La mirada de Narciso

¿Es usted de los que se creen que en su ombligo se encuentra el centro del mundo? ¿Qué una sonrisa suya bastará para mover montañas? ¿Es de los que imagina que cuando chasca los dedos todo va suceder como usted quiere? Y además, ¿ a todo eso se suma que usted disfruta escribiendo? Quiero decir... ¿de los que cuando se ponen a escribir piensan que sus dedos están dotados de un talento especial? ¿De los que releen una y otra vez sus propios textos? ¿Le gustaría alargar su mano y encontrar al alcance la gloria literaria? ¿Le gustaría ganar premios, dar conferencias, firmar dedicatorias, y por supuesto ganar mucho dinero? Si usted presenta todos estos síntomas y otros que por pudor no les explico, ya es hora de que lea esto.

“La Escuela de Escritores de Madrid lanzó un concurso de relatos que busca promover la generosidad, ya que el ganador deberá entregar la mitad del premio (600 euros) a una organización benefactora. Los organizadores quieren tratar con gente que no sea despojada por naturaleza, y por eso las bases del Primer Concurso Narcisista de Relato Autocontemplativo aclaran que el autor participante debe figurar entre los personajes de su relato, “preferiblemente en el papel del héroe de la historia”. Asimismo, el jurado pondrá especial atención en “el uso de todas las estrategias narrativas que tengan como objetivo el autobombo y la proyección pública de la imagen del autor”. Los trabajos deben ser enviados a www.escueladeescritores.com, el fallo se dará a conocer el 5 de noviembre y habrá un homenaje para inflar aún más el ego del ganador”.

Leo la convocatoria que dice: “En la entrega del premio se leerá el relato ganador bajo una lluvia de flores, su autor será vitoreado, fotografiado, entrevistado, condecorado, coronado con laurel, se le pedirán autógrafos y dedicatorias, y se leerá un poema en su honor”. No se ustedes, pero yo no lo dudo, ¡éste es mi concurso! Deseo que una hermosa mujer con banda cruzada sobre turgentes pechos, me coloque una corona de laureles en mi calva incipiente; quiero sentirme Gladiator en medio del circo romano (el rollito peplum lo dejaremos de lado); quiero que el destino me abone mis correspondientes diez minutos de gloria. Decía Leopoldo María Panero, la literatura no sirve más que para ser leída, y seguramente tenía razón. Pero aunque soy consciente, no lo duden, yo soy de los que equivocadamente buscan la inmortalidad. ¡Ahh! Primer Concurso Narcisista.... ¡serás mío o serás de nadie! Auguro: serás de nadie.

PD. He descubierto otro sistema para oír música a través de Radioblogclub.com. Permite encontrar bastantes grupos españoles (colocarla aún no sepo). No creo que la SGAE lo apruebe, pero basta que a ella no le haga gracia, para que nosotros intentemos hacer un poquito de publicidad (La SGAE es uno de los archienemigos más malos malosos de la Empresa). Escuchando ahora la versión Belén Arjona y Fer de Maná de la canción: Vivir sin aire.