Polvo somos y en polvo nos convertiremos
Algunos conceptos astronómicos que siempre me fascinaron:
Una estrella es una gigantesca masa de gas incandescente que brilla porque en su centro se producen reacciones de fusión nuclear.
Una supernova es la consecuencia de una explosión de gas de una estrella que desprende una energía espectacular.
Un pulsar es una estrella de neutrones bastante pequeña que emite periódicamente luz u ondas de radio
Una enana marrón es una especie de estrella fallida, porque tiene muy poca masa para poder brillar como una estrella.
Una enana blanca es una estrella muy masiva pero de pequeño tamaño, que emite una luz blanca.
Una gigante roja es una estrella inmensa de gran luminosidad pero de temperatura baja, que irremediablemente su destino será convertirse en una enana blanca.
Por otro lado los planetas y los satélites no emiten luz propia, sino que lo que vemos es la luz de otras estrellas que reflejan sobre estos.
Se preguntarán que se me perdió entre el vasto espacio que es el universo. Hoy me une a esta visión cosmológica un pequeño comentario, que es clave para entender mis sentimientos durante este fin de semana. Tal vez porque mis dos mejores amigos se encargan de recordarme estas extrañas teorías planetarias en noches de borrachera. Hay uno de ellos, de formación técnica que le gusta recordar el vínculo de comportamientos entre los planetas y los átomos (¡a él le debemos el gran invento para la humanidad que supuso el pulpo!). El otro amigo tiene mejor memoria que un servidor y fue él el que me recordó el hecho de que los planetas brillan por causas ajenas (él me dice que el desarrollo de la teoría es mío, pero como tengo memoria de pez, uno no sabe si todo el conocimiento no deja de ser un cúmulo de apócrifos). La tercera teoría si que es más o menos mía, y tiene que ver con el cuadro de Courbert sobre el origen del mundo pero en versión cosmológica, tal como Lacan le gustaba contemplar horas y horas el cuadro, me gusta la imagen de pensar que en realidad todo el universo gira entorno a un gran coño. Carl Sagan tenía una frase que decía algo así: “En realidad somos polvo estelar que tiene la curiosa cualidad de ser capaz de pensar en las propias estrellas”.
Pero vayamos al segundo corolario de las leyes de Vigo (ja,ja..).
Hay personas que aunque no brillen con luz propia al contacto con otras son capaces de brillar. Yo creo que soy una de esas; mi personalidad suele tener bastante de triste, bastante de melancólica, y bastante de siniestra, y sin embargo al contacto con ciertas personas mis sonrisas emergen con suma facilidad y mis pequeños o cínicos chistes encuentran resonancia (es una sensación de impotencia pretender hacer un ejercicio de cinismo y que la gente te mire con seriedad encontrando el sentido contrario al propuesto). Este fin semana estaban muchas de estas personas que me hacen brillar, y aunque hubo momentos en los que me reí mucho, creo que algunas cosas me impidieron brillar como me hubiera gustado. La mayoría de la gente se lo pasó genial, yo en general me lo pasé bien, pero supongo que tengo el handicap de que nunca me sentaron bien los excesos de gente; ¿será porque entre tanta gente me cuesta ubicarme?
Eso sí, hubo un momento de categoría estelar entre mi querida Marta y yo, del cual nos reiremos durante los próximos años. Como nos reímos hace unos meses cuando le dio por recordarme una conversación de cuando éramos casi niños –misteriosamente mi mente la había eliminado pero de ella quedaba un leve poso- y que me sonroja sólo el pensar las tonterías que le pude decir. Fue algo así como “Martita, ¿no estás siendo demasiado cariñosa conmigo?”. Ahora desde luego son muy buenos recuerdos que guardamos los dos entre otros mil que ya nos unen. ¡Es el hermoso fruto que se recoge de muchos años de amistad!
