Tengo...
Terminó la Semana Santa, y no haré balances. Tampoco hay mucho que contar, y lo que hay que contar, prefiero no contarlo. Me apetece sólo postear una canción que no puedo quitarme de la cabeza; la oí el otro día en el coche de nuestro amigo Polo(mitad yuppy y mitad currito). Volvíamos de Viladecans de una cena por la inauguración de la nueva casa de Yoli & Robe. No puedo reproducirla, pero tal vez la reconozcan:
Tengo una cosita que su peso en oro vale
y unas ganitas de contarte como sabe
la buena suerte de sentir que estoy queriendo.
Tengo abierta al mundo una ventana de ilusiones
con la esperanza de llenar los corazones
de todo aquel que por amor vive sufriendo.
Me fascina esta canción, por varios motivos. El primero porque me plantea algo en lo que pienso bastante a menudo, y es el preguntarme ¿Qué es lo que tengo? ¡Últimamente me acosa el fantasma del materialismo! En realidad tengo pocas cosas, ¿bienes? Más bien me voy (¡Ah sí...! también tengo una sonrisa fácil). A grandes rasgos mi mayor activo diría que soy yo mismo. Tengo… mi cabeza que aunque le tendría que dar una puesta a punto para que fuera un poco más rápida (hay un dicho que dice que la inteligencia es el bien mejor repartido del mundo, porque por muy idiota que uno sea siempre se está contento con la inteligencia que te ha tocado). Tengo… mi corazón. Pero si juzgara mi corazón creo que saldría absuelto por falta de pruebas. Esta frase allá donde la ven tan sencilla lleva una enorme trampa escondida, releerla es tener un cepo acechante dispuesta a clavarme sus colmillos de metal. Ahora eso sí, también es una frase cachonda.
A todo esto me viene un razonamiento que oí hace unas semanas en la película de Rob Reiner, Fantasmas del pasado, donde se abría un caso por el asesinato de un líder negro a favor de los derechos humanos, que el estado de Mississippi había juzgado sin demasiado interés por culpar al principal sospechoso (el actor James Woods haciendo un memorable papel como ultra-racista). Decía algo así, "cuando se odia al único que se hace daño es a uno mismo, porque a los que odias seguramente no te oirán nunca, y los que si que puede que te oigan no les importa lo más mínimo que tu les odies". Mi voto -como siempre- nominando al oscar como mejor director al gran Rob Reiner.
Da la impresión que me lío como una persiana, pero tal vez es que quería escribir pero tampoco quería escribir nada serio. Sólo que esta canción me hace sentirme bien, porque me hace recordar demasiado pero con sólo una pizca de tristeza.
Tengo un cuarto pequeño con espacio y universo
por donde vuela un corazón aventurero
buscando la primera luz del alba
tengo tu cuerpo rotando por la memoria
y es como un virus que a veces me sabe a gloria
Tengo una cosita que su peso en oro vale
y unas ganitas de contarte como sabe
la buena suerte de sentir que estoy queriendo.
Tengo abierta al mundo una ventana de ilusiones
con la esperanza de llenar los corazones
de todo aquel que por amor vive sufriendo.
Me fascina esta canción, por varios motivos. El primero porque me plantea algo en lo que pienso bastante a menudo, y es el preguntarme ¿Qué es lo que tengo? ¡Últimamente me acosa el fantasma del materialismo! En realidad tengo pocas cosas, ¿bienes? Más bien me voy (¡Ah sí...! también tengo una sonrisa fácil). A grandes rasgos mi mayor activo diría que soy yo mismo. Tengo… mi cabeza que aunque le tendría que dar una puesta a punto para que fuera un poco más rápida (hay un dicho que dice que la inteligencia es el bien mejor repartido del mundo, porque por muy idiota que uno sea siempre se está contento con la inteligencia que te ha tocado). Tengo… mi corazón. Pero si juzgara mi corazón creo que saldría absuelto por falta de pruebas. Esta frase allá donde la ven tan sencilla lleva una enorme trampa escondida, releerla es tener un cepo acechante dispuesta a clavarme sus colmillos de metal. Ahora eso sí, también es una frase cachonda.
