Erik es autista
“La chaqueta preferida de Erik da vueltas en la lavadora. Erik la mira inmovilizado con expresión de terror. Es su chaqueta, la roja, no está colgada en el perchero de la entrada de casa, tampoco la lleva puesta... ¿qué ha pasado? ¿quién ha cogido la chaqueta y la ha metido ahí? Erik empieza a temblar, grita, se golpea... No habla aún, no llama a su mamá, no pide ayuda, le resulta imposible comprender esa situación cotidiana. Es autista. Para Erik, el mundo tiene otras reglas y su cerebro interpreta de forma diferente la información que le llega a través de los sentidos. “
Anabel Cornago (Pueden leer el resto del texto aquí).
Quise decírselo el otro día a Anabel, sabía de un escritor japonés cuyos libros siempre tenían como piedra angular la discapacidad de su hijo, pero en aquel momento no conseguía concretar el nombre. Lo comprobé luego cuando llegué a mi casa, el autor al que me quería referir era el Premio Nobel japonés Kenzaburo Oe. En 1963 nació su hijo primogénito Hikari (luz), con un problema de hidrocefalia, que desembocó en una minusvalía de retraso mental y autismo. Aquejado por un sufrimiento moral, Kenzaburo Oe decidió visitar Hiroshima, a ver si así entre las víctimas de la bomba atómica, conseguía encontrar la calma a su dolor. Allí consiguió aceptar la suerte que le ofrecía el destino, y encontrar la voz que le serviría de inspiración para sus futuros libros. Quizás su libro más famoso sea precisamente “El grito silencioso” donde se narra la historia, Mitsa, que retorna con su mujer y su hermano a la aldea de sus antepasadas, intentando volver a construir una vida que se ha derrumbado al nacer su hijo deficiente. Temáticas parecidas están en otros de sus libros como “Una cuestión personal” o “Un amor especial” (otros links: 1 y 2), este último especialmente autobiográfico. Actualmente su hijo Hikari presenta una habilidad especial (no es lo normal aunque mucha gente piense que sí tras haber visto Rain man) compone música, y lo hace bastante bien. La relación de Hikari con la música según parece siempre ha sido muy particular, leo a Kenzaburo en un artículo el siguiente comentario que hace, habla mientras contempla un pájaro de plumaje blanco y negro:
Anabel Cornago (Pueden leer el resto del texto aquí).
Quise decírselo el otro día a Anabel, sabía de un escritor japonés cuyos libros siempre tenían como piedra angular la discapacidad de su hijo, pero en aquel momento no conseguía concretar el nombre. Lo comprobé luego cuando llegué a mi casa, el autor al que me quería referir era el Premio Nobel japonés Kenzaburo Oe. En 1963 nació su hijo primogénito Hikari (luz), con un problema de hidrocefalia, que desembocó en una minusvalía de retraso mental y autismo. Aquejado por un sufrimiento moral, Kenzaburo Oe decidió visitar Hiroshima, a ver si así entre las víctimas de la bomba atómica, conseguía encontrar la calma a su dolor. Allí consiguió aceptar la suerte que le ofrecía el destino, y encontrar la voz que le serviría de inspiración para sus futuros libros. Quizás su libro más famoso sea precisamente “El grito silencioso” donde se narra la historia, Mitsa, que retorna con su mujer y su hermano a la aldea de sus antepasadas, intentando volver a construir una vida que se ha derrumbado al nacer su hijo deficiente. Temáticas parecidas están en otros de sus libros como “Una cuestión personal” o “Un amor especial” (otros links: 1 y 2), este último especialmente autobiográfico. Actualmente su hijo Hikari presenta una habilidad especial (no es lo normal aunque mucha gente piense que sí tras haber visto Rain man) compone música, y lo hace bastante bien. La relación de Hikari con la música según parece siempre ha sido muy particular, leo a Kenzaburo en un artículo el siguiente comentario que hace, habla mientras contempla un pájaro de plumaje blanco y negro:
“Es un shijukara. Sentimos mucho afecto hacia los pájaros, los cuidamos como si fueran de la familia, porque fue gracias a ellos que mi hijo habló. Creíamos que tal vez jamás hablaría, pero yo le ponía discos con los cantos de las diferentes especies de aves y una voz humana que las nombraba, para que aprendiera a identificarlas" y al final, un día, al oír el gorjeo de uno en el jardín, lo llamó por su nombre. Durante un tiempo, sólo respondía a los pájaros, no a las personas".
Todo esto que estoy contando lo hago porque Anabel Cornago ha propulsado con la colaboración de muchas otras voces que la revista Sentido figurado sacara un especial sobre el autismo. Nos lo contó el otro día a Frida, a J.P. y a un servidor, mientras nos intentaba emborrachar con buen vino, aunque creo que la acabó más perjudicada fue ella ;D (sólo un poquito, no vayan a malpensar). Y no me cuesta nada ahora poner mi granito de arena, aunque sólo sea haciéndome resonancia de este hecho.
La revista (suplemento de En Sentido Figurado) está colgada en Internet en formato pdf, y se puede bajar toda completa directamente a través del siguiente link ("Estamos con el autismo"). En ella hay colaboraciones importantes, como la Javier Pérez Reverte o la del dibujante Miguel Gallardo (que además de ser el padre del famoso makoki, también es el padre de María, una niña autista de la que seguro que se siente aún más orgulloso, y cuya relación con ella se puede leer en el recién editado “María y yo”).
Anabel actualmente se encuentra en Hamburgo donde vive con su marido y su hijo Erik, luchando para que el estado se implique verdaderamente en el cuidado de estos niños especiales, cuya educación exige un notable esfuerzo invertido en horas de educación especial, pero que gracias a este empeño en esta etapa primaria, permitirá a su hijo tener una vida mucho más plena. ¡Es por eso por lo que es tan importante el diagnóstico precoz de este síndrome!)
Nota: el dibujo es del propio Miguel Gallardo, y es el que encabeza la portada de este suplemento sobre el autismo.
**Blogger: "Tu entrada se publicará automáticamente el 10/05/08 a las 5:01." Waou!!! Blogger ¡quiero un hijo tuyo!
Etiquetas: Literatura, Social
3 Comments:
Qué bonito, Vigo. Uf, ha sido precioso leerlo. Mil gracias de todo corazón. Voy a buscar información sobre Kenzaburo Oe e intentar localizar el libro.
Besos desde Hamburgo,
anabel
Fue un placer compartir esa cena con Anabel. La revista es todo un logro.
Anabel, fue un placer conocerte. Cuando vuelvas a Barcelona no dudes en dar noticias y esta vez pagaré yo una botella. Espero que la lectura de Kenzaburo te guste yo disfruté leyendo un texto tuyo de RH. Por cierto, el otro día también oí hablar de un corto en el que aparecía un joven autista (Creo que se llamaba Disminuir el paso).
Palimp, lo de la botella también va para tí, te debo una botella de buen vino. Y al restaurante le debo colocar un cuadro en la pared.
;D
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