La vida es así, uno supera ciertos baches mientras que otros se vuelven demasiado grandes y uno no sabe como evitarlos. Soy como una solitaria luna, que a veces en las fases crecientes comienza a iluminarse y río, pienso, hablo, reflexiono y hago reflexionar, y luego hago reír, y entre risa y risa, escucho. ¡Joder, creo que sé escuchar!
Pero en mis fases decrecientes no sé donde encontrar la luz, e irremediablemente me apago. Desde hace años se ha popularizado la expresión de ciclotímico como esas personas que tienen una especie de trastorno bipolar. Yo tampoco me encuadro en ese cuadro psícológico, porque como ya he dicho son las personas las que me hacen brillar. Recuerdo días con M. en los que ambos nos veíamos después de un día duro, y bastaba unos minutos de conversación para que yo comenzara a esbozar sonrisas (su humor siempre fue más impredecible pero creo que muchas veces la hice reír).
Lo que vengo a resumir es: ¡Claro que me hubiese gustado brillar mucho más! Pero repito, a veces, no sé como hacerlo. Pero no me puedo quejar, la gente se lo pasó genial, y sólo por eso valió la pena que todos fuéramos a celebrar a Massanet el cumpleaños de Nuria (que se merece eso y más).
PD. Ya sé que debería hablar más de cosas que interesaran a las personas que lleguen a estas aguas, y que no debería mirarme tanto el ombligo, pero a veces creo que no queda del todo mal reflexionar un poco y mostrarles mi semblante de la triste figura.
Una estrella es una gigantesca masa de gas incandescente que brilla porque en su centro se producen reacciones de fusión nuclear.
Una supernova es la consecuencia de una explosión de gas de una estrella que desprende una energía espectacular.
Un pulsar es una estrella de neutrones bastante pequeña que emite periódicamente luz u ondas de radio
Una enana marrón es una especie de estrella fallida, porque tiene muy poca masa para poder brillar como una estrella.
Una enana blanca es una estrella muy masiva pero de pequeño tamaño, que emite una luz blanca.
Una gigante roja es una estrella inmensa de gran luminosidad pero de temperatura baja, que irremediablemente su destino será convertirse en una enana blanca.
Por otro lado los planetas y los satélites no emiten luz propia, sino que lo que vemos es la luz de otras estrellas que reflejan sobre estos.
Se preguntarán que se me perdió entre el vasto espacio que es el universo. Hoy me une a esta visión cosmológica un pequeño comentario, que es clave para entender mis sentimientos durante este fin de semana. Tal vez porque mis dos mejores amigos se encargan de recordarme estas extrañas teorías planetarias en noches de borrachera. Hay uno de ellos, de formación técnica que le gusta recordar el vínculo de comportamientos entre los planetas y los átomos (¡a él le debemos el gran invento para la humanidad que supuso el pulpo!). El otro amigo tiene mejor memoria que un servidor y fue él el que me recordó el hecho de que los planetas brillan por causas ajenas (él me dice que el desarrollo de la teoría es mío, pero como tengo memoria de pez, uno no sabe si todo el conocimiento no deja de ser un cúmulo de apócrifos). La tercera teoría si que es más o menos mía, y tiene que ver con el cuadro de Courbert sobre el origen del mundo pero en versión cosmológica, tal como Lacan le gustaba contemplar horas y horas el cuadro, me gusta la imagen de pensar que en realidad todo el universo gira entorno a un gran coño. Carl Sagan tenía una frase que decía algo así: “En realidad somos polvo estelar que tiene la curiosa cualidad de ser capaz de pensar en las propias estrellas”.
Pero vayamos al segundo corolario de las leyes de Vigo (ja,ja..).
