Roberto Bolaño y los zombies
No me negarán que el título no despierta ya de por sí una cierta curiosidad, eh? (Aclaro que siempre me ha gustado más el término zombies respecto al recomendado por la RAE zombis) Bueno, seguramente algunos de los que lean esto ya saben que el nexo del que voy a hablar es el relato de El hijo del coronel, editado póstumamente en el libro de El secreto del mal, volumen compuesto con textos que se encontraron en los archivos del ordenador de Bolaño tras su muerte, y recopilados por Ignacio Echevarría.
El libro presenta sus altos y bajos, por un lado cualquier aficionado de Bolaño tiene siempre interés por cualquier texto nuevo del autor, pero por otro lado, sucede lo mismo que comenté hace un par de posts con los cuentos de David Foster Wallace, que la mayoría me parecen inacabados, como si Bolaño solo se hubiera molestado en escribir el comienzo de un texto que quisiera desarrollar en un futuro y que por desgracia nunca llegó a tener.
Pero para no extenderme demasiado, voy directamente al relato de El hijo del coronel. El relato comienza con una afirmación que suena a broma; Bolaño hace hablar al narrador en primera persona, y nos cuenta que a altas horas de la madrugada comenzó a ver una película de serie B de la que no recuerda su nombre, pero en la que se vio totalmente reflejado (“una película que era mi biografía o mi autobiografía o un resumen de mis días en el puto planeta Tierra”), para comenzar luego a contar una delirante película en la que aparece un chico que tiene una novia zombie, y que ambos son perseguidos tanto por el ejército como por una banda de delincuentes mexicanos, que también acabarán convertidos en zombies.
La película de la que habla Bolaño, como bien explica Javier Avilés en su blog, es la de Return of the Living Dead III (aquí estrenada con el título de Mortal Zombie del director Brian Yuzna, de la que copio el siguiente argumento de su ficha.
El Coronel Reynolds y su equipo de científicos del gobierno trabajan en la reanimación de cadáveres para usos militares, mediante la utilización del gas trioxin. Su hijo Curt y su novia Julie usan los pases de seguridad de su padre para escabullirse dentro del laboratorio y observar el procedimiento. Más tarde padre e hijo tienen una pelea y Curt y Julie se marchan en moto pero desafortunadamente sufren un accidente y Julie resulta muerta. Golpeado por la tristeza Curt lleva su cuerpo al laboratorio para tratar de devolverle la vida.
Por mi parte desconocía la existencia de esta trilogía aunque soy aficionado al género zombie, así que en seguida me he apresurado a darle un vistazo, porque lo curioso de está película es que tiene un alto grado de romanticismo, que hace que algunos la definan como una especie de Romeo y Julieta zombie. Además hay escenas que no se olvidan fácilmente, como cuando la chica zombie –verdadera protagonista de la película descubre que automutilándose consigue mitigar el hambre que siente por comer carne humana, por lo que empieza a hacerse piercings por todo el cuerpo, lo que hace que la visión de la joven zombie, parezca salida del mismísimo infierno de Hellraiser, pero que a la vez nos despierte un extraño fetichismo semejante al que nos produce el visionado de algunas escenas de el Crash de Cronenberg.
Hay otra cuestión con la que acostumbro a debatir con mis amigos que trata sobre las distintas versiones sobre la construcción del mito de los zombies. ¿Pueden correr o no pueden? ¿Por qué se han vuelto zombies los zombies? ¿Son inteligentes o no? ¿Temen al fuego o no? En esta película quedan plasmadas varias ideas bastante interesantes, como la teoría de que los zombies atacan especialmente los cerebros humanos para mitigar el continuo deterioro de su propio sistema nervioso. Indudablemente es una película que cualquier aficionado al género debería ver.
Retomando el tema de la identificación del propio Bolaño en el narrador de la historia, que a su vez se ve reflejado en el chico de la película, aparte de la broma evidente, es probable que Bolaño estuviera diciendo algo más sutil, como que los argumentos en verdad se repiten a lo largo de la historia con independencia de los decorados en donde se producen. En el fondo el argumento de esta película no deja de ser una huida por amor entre un chico y una chica profundamente enamorados, cuyo padre que no les da el beneplácito y está dispuesto inicialmente a hacer todo lo posible por romper esta relación. Aunque al final hijo y padre encontrarán un punto de comprensión. Quizás algo que si que fue semejante a algún episodio en la vida de Roberto Bolaño.
La revista Granta dedicó en el pasado número de otoño un número dedicado al horror, y en ella varios artistas han creado una espectacular animación gráfica basada en el texto de Bolaño.
La animación se puede ver en la siguiente web: Nothingbutamovie.com.
Created by Jocabola, Owen Freeman, David Bonas and Sorgerune.
Copio por último un fragmento del relato de El hijo del coronel, de Roberto Bolaño, para que se hagan una pequeña idea:
“Y mientras el hijo del coronel da esquinazo a la policía, Julie procede a comerse el pecho del dependiente. Cuando el joven Reynolds, con una sonrisa radiante, le dice a Julie que la poli ya no los sigue, ésta, a cuatro patas, como si fuera un tigre o estuviera haciendo el amor, sólo exhala un suspiro de satisfacción pues su hambre, momentáneamente, como no tardaremos en comprobar, está saciada. El hijo del coronel, evidentemente, sólo puede proferir un grito de espanto. Después dice: ¿Qué has hecho Julie? ¿Cómo has podido hacerlo? El tono con el que lo dice, sin embargo, nos indica claramente que está enamorado y que su chica, aunque sea caníbal, sigue siendo, por encima de todo, su chica. La respuesta de Julie es simple: Tenía hambre.”
Etiquetas: Cine, Literatura, Terror