un enorme leñador con su hacha. Le miré y me di cuenta de que me había metido en un buen lío, de forma que salté por la ventana que estaba abierta. Ojalá la cosa hubiera terminado así. Pero la tiparraca de la abuela nunca contó la otra versión de la historia, y enseguida se corrió la voz de que soy un tipo malo y agresivo. Todos empezaron a evitarme. No sé qué habrá sido de la niñita con su estrambótica caperuza roja, lo que sí sé es que yo no he vuelto a vivir feliz después de encontrarme con ella.

2.Versión. Este texto está copiado de el blog de Marcelain, no doy explicaciones, supongo que enseguida la entenderán....
Bai tacirupeca por el quebos,
- "laratra, laratra...", cuando de topron un bolo, un bolo que blaha.
-"¿Dedon vas tacirupeca?" jodi el bolo
-"A saca de mi talibuea" jodi tacirupeca
- "¿a saca de tu talibuea?"
-"is, is, a varlle un torrija de elmi y un soque"
- Is vas por see nomica rásgalle tesan - tiómin el bolo
Docuan en dadliare le bataes dociendi el nomica más golar a la saca de su talibuea. El bolo fue a saca de la talibuea, mólla a la tapuer y docuan brióa se la mióco. Fue dorrienco al riomaar y se sopu un sónmica de la brepo talibuea y se tióme en la maca a rarpees a tacirupeca.
Al garlle tacirupeca a saca de su talibuea mólla a la tapuer y el bolo dogienfin la voz de la talibuea le jodi - sapa, sapa, tacirupeca, que toyes talima, ven a cerha añípacom a la maca.
Docuan gólle tacirupeca al dola de la talibuea le jodi- ¡que joso tan desgran nestie! – móclaex tacirupeca- son rapa tever jorme – jodi el bolo dotives de talibuea- ¡aaah!, y talibue, talibuea, ¡qué rizna tan degran nestie...! – jodi tacirupeca- si, es rapa telero jorme – jodi el bolo- ¡aaah!, y talibuea, talibuea, que tesdien más desgran nestiey dotansal de la maca le tógri el bolo - ¡es rapa temerco jorme!Tacirupeca se fue dorrienco y dotangri y un dorzaca que bataes por hía cacer yóo los tosgri, tróen en la saca y tóma al bolo. Le ronbriea la garriba y roncasa a la talibuea nasa y vasal... ¡Y ronfue muy ceslife y ronmieco cesdiper!

3.Versión de Jordi Cebrián en sus cuentos de Cien Palabras

Caperucita Roja
Caperucita despertó y se giró hacia el lobo, que aun dormía, frotándose contra su pecho fuerte y peludo. Con manos tiernas y suaves le acarició. El lobo abrió los ojos y apresó su cuerpo pequeño con las garras, mientras acercaba las cálidas fauces hacia ella. Lamió su rostro, y devolvió sus caricias, pero ambos sabían que no podían demorarse dejándose llevar.
- ¿Crees que aun nos siguen? - le preguntó ella.- No lo dudes. Nos seguirán hasta matarme, y tu madre y tu abuela harán de ti una mujer de provecho.
Ella miró sus ojos amarillos y le besó.

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4 Comments:

Blogger Palimp said...

El que más me gusta es el de Cebrián. Tiene algún cuento en su blog que es de quitarse el sombrero.

3:39 p. m.  
Blogger sfer said...

Si queréis otra versión, acercaos a alguna librería y preguntad por "Boca de lobo", de Fabian Negrín (también en catalán: "Gola de llop"). No sé qué me gusta más, si la historia o las ilustraciones...

6:52 p. m.  
Blogger Vigo said...

palimp, y no sólo por la calidad de esos cuentos, a mí lo que me maravilla es que arme los cuentos buscando siempre las cien palabras. Yo creo que podría hacer unos cuantos, pero ni mucho menos al ritmo que el los publica.
Sfer, gracias por el apunte, seguramente seguiré en breve el tema de la caperucita. Que yo recuerde... ilustraciones-Caperucita... sin duda habría que nombrar los omnipresentes grabados de Doré.

4:12 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ma gusta mucho, a demás, si te lo aprendes y se lo dices a alguien que no lo sepa se queda sorprendido...

10:05 p. m.  

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