Hay personas que aunque no brillen con luz propia al contacto con otras son capaces de brillar. Yo creo que soy una de esas; mi personalidad suele tener bastante de triste, bastante de melancólica, y bastante de siniestra, y sin embargo al contacto con ciertas personas mis sonrisas emergen con suma facilidad y mis pequeños o cínicos chistes encuentran resonancia (es una sensación de impotencia pretender hacer un ejercicio de cinismo y que la gente te mire con seriedad encontrando el sentido contrario al propuesto). Este fin semana estaban muchas de estas personas que me hacen brillar, y aunque hubo momentos en los que me reí mucho, creo que algunas cosas me impidieron brillar como me hubiera gustado. La mayoría de la gente se lo pasó genial, yo en general me lo pasé bien, pero supongo que tengo el handicap de que nunca me sentaron bien los excesos de gente; ¿será porque entre tanta gente me cuesta ubicarme?
Eso sí, hubo un momento de categoría estelar entre mi querida Marta y yo, del cual nos reiremos durante los próximos años. Como nos reímos hace unos meses cuando le dio por recordarme una conversación de cuando éramos casi niños –misteriosamente mi mente la había eliminado pero de ella quedaba un leve poso- y que me sonroja sólo el pensar las tonterías que le pude decir. Fue algo así como “Martita, ¿no estás siendo demasiado cariñosa conmigo?”. Ahora desde luego son muy buenos recuerdos que guardamos los dos entre otros mil que ya nos unen. ¡Es el hermoso fruto que se recoge de muchos años de amistad!
La vida es así, uno supera ciertos baches mientras que otros se vuelven demasiado grandes y uno no sabe como evitarlos. Soy como una solitaria luna, que a veces en las fases crecientes comienza a iluminarse y río, pienso, hablo, reflexiono y hago reflexionar, y luego hago reír, y entre risa y risa, escucho. ¡Joder, creo que sé escuchar!
Pero en mis fases decrecientes no sé donde encontrar la luz, e irremediablemente me apago. Desde hace años se ha popularizado la expresión de ciclotímico como esas personas que tienen una especie de trastorno bipolar. Yo tampoco me encuadro en ese cuadro psícológico, porque como ya he dicho son las personas las que me hacen brillar. Recuerdo días con M. en los que ambos nos veíamos después de un día duro, y bastaba unos minutos de conversación para que yo comenzara a esbozar sonrisas (su humor siempre fue más impredecible pero creo que muchas veces la hice reír).
Lo que vengo a resumir es: ¡Claro que me hubiese gustado brillar mucho más! Pero repito, a veces, no sé como hacerlo. Pero no me puedo quejar, la gente se lo pasó genial, y sólo por eso valió la pena que todos fuéramos a celebrar a Massanet el cumpleaños de Nuria (que se merece eso y más).
PD. Ya sé que debería hablar más de cosas que interesaran a las personas que lleguen a estas aguas, y que no debería mirarme tanto el ombligo, pero a veces creo que no queda del todo mal reflexionar un poco y mostrarles mi semblante de la triste figura.
Etiquetas: Personal
3 Comments:
que bueno eso de mostrar un poco el semblaje ..aunque de triste figura ...
y saber que sabes brillar al contacto de otras estrellas ...
es bueno mostrarse ...
y saber reirse de uno mismo y de las cosas simples de la vida ...
saludos para ti
bj
Si me vieras un dia que estoy de buenas dirías ¿quién ese chico que todo el rato se está riendo?
Si me vieras un día que estoy de malas tal vez pensarías ¿quién es ese chico tan borde?
Soy los dos, pero me gusta más ser el chico que sonríe, así que mi parte buena intenta canibalizar a mi parte mala. Y a veces hasta me puedo reír de ser un poquito borde.
Pero los que me conocen de verdad, no me lo tienen en cuenta.
Beijo.
Pd. Te he linkado, para controlar esa estrella de Mar. Porque el mar azul me trae grandísimos recuerdos y las estrellas siempre me han fascinado.
si ... esa mezcla parece convidativa ....
a mi también el mar me trae sensaciones aladas ...y ...
las estrellas
en Arica ...mi ciudad natal en Chile ... es casi posible tocarlas con las manos ...
(me fascinan)...
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