Una resaca sentimental
La expresión no la pronuncian mis labios, pero cayó en gracia a mis ojos. ¿Cómo explicar que el pozo en el que he caído no es el mío? Pero las palabras acuden a mi boca aunque estas sean prestadas. Siento una estrella de luz engullida por mi garganta, que ilumina mi semblante dándole de juego de infernales sombras. Soy una calabaza hueca con macabra sonrisa y de mirada perdida. Y mientras una luz que cruza la lejanía, silenciosa e hiriente, quema el interior de mis carnes.
Toco con mi dedo las cenizas del brasero, y el polvo negro azuza el aire. Y con mi índice tiznado, dibujo el rostro de aquella a la que no amé.
Avernus
Tú que has entrado en mi imperio
como feroz dentellada,
demonia tornasolada
con romas garras de imperio,
¡infiérname en el cauterio
voraz de tus ojos vagos
y en tus senos que son lagos
de ágata en cuyos sigilos
vigilan los cocodrilos
réprobos de tus halagos!
Julio Herrera y Reissig –Tertulia Lunática-
Etiquetas: Poesía
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