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Pequeños retales de literatura

viernes, julio 08, 2005

Ojalá hubiese sido lluvia

Pienso que seguramente estarán saturados por los hechos que han ocurrido hoy en Londres, pero aunque nunca he querido que este blog fuese un seguimiento de las noticias de actualidad, no puedo evitar en estos casos dejar alguna referencia a los hechos dolorosos que nos acontecen. Sé que cada día mueren decenas de personas en otros lugares del mundo por atentados igual de terroríficos, pero no quiero entrar en ese juego. Las muertes son siempre igual de dramáticas, pero mi sensibilidad es como es, y no puedo hacer nada frente a eso. Sólo pienso que me es fácil recordar hoy lo que sucedió en Madrid hace un año, y que aún tengo presente las lágrimas de Pilar Manjón por la muerte de su hijo, o las lágrimas de aquella otra madre que perdió a su hija de dieciocho años; una niña que guapísima, cuyo gato entristecido aún esperaba su vuelta asomándose todos los días a la ventana.
¿Cuántos muertos habrán esta vez? Gente común cuyo único error ha sido levantarse como hacía todos los días para ir a trabajar. Mañana Londres despertará con el dolor de matrimonios rotos; el dolor de un enamorado al que le arrebataron sus besos apasionados; el dolor de los padres que ya no darán más buenas noches; el dolor de los amigos que lamentarán por no haber tomado aquella última taza de café; y muchos más dolores, alguien dijo que estábamos hechos más para sufrir que para ser felices, pues los placeres de la vida entraban por alguno de los cinco sentidos, pero el dolor en cambio era capaz de extenderse por cada centímetro de la piel
En mis pensamientos, me acordé de un poema de Faulkner; me acordé de mi viaje a Londres y me acordé de la lluvia, pero no de la garúa argentina o el chirimiri español (o vasco?), ¡no! me acordé de ir caminando resguardándonos bajo el refugio de los balcones, como turistas pobres que por no llevar más peso en nuestras mochilas, habíamos evitado cargar con los paraguas desde España; pero la lluvia seguía cayendo con furia desde los grisáceos cielos ingleses , y pese a nuestros esfuerzos poco a poco nuestras ropas se iban humedeciendo.


Si hay dolor

Si hay dolor, que sea sólo lluvia,
y ésta sólo dolor de plata, por el dolor en sí.
Si estos verdes bosques soñaran aquí,
para despertar en mi corazón,
yo amanecería otra vez.

Pero dormiré, pues ¿dónde hay muerte
mientras en estas tristes y ensoñadoras colinas,
tenga yo, como el árbol, mi raiz?
Aunque esté muerto, esta tierra, que se agarra a mí,
me encontrará el aliento.
William Faulkner

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2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Lamentable lo sucedido en londres,igualmente lamentable lo que sucede en todo el mundo, no nada más se tiene un Londres, sino, un Madrid, Nueva York, Ásia, el hambre en África, la pobreza, la espantosa guerra en Irak y toda la infinita muerte y dolor que causan decisiones equivocadas.
Primera visita, un placer pasar por aquí.
Lirva.
Saludos.

11:04 p. m.  
Blogger Vigo said...

Lirva, me alegro que te haya gustado pasearte por aquí.
En tu primera visita has sido galardonada como la Turista 7000, con lo cual has ganado un bonus de diez visitas sin cobro alguno.
El placer es mío.

4:22 a. m.  

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