Dios es redondo
Hoy parece que es día de fútbol, al menos así se vive desde Barcelona y desde París, ciudad a la que desde ayer parecemos hermanados, por mediación de un balón de fútbol. Personalmente oiré un poco el partido por la radio, y tanto si gana como si pierde no creo que me emocione demasiado. Los colores de mi club no son precisamente los azulgranas, sino que más bien éstos corresponden precisamente a mi equipo rival. Para los “pericos”, los días claves de esta temporada fueron la victoria contra el Zaragoza en la final de la copa del rey, que nos proclamo campeones de Copa. Y el pasado Sábado la victoria in extremis contra la Real Sociedad que nos permitió seguir en primera. Vaya mi recuerdo para el inolvidable golazo de Coro (minuto 91), y la explosión de emoción que se vivió en la grada. Luego, al bajar de la montaña pude ver lo bonito que era ver las fuentes de Montjuïc dejando escapar chorros de agua blanquiazules.
Vociferemos un último grito de orgullo como remedio, ante el diluvio de noticias que se prevé para mañana: ¡¡Real Club Deportivo Espanyol!!Pero por todos aquellos amigos que si que son azulgranas –prácticamente casi todos-. Esperemos que gane o pierda el Barça, al menos haga un buen papel. Un recuerdo a Robertinho que no sé si con entrada o no, pero según parece está pululando por París. El título del post es el de un libro del mexicano Juan Villoro. ¿No escribió también Pereira un libro relacionado sobre el fútbol? Tengo dudas. A lo que iba, dejo un texto de lo que es un estupendo ejercicio estilístico de Fontanarrosa. ¡El negro es bárbaro!
Vociferemos un último grito de orgullo como remedio, ante el diluvio de noticias que se prevé para mañana: ¡¡Real Club Deportivo Espanyol!!Pero por todos aquellos amigos que si que son azulgranas –prácticamente casi todos-. Esperemos que gane o pierda el Barça, al menos haga un buen papel. Un recuerdo a Robertinho que no sé si con entrada o no, pero según parece está pululando por París. El título del post es el de un libro del mexicano Juan Villoro. ¿No escribió también Pereira un libro relacionado sobre el fútbol? Tengo dudas. A lo que iba, dejo un texto de lo que es un estupendo ejercicio estilístico de Fontanarrosa. ¡El negro es bárbaro!
LA BARRERA
Roberto Fontanarrosa.
Roberto Fontanarrosa.
Un paso más atrás. Dos más atrás. Tres. Ahí está bien. Ya está la barrera formada. Una baldosa más acá. Un momento. Ante todo, sacar las cosas del arco. Hay botellas debajo de la pileta. Ya la otra vez cagó una. Y dos sifones. El blindado no es nada, pero el otro puede reventar, y los sifones revientan y los pedacitos de vidrio saltan y se meten en los ojos de uno. Bien juntas las macetas de la barrera. El arquero muy nervioso. Miguel Tornino frente al balón. Atención. El rubio Miguel Tornino frente al balón. Una mano en la cintura. La otra también. La mano sacándose el pelo de la frente. La transpiración de la frente. De los ojos. Hay silencio en el estadio. Es la siesta. Hasta el Negro se ha quedado quieto. Resignado a ser simple espectador de ese tiro libre de carácter directo que ya tiene como seguro ejecutor a Miguel Tornino, que estudia con los ojos entrecerrados el ángulo de tiro, el hueco que le deja la barrera, la luz que atisba entre la pierna derecha del recio mediovolante de la visita y la pata de portland de la maceta grandota del culantrillo. Un solo grito en el estadio: Miguel, Miguel. El público de pie ante ésta, la última oportunidad del Racing Club cuando sólo faltan dos minutos para que finalice el match. Habrá que apurarse antes de que vuelva a adelantarse la barrera o el Negro insista en morder la pelota y hacerla cagar como el otro día que la pinchó el muy boludo. Sonó el silbato. Habrá que pegarle de chanfle interno. La cara interna del pie diestro de Miguel Tornino, el pibe de las inferiores debutante hoy le dará al balón casi de costado, tal vez de abajo, con no mucha fuerza pero sí con satánica precisión para que ese fulbo describa una rara comba sobre la cabeza de los asombrados defensores, sobre el despeinado pirincho del helecho de la segunda maceta y se cuele entre el travesaño, el poste, el postrer manotazo de la lata de aceite Cocinero que se ha lucido hasta el momento. ¡Tiró Tornino...! y... se hizo mimbre en el aire el arquero ante el latigazo insólito de curva inesperada y con la punta de los dos dedos allá voló la lata a la mierda, carajo que ladra el Negro, sí mamá... sí la guardo... está bien... pero mirá vos cómo la viene a sacar este guacho.
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http://www.mcu.es/cgi-bin/BRSCGI?CMD=VERDOC&CONF=AEISPA.cnf&BASE=ISBN&DOCN=000656701&NDOC=1&EXPBUS=(PEREIRA).WAUT.%20%26%20(PELé).WTIT.%20%26%20(DISPONIBLE).WDIS.
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