El mono gramático
El problema de decir que uno va a hacer tal o cual cosa, es que al final se ve obligado a hacerlo. Todo se reduce a un asunto de cumplir la palabra dada, ¿Frente a quién? Supongo que frente a uno mismo y en menor medida frente a los demás, porque al menos en mi caso yo siempre me he considerado mi peor juez. Matizo: en algunos casos me he encontrado con irritantes jueces ajenos que tenían una enorme facilidad para juzgar la vida de los demás ¡Claro! que sus vidas siempre se movían por límites que quedaban fuera de la ley (la mía es del oeste del Pecos).
Es un caso de intolerancias, de contraposiciones, o en la vertiente más humanista: de incomprensiones. Cuando los parámetros que rigen las vidas de uno u otro son totalmente distintos no hay acuerdo posible. Solo queda el consuelo que los espejos a los que uno ha de mirarse siempre son individuales. Lamentablemente mis ocupaciones se acumulan, y al final realizar las promesas, se convierte habitualmente en un continuo salir de aprietos. Siempre bajo las cuchillas afiladas de las fechas límites o los plazos de entrega. Uno debe ser listo, y encontrar una salida fácil y no importa que no fuera lo que en un principio se esperaba. Vale casi todo, y si la salida es una salida de emergencia -por cierto muy buen blog el de Eduardo Allende- ya va bien.
Todo esto para decir que hoy hablaré de Monos y de máquinas de escribir ¿? Salir de ésta promesa es bastante sencillo, pues solo tengo que llenar unas cuantas líneas con mis pensamientos ¿cómo? Tal cual; voy avanzando y sé que dentro de un rato ya lo tendré. Siempre ha sido así, salir de ésta clase de promesas siempre ha sido mucho más sencillo que salir de algunos de los embrollos en los que te mete la vida.
La semana pasada les ponía una imagen donde se podía ver a un mono escribiendo a máquina, acompañado con un epígrafe donde se leían unos versos de Shakespeare. El asunto es ese ¿Puede un mono llegar a escribir una obra de Shakespeare? Dicho así parece una pregunta absurda fruto de algún estado de inspiración enajenada. ¡Pero no! Hay una frase de Protágoras que da la clave del asunto (no sólo de este, sino de muchas de las polémicas en las que se habla del Universo y la evolución de la especie humana), la frase dice así: “el hombre es la medida de todas las cosas”. Como hombres vemos todo lo que ocurre desde una perspectiva temporal limitada, ahora bien ¿qué pasa cuando en vez de años o incluso siglos hablamos de eternidades e infinitos?
Borges escribió varias veces sobre este tipo de paradojas. En su relato de la “La Biblioteca de Babel” habla de una biblioteca que se compone de infinitas estancias hexagonales. Cada una está llena de libros en los que los signos ortográficos se desordenan aleatoriamente. La mayoría de los libros son caóticos llenos de cadenas de letras sin sentido, pero de vez en alguno de los infinitos anaqueles el desorden se conjuga en una página donde uno encuentra alguna frase con sentido. Dice Borges: “la Biblioteca incluye todas las estructuras verbales, todas las variaciones que permiten los veinticinco símbolos ortográficos” es por ello que esa caótica biblioteca contiene en realidad cualquier libro que pudiera ser escrito. Pero acerquémonos un poco más hacia esos monos letrados; en el relato “La Biblioteca Total” Borges revolviéndose sobre el mismo tema dice:
Es un caso de intolerancias, de contraposiciones, o en la vertiente más humanista: de incomprensiones. Cuando los parámetros que rigen las vidas de uno u otro son totalmente distintos no hay acuerdo posible. Solo queda el consuelo que los espejos a los que uno ha de mirarse siempre son individuales. Lamentablemente mis ocupaciones se acumulan, y al final realizar las promesas, se convierte habitualmente en un continuo salir de aprietos. Siempre bajo las cuchillas afiladas de las fechas límites o los plazos de entrega. Uno debe ser listo, y encontrar una salida fácil y no importa que no fuera lo que en un principio se esperaba. Vale casi todo, y si la salida es una salida de emergencia -por cierto muy buen blog el de Eduardo Allende- ya va bien.
