La paradoja de Jevons y el egoísmo individual
No suelo meterme en berenjenales sobre discusiones económicas más de lo que me exige la cortesía con los amigos, por la principal razón que se más bien poquito sobre el tema –seguramente sólo se lo suficiente para meter la pata de vez en cuando- y además el dinero en sí nunca me ha llamado la atención más allá de lo que respecta a cubrir mis principales necesidades. De hecho me interesa únicamente como anomalía, como la rareza que me produce que un minúsculo diamante muchas veces valga más que la vida del hombre que lo está desesperadamente buscando. Sin embargo, últimamente no paro de hablar de hipotecas, burbujas inmobiliarias, crisis y todo eso, y este run-run y el hecho que en el fondo soy de la escuela carnotista, me ha hecho que ahora me detenga a explicar algunos conceptos que rondan por mi cabeza sobre el concepto de la paradoja de Jevons.
En 1865, William Stanley Jevons, escribió el libro “La problemática del carbón”, en la que se establecía la siguiente tesis: Si aumentábamos la eficiencia en el consumo del carbón, en vez de ahorrar energía, lo que provocábamos era un aumento de la propia demanda”. O sea que aunque en un principio el ahorro pudiera aumentar, al final, el uso del modelo optimizado provoca un aumento del consumo del recurso y una mayor demanda.
Esta paradoja encuentra múltiples ejemplos donde podríamos aplicarla relacionados con nuestra vida cotidiana: desde el consumo de recursos energéticos, hasta capacidad en las redes ADSL, e incluso la construcción de carreteras, y la llamada burbuja inmobiliaria. Analicemos alguno de estos casos.
Existe la errónea creencia de que si en red hay congestión de tráfico la solución debería ser el aumento de carreteras. Sin embargo la paradoja de Jevons nos advierte que el aumento de nuevas vías en la red de carreteras, lo que provoca es que la gente se anime a coger más el coche, lo que indica que aunque inicialmente haya una descongestión inicial, a la larga la congestión del tráfico a la que se llega es la misma, sólo que con más carreteras y más coches (con por supuesto aumento en los problemas de tipo ambiental). Las políticas actuales hoy en día van más hacia lo que se denomina como push and pull (empujar e influir), algo así como un método de disuasión e incentivo, que pretende dificultar el uso del transporte particular y en cambio fomentar el uso del transporte público.
Sobre la burbuja inmobiliaria también encontramos un caso curioso. El gobierno del PP liberalizó el suelo, pensando que así se aumentaría la edificación, lo que haría que aumentase la oferta sobre la demanda y que esto conllevaría una disminución en el valor de los pisos. Sin embargo, el precio de la vivienda aumentó durante los gobiernos del PP y del PSOE, porque no se guiaba por la demanda, sino por el interés especulativo. Los pisos se iban sobrevalorizando con la expectativa de incrementos futuros y el negocio se retroalimentaba en una espiral de crecimiento que tenía los días contados porque antes o después el sistema debía colapsarse, y tender hacia un punto de equilibrio. Las casas en realidad sólo valen si hay personas que quieran vivir en ellas, y si hay un exceso en la oferta de venta de casas, tal que el mercado no pueda asumir, al final se vuelven bienes sin valor. Los promotores en este caso se han encontrado con un montón de casas vacías sin compradores que quieran vivir en ellas y los precios entonces han comenzado a bajar. Lo que psicológicamente afecta al comprador al revés de lo que fue el efecto especulativo, ahora muchos compradores sabiendo que si se esperan a la hora de comprar pisos los precios aún disminuirán más, están a la espera, y esto ha hecho que el negocio de la compra-venta de pisos esté aún más estancado de lo que podría estar realmente.
Españistán, de la Burbuja Inmobiliaria a la Crisis (por Aleix Saló)
En este caso podríamos entender la eficiencia de Jevons, como el aumento en la construcción (ligado al beneficio especulativo). De tal modo que podríamos decir que la paradoja de Jevons lo que nos viene a decir es que si en un sistema se pretende llegar a un equilibrio y este depende del beneficio individual, por mucho que el equilibrio del beneficio global sea otro, si se les deja a la elección de las personas, lo que se provoca es el equilibrio donde el beneficio momentáneo individual llega al máximo. Lo que tarde o temprano provoca un equilibrio por colapso.
Esto recuerda mucho a la Teoría de juegos de Nash y al problema del prisionero. El equilibro al que nos lleva la paradoja de Jevons en cierta manera es un equilibrio de egoísmo. Podemos decir que el sistema tarde o temprano encontrará un equilibrio, en el caso de la burbuja inmobiliaria ha tenido que ocurrir una terrible crisis en al construcción para que los precios de los pisos comenzaran a bajar, y el mercado inmobiliario comience a buscar un equilibrio más estable.
Como químico, el concepto de equilibrio, como podéis ver, lo tengo bastante presente. Debe ser por el segundo principio de la termodinámica: un sistema cerrado siempre tiende al equilibrio y la entropía de un estado a otro, solo aumentará. Me imagino, que la entropía en este caso vendría a ser el beneficio individual (o el egoísmo humano).
Bueno, puede que todo esto suene bastante extraño, pero es por mi vena carnotista. Además puedo alegar a mi favor, que el propio Jevons intentó relacionar las manchas solares sobre los ciclos económicos. ¡Sí! Jevons un día que pasó demasiadas horas tumbado en la playa, desarrolló la teoría de las manchas solares (sunspots) en la cual, las explosiones nucleares que ocurren en el sol, influían en el clima, y por ende en la actividad económica. Otros después, relacionaron las manchas solares, con la actividad meteorológica además de sobre la psicología de las personas… Es por eso que no creo demasiado desorbitado relacionar la entropía de un sistema con el concepto del egoísmo individual.
Si para disminuir el consumo de energía esta quizá deba encarecerse. Aquí ya me aventuro… entonces me imagino que para disminuir el precio de las casas, lo que se ha de gravar es el impuesto sobre la renta y el de las transacciones inmobiliarias. De igual modo se debería de controlar todo ese dinero negro que rodea el negocio de la compra-venta de casas. De tal modo que la gente cuando comprase o vendiese un piso este estuviera marcado por su valor real (evitar la diferencia entre el valor de escritura y el valor de tasación).
Y hasta aquí la clase económica de hoy. Para la próxima clase léanse el trabajo del profesor Yves Nievergelt: “El precio elástico de la demanda: juego, heroína, marihuana, whisky, prostitución y pescado”. Así ya vendrán preparados.
2 Comments:
Buenas tardes! Muy interesante esta iniciativa de blog.
Si te interesa los temas de cultura en general estoy iniciando un proyecto propio, me gustaría que lo visites.
Saludos!
http://culturaen10.blogspot.com/
Puedo prometer y prometo que lo visitaré.
Solo eso je,je.
Un saludo.
V.
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