Dos filosofías opuestas sobre los derechos de autor.
Tercera parte y nuevo giro de tuerca. Más madera sobre uno de esos debates que siempre están presentes en la red.
Hace unos días buscaba un relato de Cheever del que había oído hablar varias veces, se trataba del primer relato que publicó Expelled, y que narra un poco una experiencia autobiográfica en la que John Cheever fue expulsado de un instituto. Y según parece ya nunca más volvió a retomar los estudios. Cheever durante los siguientes años se dedicó a malvivir mientras escribía y publicaba en la medida que se iba ganando un hueco en el panorama editorial. Y de hecho, Cheever plasma esa veracidad de exprimir la vida, en su manera de escribir y suele ser encumbrado por jóvenes que buscan emular esas vivencias cargada de autenticidad.
El motivo por el que buscaba el relato era, a parte que deseaba leerlo por su valor en sí, también quería aclarar unas dudas que tenía sobre los hechos reales que Cheever narró en Expelled, sobre si de verdad fue expulsado por fumarse un cigarrillo o qué (ya se sabe que en este blog nos encanta la metaliteratura y todo lo que respecta a los cotilleos literarios). En este video creo que cuentan una versión interesante al respecto, pero mi lisening de la lengua anglosajona es bastante nulo, y me cuesta pillar aunque sólo sean tres palabras seguidas (si alguien me hace el favor de resumírmelo en un par de frases me saciará la curiosidad ;D)
Pero bueno, lo curioso es que a pesar de las múltiples referencias de este relato: Expulsado (Expelled) no había manera de encontrarlo por internet, ni en castellano ni en inglés. De hecho, no hay casi ningún texto completo de Cheever en la red, lo cual aparentemente es rarísimo porque desde mi experiencia he conocido a unos cuantos jóvenes admiradores de su pluma y eso a gran escala tendría que significar que en la red tendría que haber muchos textos suyos. La explicación es sencilla, existen unos editores “ingleses” y “españoles” que se dedican a limpiar la red de los textos de Cheever. ¿Cómo? Es muy sencillo, si alguien publica un texto completo, ellos suelen escribir algo del tipo: “Le pedimos que retire el texto del que nosotros somos los poseedores de los derechos de autor. Si no lo hace nos veremos obligados a tomar las medidas judiciales pertinentes”. Buff. Sé un poco de lo que hablo porque alguna vez yo mismo me he engarzado en alguna dialéctica contra alguno de estos extremadamente recelosos de “aflojar” los derechos de autor que nadie discute que hayan comprado.
Sin embargo estos días que hablo de Hernán Casciari, puedo decir que sucede todo lo contrario. Sus textos campean libremente por la red, saltando de un blog a otro sin ningún problema. Provocando risas entre los cibernautas y ganando una y otra vez nuevos lectores. Basta ver como la comunidad bloguera se ha movilizado en apenas unos días para promocionar su último libro. Y tengo el total convencimiento que el libro de Casciari va alcanzar unas ventas desde las góndolas de las librerías –como dice él-, que superarán la mayoría del resto de novedades editoriales. Además, los textos de Casciari van a seguir vivos en la red con el tiempo, no como la mayoría de los libros que pasado el periodo de marketing y novedad editorial, terminarán los ejemplares no vendidos en almacenes repletos de libros sino destruidos.
Ya lo dije en uno de los otros posts, que Casciari tiene la costumbre de ser generoso con los cibernautas y dejar colgados en la red los textos que han conformado algunos de sus libros. Sin ningún interés en retirarlos. Es más, pactando un compromiso con la editorial para permitir casi una total libertad de difusión de sus libros por la red. Resumiendo: Casciari es generoso con los internautas, mientras los que velan por esos derechos de autor de Cheever tienen un comportamiento mezquino (por no decir que como estrategia de venta me suena una auténtica patata).
A mi modo de ver, tengo fe ciega en la filosofía que representa Casciari. En palabras suyas:
“Una vez solventada la sospecha de marketing indirecto (la única manera de hacerlo es la gratuidad absoluta de la obra) debo agradecer a Random House Mondadori que me permita, otra vez, regalarles a ustedes lo que ellos ponen a la venta. Yo sé que, en el fondo, muchos de ustedes comprarán también el libro en papel —para tenerlo, para regalarlo o para compartirlo—, pero también sé que hay muchos, en otros países que no son España, Argentina, Uruguay y Chile, que no tienen otra opción de lectura más que la descarga. El regalo es, sobre todo, para ellos.”
Desde este blog promulgamos que la cultura debe poder difundirse en libremente, siempre con un cierto respeto de la voluntad del autor, pero teniendo como punto de partida el principio de la libertad (Google es quizás la empresa que más a crecido en estos últimos años, y es porque es una de las que ha identificado mejor su filosofía de empresa con la voluntad y necesidades de los cibernautas y gran parte del éxito es por este concepto de libertad tan intrínseco a su ideología empresarial).
En alguna otra ocasión ya lo he dicho: es imposible ponerle puertas al campo, y aquellas mentes obtusas y reaccionarias tienen ya la batalla perdida en la red, sólo que aún no se han dado cuenta. Somos más, somos más inteligentes ;D y la red en realidad está hecha por nosotros.
Este es el emblema de The Pirata Bay (la bahía pirata) versionado por Google. The Pirata Bay tiene su origen en Suecia y es una plataforma dedicada al intercambio P2P de torrents. La plataforma ha sufrido alguna demanda legal con alguna sentencia que condenaba a la bahía. Aún así, sigue funcionando. Y es precisamente ahí, en Suecia, donde en las últimas elecciones europeas El Partido Pirata consiguió un eurodiputado. Un aviso para los políticos que promulgan leyes sancionadoras. El principio es sencillo: cada acción tiene su reacción. Definitivamente la batalla está ganada y aunque cerrasen Pirata Bay como ya se cerró Napster, daría absolutamente lo mismo. Es como el viejo dicho que el pueblo llano asumía tácitamente a la muerte de su monarca: “Muerto el rey. Viva el rey”. Si cierran cualquier plataforma P2P, rápidamente cualquiera otra ocupará su reinado. Je,je además, cierren Emule -que ya está muy asentada entre los cibernautas- y verán la “chingada” que se monta.
3 Comments:
No puedo estar más de acuerdo contigo. Un abrazo.
Hola!
sí que ha habido textos -cuentos- completos de Cheever en internet. Y durante mucho tiempo además. Yo tengo una web, pero como el dominio era gratuito y lo perdí ahora tengo que subirla de nuevo (pero tengo que rediseñarla antes) donde había algunos cuentos suyos. Pero sí sé que son celosos con los derechos, y por ejemplo, no editan sus Diarios completos lo que es una gran pena, pero yo nunca tuve ningún problema. A ver si consigo tiempo y la subo de nuevo. Mientras tanto sigo con el blog:
http://cheever.wordpress.com/
Lo que sí es chungo chungo es poner algo de Salinger porque él estará missing pero sus abogados no. Mientras tanto:
http://cuentossalinger.wordpress.com/
que tengo que completar con los otros 2 cuentos, son inéditos.
Saludos y Cheever Forever!
En inglés, tanto Cheever como Salinger son bastante fáciles de encontrar por la web. Si buscais "burgomeister books" en google, encontrareis libros de ellos y otros muchos realmente interesantes. Es una de las mejores colecciones de literatura (sobre todo, pero no sólo, anglosajona) que hay en la web.
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