A todo esto me viene un razonamiento que oí hace unas semanas en la película de Rob Reiner, Fantasmas del pasado, donde se abría un caso por el asesinato de un líder negro a favor de los derechos humanos, que el estado de Mississippi había juzgado sin demasiado interés por culpar al principal sospechoso (el actor James Woods haciendo un memorable papel como ultra-racista). Decía algo así, "cuando se odia al único que se hace daño es a uno mismo, porque a los que odias seguramente no te oirán nunca, y los que si que puede que te oigan no les importa lo más mínimo que tu les odies". Mi voto -como siempre- nominando al oscar como mejor director al gran Rob Reiner.
Da la impresión que me lío como una persiana, pero tal vez es que quería escribir pero tampoco quería escribir nada serio. Sólo que esta canción me hace sentirme bien, porque me hace recordar demasiado pero con sólo una pizca de tristeza.
Tengo un cuarto pequeño con espacio y universo
por donde vuela un corazón aventurero
buscando la primera luz del alba
tengo tu cuerpo rotando por la memoria
y es como un virus que a veces me sabe a gloria
Etiquetas: Personal
posted by Vigo | 5:48 a. m.
5 Comments:
Y qué más quieres? Cuando una canción te llena de esta manera, siempre encuentras la manera de compartirla porque la haces tuya. Abrazos compañero!
Hola, Vigo, soy Pereira. Acabo de eliminar por error tu mail de mi lista de direcciones. Por favor, ponte en contacto conmigo. jpereira@xtec.cat He iniciado hoy un blog aquí. Se llama El baúl de Pereira. No sé. Me gustaría hacer algo. ¿Podrías aconsejarme? Por ejemplo, ¿hago bien en poner mi e-mail? ¿Puedo poner fotos y audios?
Un abrazo. Te aseguro que tu mente no va tan lenta como crees. Ánimo.
Gracias Xavi por tus palabras, la canción de Queco, no sé si la has oído, pero desde luego me encanta. Colgaré el video en breve aquí. De todas maneras mi estado de ánimo es algo bastante habitual, siempre tuve un punto de autocrítico.
Mis saludos para ti.
Pereira!! ¿Cómo estás? Encantado de tener noticias tuyas. ¿Ves que fácil era montar un blog? De momento ves posteando textos (supongo que lo que tu quieres es colgar algunos de tus textos en la red), dentro de un par de semanas más o menos google seguramente te rastreará y comenzarás a tener visitas inesperadas (ya sabes que aquí el ego juega un papel importante). Te enviaré un correo y así te explico algunas cosas, como por ejemplo cómo colgar imágenes o archivos de audio (es más fácil colgar audio+imagen que únicamente audio). De todas maneras hay una manera muy fácil para lo de las imágenes (utiliza el botón de la montañita que hay en la barra superior de la edición de textos).
Respecto a poner tu dirección, lo mejor es que te hagas otra cuenta de correo para que tu cuenta habitual no se vea afectada de ningún modo. Y luego puedes poner la nueva dirección en tu blog, tal vez sufras algo de spam (hay robots que rastrean esas direcciones de e-mail en la red), pero tampoco es algo demasiado abusivo. Algunas personas por precaución lo que hacen es poner otras fórmulas como: jpereira(arroba)xtec.cat
Estaré atento a esos fragmentos biográficos de Benjamín Durán.
Un abrazo y a ver si nos vemos, fue una pena no poder ir el otro día.
PD. No dudo que mi mente es interesante (tiene un cierto bagaje multitemático y es extremedamente reflexiva), pero memorísticamente no es ninguna maravilla, y en rapidez tres cuartos de lo mismo, pero es todo un elogio para mí que el Arcipreste me dedique esas palabras.
¡Hola Vigo!
Mejor no cuentes lo que tienes.
Cuenta lo que Dios te da, gratis.
Como las estrellas, que dice un cantautor cubano (Silvio Rodríguez)
"...le dan gracias a la noche,
porque encima de otro coche,
no pueden lucir tan bellas..."
Abrazos,
olie
Sí, eso desde luego es muy bonito. Pero tengo muchas dudas al respecto...
¿Qué se hace cuando uno quiere hacer tantas cosas en la vida y no sabe demasiado bien como conseguirlas?
Soy una persona que lo quiere casi todo... y para ello siempre me falta tiempo y dinero. Lo triste es que seguramente con un poco más de tiempo y dinero no arreglaríamos nada. Y algún día me comenzará a fallar la salud y la joderemos.
Pero entiendo un poco lo que me dices. Tengo recuerdos de momentos muy felices en mi vida, y ahí están conservados en el formol que proporciona mi mente.
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