Cortázar y Las manos que crecen
Con ganas de lavar un poco el rostro de la última entrada, me permito la distracción de fijar mis ojos en un punto fijo, buscando una óptica de microscopio. Busco los retazos de mi memoria que luchan por no sucumbir al olvido. ¿Recuerdan que alguna vez ya aquí he hablado de la película La ciencia de los sueños? El director es el imaginativo Michel Gondry.
De todas maneras, para los que nunca les interesa el asunto de los directores, y les cuesta memorizar los títulos, dejo un característico fotograma de Gael García Bernal, que les hará recordar si vieron o no vieron la película.
De todas maneras, para los que nunca les interesa el asunto de los directores, y les cuesta memorizar los títulos, dejo un característico fotograma de Gael García Bernal, que les hará recordar si vieron o no vieron la película.
“Sus propias manos eran de mentira cuando las tendía” la frase la tomo prestada del Sr. Tascoigne que como mimo gesticula espléndidamente con las palabras desde su blog sin casi hacer nada de ruido.
(No puedo evitar también el chiste aquel de Jaime Rubio Hancock, a la muerte de Marcel Marceau: “Por supuesto, perdono a los siete que intentaron asesinarme. Mimo y francés: imagino que todo el mundo me odiaría por una cosa y/o por la otra”).
La totalidad del hilarante texto se puede encontrar en Libro de Notas.
Y para finalizar dos fragmentos de un cuento de Cortázar, que ¿cómo no? lleva el título “Las manos que crecen”. A eso iba.
“Plack avanzó dos pasos hacia Cary y empezó a pegarle. Estaba bien seguro de que Cary le respondía con igual violencia, pero no sentía nada. Tan sólo sus manos que, a una velocidad prodigiosa, rematando el lanzar fulminante de los brazos, iban a dar en la nariz, en los ojos, en la boca, en las orejas, en el cuello, en el pecho, en los hombros de Cary”.
“Los dedos de sus manos arrastraban por el suelo. Diez sensaciones incidían en el cerebro de Plack con la colérica enunciación de las novedades repentinas. Él no lo quería creer pero era cierto. Sus manos parecían orejas de elefante africano. Gigantescas pantallas de carne arrastrando por el suelo. A pesar del horror le dio una risa histérica. Sentía cosquillas en el dorso de los dedos; cada juntura de las baldosas le pasaba como un papel de esmeril por la piel. Quiso levantar una mano pero no pudo con ella. Cada mano debía pesar cerca de cincuenta kilos. Ni siquiera logró cerrarlas. Al imaginar los puños que habrían formado se sacudió de risa. ¡Qué manoplas! Volver junto a Cary, sigiloso y con los puños como tambores de petróleo, tender en su dirección uno de los tambores, desenrollándolo lentamente, dejando asomar las falanges, las uñas, meter a Cary dentro de la mano izquierda, sobre la palma, cubrir la palma de la mano izquierda con la palma de la mano derecha y frotar suavemente las manos, haciendo girar a Cary de un extremo a otro, como un pedazo de masa de tallarines, igual que Margie los jueves a mediodía. Hacerlo girar, silbando canciones alegres, hasta dejar a Cary más molido que una galletita vieja”.
Etiquetas: Literatura
6 Comments:
Por cierto, ahora que citas a Gondry, habría que citar también esa ciencia que se inventó para dar esquinazo a la memoria. Me refiero a "Olvídate de mí". Aunque no sé si eso sería memoria compasiva.
El propio Cortázar tenía grandes las manos. Cómo escribía el tío.
Tienes un blog muy interesante, gracias por ponerlo en mi camino.
Vendré por aquí de vez en cuando a coger inspiración e ideas para lecturas.
Qué mal rollo, esas manos.
Ahora entiendo por qué decían que, en cierto modo, esta peli era un desarrollo de un videoclip de Foo Fighters, dirigido también por Gondry.
Me encanta todo lo que sale de la conexión entre Charlie Kauffman, Spike Jonze y Michel Gondry. Resulta curioso que los dos directores más innovadores del cine actual provengan del terreno del videoclip; pero, estando Charlie Kauffman de por medio, todo es posible.
He leído el relato de Cortázar y me he metido a la red a buscar información adicional de un cuento que me parece plagado de simbolismos psicoanalíticos. Es un placer encontrarme con tu blog, ya he visto la película de la ciencia del sueño, la cual me ha gustado mucho y ahora me viene a la mente la escena de las manos, es genial.
Muchas gracias por traer a mi memoria la pelicula de Gondry; tengo que hacer un análisis de las manos que crecen y había olvidado por completo esta referencia. estuve vagabundeando y buscando, y al fin encontre espero no te moleste mi intromisión; por cierto ¡soberbio! tu blog.
Buenas... llegué acá buscando el texto completo de "Las manos que crecen" para hacer un radioteatro. Muy bueno el blog!
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