La Librería

Pequeños retales de literatura

lunes, junio 02, 2008

Dulce introducción al caos

Pasaron varias cosas esta semana que me llamaron la atención, al poeta Marcos Ana le dieron el Premio Christa Leem, Tv3 lleva toda esta semana fomentando la lectura, y ha dado unos cuantos programas interesantes y en el Retiro de Madrid se está celebrando la Feria del libro con un especial interés por los autores latinoamericanos (habrá que echarle un vistazo al asunto, pero de entrada me acuerdo que iban a asistir Fresán, Volpi y Pauls)
Sin embargo lo que me ha movido a escribir es algo que acabo de descubrir, y aún estoy dando saltos de alegría. Después de muchos años de silencio, y esperándolo como agua de mayo (y el agua cayó a raudales y el minitrasvase se fue a pique), Robe y los suyos han abandonado su tierra de conquistadores, y han salido por fin a hacer una nueva gira. Llevan bajo el brazo su nuevo trabajo “La ley innata”. Según parece el nuevo disco se compone únicamente de una canción (al igual que en La Pedrá) que vendrá dividida en diferentes cortes.
Pues sí, Extremoduro lleva un par de semanas de gira ¡y yo sin saberlo!. ¿Habrá que rezar a los dioses del cielo y del infierno para que toquen en Barcelona? He leído que la gira comenzó hace unos días en Santander, y se va a prolongar hasta noviembre. Así que supongo que entre tantos días, algún día tendrán la deferencia de pasarse por Ciudad Condal. Pues nada, nada, en cuando nos enteremos del dato, aquí vamos corriendo a comprar unas entradas.
Y ahora como introducción les dejo una hermosa Dulce introducción al caos (aprovecho la cuña ¡arriba el carnotismo!)


Como quieres que escriba una canción? Si a tu lado no hay reivindicación.
La canción de aquel tiempo no pasará, donde nunca pasa nada.
Una racha de viento nos visitó, el árbol ni una rama se le agitó
La canción de aquel viento se parará, donde nunca pasa nada.
Un otoño al demonio se presentó, fue cuando el arbolito se deshojó.
La canción de aquel tiempo se atrasará donde nunca pasó nada.
Una racha de viento nos visitó, pero nuestra veleta ni se inmutó
La canción de aquel viento se parara, donde nunca pasa nada
Mientras tanto pasan las horas, sueño que despierto a su vera,
me pregunto si estará sola y ando dentro de una hoguera.
Como quieres que escriba una canción? Si a tu lado he perdido rendición.
La canción de aquel tiempo no pasará, donde nunca pasa nada
Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas,
se paró el aguacero ahora somos flotando dos gotas,
agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor,
me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor.
volar,,, volar!
Una racha de viento nos visitó, y a nosotros ni el pelo se nos movió.
La canción de que el viento se parará, donde nunca pasa nada
Ya no quiero una piedra en pie, porque que el viento lo derribó, no no odio esa canción.
Ya no queda nada de ayer, porque el viento se lo llevó, no no odio esa canción.


PD. Siguiendo el tema musical. Mientras escribo este post, leo en yahoo la noticia de que el hermano de Andrés Calamaro se mete en una cápsula submarina y se pone a cantar a las ballenas. Por dios!! Ya no sé quién de los dos hermanos está peor. No sé si han visto muchas entrevistas a Andrés Calamaro, pero yo he visto unas cuantas; la primera vez sospeché que estaba bajo los efectos alguna sustancia psicotrópica, luego sin descartar lo primero, me he dado cuenta que este hombre suele ser muy disperso (el mundo se rige bajo las teorías de Lorenz). Aquí dejo el link de una parodia en el blog “Te estás pasando de pelotudo”: Como hacer una Omelette por Andrés Calamaro.
No me extrañaría que el Pomelo de Capusotto hubiera tenido como referencia a Calamaro.

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3 Comments:

Blogger Kraichek said...

Grande extremo, deseando que salga su nuevo disco pronto y que pasen por valencia sin tener que pagar 50€...con respecto a Calamaro tmb esperamos (los valencianos) que venga a nuestra ciudad y no traiga la lluvia.
Un abrazo, buen blog

12:30 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cuánto tiempo sin escuchar a Extremoduro, me trae entrañables recuerdos y algún apunte en Alas, se llamaba la carn vol carn y entonces buscaba dónde se quedaban los besos que me debes... Resultó que en una cajita que no se abrió.

Salud y gracias!!!

1:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola David,

Te escribo en referencia a tu artículo sobre Jean-Claude Romand. Primero decirte que me ha encantado y como llevo tiempo "obsesionado" con esa historia, cuando se la cuento a alguien uso lo que tú has escrito como referencia. El motivo de este mensaje es para hacer te saber que el enlace a tu blog en este artículo está mal y no envía a la gente al sitio correcto, lo que es una pena. Compruébalo.

Gracias y saludos.

1:06 p. m.  

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