Bush en la biblioteca
Lo cuenta desde Barcelona, Álvarez en el foro de literatura argentina, y lo recoge de Pagina/12, donde lo había contado Rodrigo Fresán, el que es posiblemente el escritor argentino con más proyección de los que viven en Barcelona. A Álvarez le pasa esto, que siempre está conformando extraños círculos de tiza.
Fresán dice que se lo contó un amigo, y yo lo recojo de Álvarez. Eso pasa con los chistes, que una cuenta lo que otro siempre le cuenta. ¿Pero quién se dedicará fabricar chistes? Supongo que los humoristas y los graciosos.
“George W. Bush entra a una biblioteca con paso decidido. Llega hasta el mostrador, chasquea sus dedos y el bibliotecario —acercándose nervioso al mostrador, sin poder creer la súbita materialización del presidente de los americanos en su lugar de trabajo— le pregunta qué desea. Bush responde con voz cálida pero al mismo tiempo segura y poderosa: “Quiero una doble hamburguesa con queso y bacon, una ración grande de papas fritas, una Coca-Cola tamaño gigante, un pastel de manzana caliente y, entre todos esos muñequitos que regalan con el menú, me quedo con el de Darth Vader”.
El bibliotecario primero no da crédito a sus ojos y después, enseguida, no da crédito a sus oídos. Superados el asombro y el desconcierto, musita: “Ah, señor presidente... Me temo que se ha confundido: esto es una biblioteca”.
Bush mira a su alrededor, contempla los estantes llenos de libros, sonríe ligeramente incómodo, y dice: “Oh, disculpas”. Y entonces, bajando la voz, casi hasta un susurro, agrega: “Quiero una doble hamburguesa con queso y bacon, una ración grande de papas fritas, una Coca-Cola tamaño gigante, un pastel de manzana caliente y, entre todos esos muñequitos...”
Fresán dice que se lo contó un amigo, y yo lo recojo de Álvarez. Eso pasa con los chistes, que una cuenta lo que otro siempre le cuenta. ¿Pero quién se dedicará fabricar chistes? Supongo que los humoristas y los graciosos.
“George W. Bush entra a una biblioteca con paso decidido. Llega hasta el mostrador, chasquea sus dedos y el bibliotecario —acercándose nervioso al mostrador, sin poder creer la súbita materialización del presidente de los americanos en su lugar de trabajo— le pregunta qué desea. Bush responde con voz cálida pero al mismo tiempo segura y poderosa: “Quiero una doble hamburguesa con queso y bacon, una ración grande de papas fritas, una Coca-Cola tamaño gigante, un pastel de manzana caliente y, entre todos esos muñequitos que regalan con el menú, me quedo con el de Darth Vader”.
El bibliotecario primero no da crédito a sus ojos y después, enseguida, no da crédito a sus oídos. Superados el asombro y el desconcierto, musita: “Ah, señor presidente... Me temo que se ha confundido: esto es una biblioteca”.
Bush mira a su alrededor, contempla los estantes llenos de libros, sonríe ligeramente incómodo, y dice: “Oh, disculpas”. Y entonces, bajando la voz, casi hasta un susurro, agrega: “Quiero una doble hamburguesa con queso y bacon, una ración grande de papas fritas, una Coca-Cola tamaño gigante, un pastel de manzana caliente y, entre todos esos muñequitos...”
Etiquetas: Humor, Literatura
3 Comments:
Jejejejeejejej la primera vez que me lo contaron casi me muero de la risa XD XD posteriormente hasta lo colgué en una pared de la biblioteca XD XD XD
jajajaja buenísimo :P
Dark kisses
Yavannna, la próxima vez que Bush decida visitar una biblioteca prometemos nuevos chistes.
lua, sí, estuvo bien.
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