Todo esto para decir que hoy hablaré de Monos y de máquinas de escribir ¿? Salir de ésta promesa es bastante sencillo, pues solo tengo que llenar unas cuantas líneas con mis pensamientos ¿cómo? Tal cual; voy avanzando y sé que dentro de un rato ya lo tendré. Siempre ha sido así, salir de ésta clase de promesas siempre ha sido mucho más sencillo que salir de algunos de los embrollos en los que te mete la vida.
La semana pasada les ponía una imagen donde se podía ver a un mono escribiendo a máquina, acompañado con un epígrafe donde se leían unos versos de Shakespeare. El asunto es ese ¿Puede un mono llegar a escribir una obra de Shakespeare? Dicho así parece una pregunta absurda fruto de algún estado de inspiración enajenada. ¡Pero no! Hay una frase de Protágoras que da la clave del asunto (no sólo de este, sino de muchas de las polémicas en las que se habla del Universo y la evolución de la especie humana), la frase dice así: “el hombre es la medida de todas las cosas”. Como hombres vemos todo lo que ocurre desde una perspectiva temporal limitada, ahora bien ¿qué pasa cuando en vez de años o incluso siglos hablamos de eternidades e infinitos?
Borges escribió varias veces sobre este tipo de paradojas. En su relato de la “La Biblioteca de Babel” habla de una biblioteca que se compone de infinitas estancias hexagonales. Cada una está llena de libros en los que los signos ortográficos se desordenan aleatoriamente. La mayoría de los libros son caóticos llenos de cadenas de letras sin sentido, pero de vez en alguno de los infinitos anaqueles el desorden se conjuga en una página donde uno encuentra alguna frase con sentido. Dice Borges: “la Biblioteca incluye todas las estructuras verbales, todas las variaciones que permiten los veinticinco símbolos ortográficos” es por ello que esa caótica biblioteca contiene en realidad cualquier libro que pudiera ser escrito. Pero acerquémonos un poco más hacia esos monos letrados; en el relato “La Biblioteca Total” Borges revolviéndose sobre el mismo tema dice:
“Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los "caracteres de oro" acabarán por componer un verso latino, si los arrojan un número suficiente de veces; dice que media docena de monos, provistos de máquinas de escribir, producirán en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum”.
El asunto es éste: ¿podrán un puñado de monos escribir una obra de Shakespeare si estuviesen tecleando un tiempo infinito? La solución teórica es que sí, pero es un sí con reservas. Si expusiéramos en una gráfica las posibilidades que el mono escribiera algo con sentido (todavía sería peor filar hacia que el mono escribiera algo ya escrito por Shakespeare). La gráfica tendría una forma logarítmica donde el solo hecho que un mono escribiera las diez primeras palabras de una de las obras de Shakespeare sería casi imposible. Una asíntota que se elevaría marcando el límite de la exponencial. Estaríamos hablando de nanoposibilidades (no se me ocurre una palabra que exprese probabilidades más bajas). Pero realmente en un tiempo infinito esa posibilidad ocurriría, y no una, sino infinitas veces (véase la paradoja de Hilbert y los diferentes tipos de infinito). La verdad es que en este caso no existe ningún tipo de atractor o fuerza, que actuara en sentido contrario, y que hiciese que el suceso nunca llegase a ocurrir.
Pero me estoy liando demasiado y no sé hasta que punto este tipo de reflexiones son interesantes para ustedes. Además no crean que los matemáticos siempre llevan la razón en sus teorías, ¿conocen el chiste de la vaca redonda?
