Gris marengo

Murió Henri Troyat un escritor de cadáveres (no lo dije yo, lo dijo otro que también….)
Murió Jean Baudrillard un jodedor de mentes. De la escuela de Sorbona sólo habría que leer a Barthes, pues éste al menos aún tenía un cierto rigor a la hora de filosofar gratuitamente.
Cumplió años Gabriel García Márquez. Oí el otro día a Carmen Balcells en la radio hablar sobre ello –cosa muy poco común-. Increíble esta mujer. Debe ser que cuando uno lo ha conseguido todo, ya no se tiene la necesidad de ser excesivamente cortés con los desconocidos. Casos parecidos: el del ya fenecido Cela o el anacoreta Fernando Fernán Gómez en su versión ¡A la mierda!
Se celebró –como me apuntaba la princesa Olie – el Día Internacional de la Mujer-. Estoy cansado, y puesto que no me puedo quedar con la mujer (ja,ja). Creo que me quedaré con el cumpleaños de Gabo. Al fin y al cabo felicitar es mejor que dar condolenzzas. El chiste es malo, ¡y este post seguramente es una mierda! Pero estoy cansado, y esta semana no se caracterizó por la excesiva alegría.



Y además felicito a Gabo, porque comenzar así un libro no está al alcance de cualquiera:

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construida a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo” .