Entre silencios

Esto es realmente curioso, ustedes no dejan de sorprenderme. No escribo durante unos días y alcanzo las cuotas más altas en el audímetro de Webstats (estas cosas uno no sabe si tomárselas como un elogio o como un consejo). Digo yo que debe ser la expectación… Mi ordenador creo que salvará el disco duro, de todas maneras encontré unas copias de parte del disco duro de hace un par de meses, que en caso de que el diagnóstico final fuera negativo, me facilitarían bastante mis tareas. Lo bueno, es que la torre que utilizaba (creo que un antiguo Pentium II), seguramente la acabaré jubilando, y tendré otra con puerto USB, lo cual me facilitará muchísimo las faenas de trasladar archivos.
Sólo decirles que a todo ese lector enigmático que no deja de sorprenderme, tal vez también le gustaría escuchar la obra más reconocida de John Cage, el famoso de 4’33. Una obra que tiene la particularidad que se desarrolla con una orquesta presente, pero sin que suene ni una única nota de melodía. Aunque según los críticos cada versión es distinta, en algunas el ruido de sillas al moverse es más sonoro, en otras los carraspeos entran más tarde. ¡Y es que el público apenas sabe apreciar lo difícil que es dirigir los coros de murmullos para que entren con el tempo adecuado!