Quemando Cromo

Antes de que muera de calor. Antes de que muera por saturación. Es una conocida sensación que tiene como acelerante el sudor que cubre mis poros. Cuando el clima se vuelve abrasador mi querida ciudad se convierte en una olla de calor saturada de cadáveres andantes –tomo prestada la metáfora de Dámaso Alonso-. Siguiendo la estela del último post y pretendiendo no desbarrar mucho del rumbo de los anteriores. Es lo que pasa cuando uno se pierde en decenas de rincones del compendio cibernético. Cuando la red te atrapa y a la vez te despezada. ¡Qué lástima no poder ser Neo! Aquel que dominaba esa explosión de columnas cifradas verdes en la que se convertía la red. Caigo. Sr Anderson ¿por qué se levanta? O quizás mejor pensar en Martin Sheen remontando el río Congo a la búsqueda del coronel Kurtz. ¿Y quién es el coronel? Kurtz en esta historia es Google. Perdonen tanta referencia cinematográfica pero es lo que tiene tener el cerebro tostado por el calor sumado a que Google está haciendo trizas mis neuronas. Aún suerte que no he perdido “el toque” de encontrar lo que busco (“buscad y hallaréis, pedid y se os dará”). El problema es que llevo días o semanas –primer síntoma: perdida de la noción temporal- con varios posts en la cabeza, y cuando intento ordenar mis pensamientos y encontrar algunos datos en internet, encuentro más y más información que la que en un principio buscaba. No se si está en el DSM pero los ingleses a esto lo llaman “Information Fatigue Syndrome” (síndrome de la sobrecarga de información), aunque aquí en España el concepto que ha caído más en gracia es el de “Smog informático”.

La información se vuelve excesiva y difícil de digerir. Se atraganta. Los nombres se amontonan y con ellos todas las palabras y las ideas. Ahora mismo, mi intención era hablar de otras cosas, pero este post está cogiendo forma por si mismo. Es como si me hubiera permitido el lujo de jugar un rato con el barro, y sin casi darme cuenta le hubiera terminado insuflando vida. Y lo que al final surge de mi que pequeña creación es un post con pretensiones literarias y con ínfulas de Golem. Un post dispuesto a vivir de mis palabras saturadas de datos; dispuesto a arrasarlo todo con su monstruosa presencia.

Y el sol sigue ardiendo mientras mi cerebro se funde como un queso. Los cables de mis conexiones neuronales se derriten. Y el plástico se va licuando gota a gota, perlas de sudor que se arrastran lentamente por mi frente en una transpiración obsesiva y que terminan suicidándose desde el trampolín que les ofrece el tabique de mi nariz. ¿Es ese goteo delirante del que hablan las legendarias torturas chinas? Los chips que forman la placa de mi prótesis cerebral ya no son individuales, sino que entre ellos se han ensamblado unos con otros consolidando ahora un nuevo Todo.

Era. Mi memoria se reconfigura. Soy.

Ilustración del artista canadiense Jonathan Kemp de su serie Cyborgs

**Nota: el título de este post es un libro de William Gibson. Un libro de relatos encuadrado dentro de la literatura ciberpunk. En el próximo post vendrá Susy subida en un pony blanco, y después de una pausa publicitaria, en el próximo del próximo, para todos ustedes: remedios para intentar sobrevivir a este caluroso verano. Y sobretodo disculpen... iba a contestar algunos comments… pero es que me está entrando un sueñecito que me está dejando ciber-atontado.