En la universidad de Plymouth se encerró un mono con una máquina de escribir durante varias semanas al más puro estilo de las performances artísticas. La conclusión fue bastante contundente: “el mono da muestras de aburrirse y tiende más a cagarse sobre la máquina que a escribir en ella”.
Etiquetas: Humor, Literatura
7 Comments:
No sé si te sirva para tu exposición, pero conozco a más de un humano que escribe y, cuando leo sus textos, pienso que el tipo se aburría y se cagó sobre la máquina.
Ah, y no conozco el chiste de la vaca redonda.
Vengo desde la nave de los locos para confirmarte algo que ya sabes: 'no sé hasta que punto este tipo de reflexiones son interesantes para ustedes'. Para mí lo son y por eso regresan continuamente a mi blog Kuhlmann, Swift, Lasswitz, Borges, Queneau y tantos otros inquietos ante la posibilidad de que seamos una simple combinación azarosa.
Regresaré con más calma, que no son horas.
Calculando a grosso modo una frase como "en un lugar de la mancha" , obviando las mayúsculas tendría una probabilidad, si consideramos los 28 signos borgianos y el espacio en blanco de 1 sobre 29 elevado a la 24, una cifra del orden de 10 elevado a la -35. Sólo escribir el inicio de El Quijote de forma aleatoria sería bastante improbable, aunque no imposible.
De todas formas creo que va siendo hora de olvidarnos de chimpances y máquinas de escribir y plantearnos el mismo problema pero considerando como ejecutor de la posible obra literaria a un programa informático.
Podemos aumentar las probabilidades considerablemente, y el tiempo de ejecución hasta encontrar una copia exacta de un soneto de Shakespeare también... ¿y entonces?
(Eso sin considerar que todo está ya escrito)
Un saludo
Portnoy
Cómo se calcula el volumen de una vaca?
Jorge Gómez Jiménez, para que no te queden dudas he repasado el chiste de la vaca, y al final resulta que la peor parte se la llevan los físicos.
en lo de cagar sobre la máquina, toda la razón, la genética indica que no hay demasiada separación entre el ADN de un mono y el de un humano.
El chiste dice tal que así:
¿Cómo se calcula el volumen de una vaca?
Ingeniero: Metemos la vaca en una gran bañera y la diferencia de volumen sería el de la vaca...
Matemático: Parametrizamos la superficie de la vaca y el volumen se calcula con una integral triple.
Físico: "Supongamos que la vaca es esférica........."
Eduardo ¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! A tí era casi evidente que que el tema te gustaría. Creo que dentro del azar hay unos inquietos que nos parecemos más que otros.
Portnoy, ¿pero de que servirá que un ordenador escriba algo que ya está escrito? Creo que lo realmente divertido será cuando los ordenadores comiencen a tramar sus propios argumentos. Al principio nos reiremos de lo pueriles, pero con el tiempo se irán perfeccionando y al final como Tunning no sabremos quién tenemos detrás de la máquina, si un ordenador o uno de los últimos escritores.
Buenas. Siento no estar participativo; motivos de trabajo y prevacaciones.
Sobre el tema de la biblioteca de Babel te tengo que contar un proyectito....
La primera vez que yo leí el tema de los monos es en el libro de la historia interminable, pa que veas ;).
Por cierto, la probabilidad de que surgiera una frase con sentido a partir de una serie de caracteres aleatorios es tan y tan pequeña que no nos lo creeríamos si pasara, porque sabemos que la probabilidad de que un humano estuviera dentro del mono sería muchísimo más alta.
Palimp, ya me lo contarás, aunque creo que sé por donde pueden ir los tiros.
TxapulínHay un matemático que decía que si una probabilidad era menor de 10 elevado a la menos-no-se-cuantos el suceso era imposible que ocurriese.
El nombre lo tengo apuntado por algún lado.
Seguramente haré un mono gramático 2, cuando todo el público haya visto la 1 y pidan un remake.
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