¡Diablos! ¿Dónde está Jean François Fogel?
Cae la lluvia a través de mi ventana. En los cristales serpentean los estrechos ríos de plata acelerándose en su caída inevitable contra el marco de madera. El goteo contra el vidrio y la persiana produce un continuo tintineo como si un diapasón acelerado marcara el ritmo de la lluvia. De vez en cuando un trueno rompe la constancia con un rugido. Miro las perlas de agua como avanzan impasibles hacia su muerte, lanzándose como lemmings hacia un abismo que los reclama con cantos de sirena. Otras gotas tienen una muerte más fulminante, y explotan al tocar la barandilla del balcón. Mientras la calle se humedece; se moja; se inunda de lluvia y el pobre transeúnte avanza apresurado bajo el cobijo que le ofrece una negra bóveda impermeable. Minúsculas riadas caen por la calle inclinada alimentada por millones de hilos inclinados que conectan el cielo gris con el negro asfalto como el hilo umbilical une al niño con la madre. Una pareja de enamorados se dan calor uno al otro mientras se aprietan bajo un mismo paraguas. La chica pega su cabeza a su pecho y así avanzan a trompicones. Los coches pasan por la calle y se alejan dejando un rastro de luces rojas y tristes charcos que se mueven con el mismo movimiento que hacen las olas del mar. Es un día de octubre y llueve. Y en mi nostalgia me doy cuenta que nunca más volveré a tener este día. Podrá haber otros, pero nunca será el día de octubre en el que yo escribí que caía la lluvia a través de mi ventana.
Escribo esto hoy con una intención, un estado de ánimo, y especialmente como forma de pequeño homenaje hacia una persona. Escribí esto, no porque la lluvia arrecia estos días con fuerza en la península y en particular en Barna, sino por algo más general y más nostálgico. Tiene más que ver con aquello que decía Bécquer sobre aquellas lágrimas del día que nunca volverían (volverán las oscuras golondrinas…). Pero el blog de Jean-François Fogel nunca volverá. Y ahora entro por fin al ruedo.
¡Diablos! El blog de Jean-François Fogel, uno de esos que están asociados a la versión digital de El País, se ha volatilizado. Todas las entradas han desaparecido y no hay manera de recuperarlas. Bueno, de hecho el buscador interior de El País rastrea algunas entradas pero cuando le das al link correspondiente te remite una y otra vez a una improductiva página de inicio de Boomerang con los otros blogs asociados que si que funcionan. ¡No encuentro la manera de cargar ningún post! Ya lo dice esa máxima carnotista que recuerda al griego Heráclito: “Todo retorno es una operación imposible”. Y el único que parece haberse quejado de esta aberración cibernética que ha secuestrado los post de Fogel es el escritor y también bloguero, Iván Thays que desde su Moleskine Literario pregunta: “¿Y Jean-François Fogel?" Pues exactamente lo mismo digo yo, pero acompañado de algún tipo de imprecación malsonante atenuada en título de este post.
La mayoría de ustedes no conocerían a Fogel. Pues bien les aclaro que Fogel tal vez era el mejor crítico literario que escribía en la red. Porque aparte de escribir bien tenía un amplio conocimiento de todas las novedades que se daban en el mercado editorial. Con un pie en la literatura castellana (abarcando península y Latinoamérica), el otro en la francesa, y otro pie si lo tuviera sobre la literatura inglesa.
Me gustaba visitar su blog, porque tras leer cualquiera de sus posts uno siempre aprendía cosas nuevas del mundo literario. A través de su blog uno podía decir con seguridad que estaba bastante al día en lo que respecta a las novedades literarias. Fogel, reflexionaba sobre cualquier cosa que le llamara la atención, y lo hacía con un estilo directo, inteligente y culto, pero de una forma sencilla, del modo que sólo saben hacerlo los que de verdad tienen talento para la escritura.
Me jode que haya desaparecido este blog, sin duda uno de los lugares de referencia para cualquier amante de la literatura. Y me jode aún más porque muchos de sus artículos que almacené en mi ordenador y que esperaba releerlos con más calma, los perdí con la hecatombe que sufrió mi disco duro hace un par de meses. Me imagino al menos que Fogel seguirá trabajano para la versión digital de Le Monde, pero seguramente lo hará ahora desde detrás de las bambalinas.
Manda webs. Y continúa lloviendo.
Etiquetas: Creaciones, Internet, Literatura
4 Comments:
Siempre es un placer pasar por aquí.
Felicitaciones
Hombre, que ya extraño a Fogel sin haberlo leído nunca! usted es bien dado para la nostalgia. Esa lluvia de arriba impecable, daba ganas de mojarse.
Yo tambien extraño a Fogel, busco y busco y no lo encuentro (tanto asi que te encontre a ti) si alguien descubre de nuevo su blog, por favor aviseme. Mi mail es: luisanadav@yahoo.com. Estare eternamente agradecida!! (disculpen la falta de tildes esta compu carece del mismo) saludos cordiales.Luisana
y alguien tendrá la gentileza de decirnos que pasó con Fogel, se le extraña y muchísimo, el boomeran ya no es lo mismo sin él.
Laura
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