La Librería

Pequeños retales de literatura

domingo, mayo 05, 2013

Quise un bello sueño.

Creo que te ví. Quince años sin verte y el destino hizo que te volvieras a cruzar por mi vida de forma fugaz. El azar es perverso. Apenas tuve unos segundos para volver a ver tu rostro. Pero ese instante sirvió para que me revolvieras mil recuerdos.

Pasaste subida en una bicicleta por mi lado, sin mirarme, y yo tuve ganas de gritar tu nombre, pero como casi siempre no supe reaccionar, y esa palabra que hubiera servido para que tú te pararas, solo conseguí que resonara en mi interior. Creo que eras tú. Pero quizás es que te quise ver en otro rostro. Será porque la penúltima vez que te vi también ibas en bicicleta, pero aquella vez estuve más seguro que eras tú, y si que tuve el valor para pronunciar tu nombre, y tú te paraste, y hablamos y recordamos viejos tiempos y me dijiste que habías viajado y que habías visto mucho más mundo del que yo ha había visto. Y te envidié y te admiré a partes iguales y también te deseé. Me hubiera gustado poder volverte a desear. ¿Por qué el destino es tan caprichoso para hacer que tú siempre vayas subida en una bicicleta y yo tenga apenas unos segundos para recuperar tu recuerdo? Pero escrito está que tú no debes volverte...

Te recuerdo, y me hubiera gustado decirte que tus cabellos siempre me han parecido el mejor lugar para perder mis dedos; que tu risa siempre iluminaba mi cara y que tu voz era tan dulce como el mejor de los vinos embriagadores.

Al llegar a mi casa te he buscado por internet para encontrar tu rastro, y veo que sigues conquistando metas y abriéndote camino en tus sueños.

Exploro mis sentimientos y esta noche –mañana quizás ya no- me apetece recordar unos versos del poeta Jose Angel Buesa que dicen:

Yo te amaré en silencio, como algo inaccesible,
como un sueño que nunca lograré realizar;
y el lejano perfume de mi amor imposible
rozará tus cabellos ... y jamás lo sabrás.


Miro la programación de la televisión, y veo que esta madrugada dan Cuando ruge la marabunta, comenzará apenas dentro de unos minutos y eso me hace volver a pensar que el destino es muy caprichoso y tal vez se haya confabulado para que vuelva a ver esta película esta noche. Decía Bolaño en su relato El hijo del coronel que después de ver una película de zombies (Return of the Living Dead III) había visto plasmada su vida en aquella película de muertos vivientes. Algo así me sucedió a mí cuando volví a ver Cuando ruge la marabunta hace unos años, también ví parte de mi vida reflejada en esa película. Zombies, un ejército de hormigas hambrientas atacando la finca de un terrateniente… alguno quizás piense ¿cómo películas de este tipo pueden reflejar la vida de alguien normal y corriente? Pues sí, en esa película esta parte de mi vida.

Y tú también estabas en ella, pero nunca lo supiste.

Etiquetas: ,

2 Comments:

Blogger Doctora said...

Te entiendo, yo me sentí identificada con "Jurassic Park", pero eso era por la pareja de velociraptores que había sueltos por el barrio cuando era pequeña ;P

3:40 p. m.  
Blogger Vigo said...

No te equivoques Bea, cuando todo el vecindario hablaba de esos dos velociraptores que arrasaban por donde pasaban, se referían a tí y a tu amiga Yoli. De eso no tengo dudas. ;P

6:51 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home

 
 

Licencia C 2004-2005 by Daniel Vigo

Email