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Pequeños retales de literatura

domingo, noviembre 20, 2011

Medianeras y el edificio Kavanagh

Cuentan las leyendas que el Palacio del Taj Majal fue construido por un rey indio que lloró por la repentina muerte de su mujer y quiso hacerle el mausoleo más bello jamás construido. La escritora sombrerera Amélie Nothomb dice en su libro Viaje de invierno que el arquitecto francés Gustav Eiffel diseñó su famosa torre como una prueba de amor hacia su amada, y por ello la torre Eiffel tiene esa característica forma de “A” porque simboliza la primera letra de la palabra “amour”.

Hace unos días asistí al preestreno de una película argentina a la que acudía totalmente a ciegas, sin tener ni idea de cual era el título de la película, ni mucho menos su director. Una vez allí me llevé una grata sorpresa al descubrir que la película a la que asistía era Medianeras del argentino Gustavo Taretto (“grata” porque si tienen costumbre de vez en cuando de venir por aquí se habrán dado cuenta que hay por mi parte una cierta admiración hacia el mundo argento).

La película tal vez la comente otro día más detenidamente o de forma tan tangencial como esta, pero sencillamente me conformo ahora con decir que es una gran película que habla de la búsqueda de amor en un mundo de soledades cibernéticas; que sale Pilar López de Ayala –para que retengan el dato- y que es una grandísima película. Es recomendable para todo el mundo, pero me parece especialmente recomendable para el público argentino, por las bellas imágenes que aparecen sobre la arquitectura de Buenos Aires.

En la película se cuenta por ejemplo la curiosa historia del edificio Kavanagh, y es esta relinda historia la que me apetece plasmar en mi blog. Si antes hablaba de amor y edificios, como podría hablar por el contrario de asesinatos en otros edificios como en el americano Hotel Dakota. El rascacielos Kavanagh tiene detrás de su imponente estructura de hormigón una historia de venganza y amor, que me parece tan argentina como lo es el tango, el cual uno no se puede imaginar que no sea de otro lugar que los arrabales de los bajos fondos porteños (es como si los edificios de cada ciudad no fuesen más que un espejo del carácter de sus habitantes).
Kavanagh
Edificio Kavanagh

Cuenta la leyenda del Kavanagh que hubo un enamoramiento entre dos jóvenes que comprometía a las familias Kavanagh y Anchorena, los Kavanagh eran adinerados, pero no tenían la suerte de descender de una estirpe noble como los Anchorena. Así que cuando uno de los hijos de los Kavanagh pidió el visto bueno a su madre para continuar el romance que vivía, la matriarca de los Anchorena, Mercedes Castellanos de Anchorena desaprobó la relación, al no correr por las venas de los Kavanagh sangre patricia. El hijo de los Anchorena acató dócilmente la decisión de la madre, y la hija de los Kavanagh se quedó así, compuesta y sin novio y con el corazón partío.

Pero la matriarca de familia de la enamorada, cuyo sonoro nombre era Corina Kavanagh –me pasa como con lolita al pronunciarlo: Co-ri-na, luz de mi vida, o Co-ra del cuento de Cortázar Querida señorita- decidió no quedarse con los brazos cruzados ante tal insulto al honor familiar y resentida maquinó una original venganza arquitectónica.

Los Anchorena vivían en un palacio familiar en la plaza San Martín, y habían construido al otro lado de la plaza una de las iglesias porteñas más bellas, la Basílica del Santísimo Sacramento, para que les sirviera de sepulcro familiar. Por lo que las vistas desde el palacio eran muy bellas, y los Anchorena no se cansaban de presumír en sus reuniones sociales de este hecho.

Anchorena
Palacio de Anchorena

Pero hubo un detalle que los Anchorena no pudieron controlar, y es que Corina Kavanagh se les adelantó a comprar un solar disponible que quedaba entre ambos edificios por el que querían pujar también los Anchorena. Y sobre ese suelo dio orden de construir un inmenso rascacielos de hormigón de 31 pisos y 120 metros de altura); que superó al Palacio Barolo –del cual Franco Chiaravalloti al que tuve la oportunidad de ver el viernes me habló también un poquito- que hasta entonces era el más alto, convirtiéndose durante unos años en el edificio más alto de sudamérica.

El edificio Kavanagh se construyó en apenas catorce meses, tapando completamente las vistas a la basílica desde el Palacio de Anchorena. De hecho, se da la curiosidad de que al estar el Kavanagh construído tan cerca de la basílica, sólo hay un lugar donde poder verla bien, y este es el llamado Pasaje Corina Kavanagh.

El edificio Kavanagh está actualmente declarado por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Arquitectura, y sus ocupantes se libran de pagar tasas de comunidad, a cambio del compromiso de que deben conservar el edificio en buen estado, y sin la posibilidad de modificaciones que no estén aprobadas antes por la junta correspondiente. Este detalle tal como reflejaba la película Medianeras es especialmente determinante en la sociedad argentina, donde los habitantes trampean tanto normas como impuestos, y si por ejemplo te entra poca luz en el interior de tu casa, no hay problema en coger martillo en mano y picar en la pared adecuada para abrir una nueva ventana, sin ningún tipo de permiso previo de la finca o del ayuntamiento.

Si no me equivoco Medianeras se estrenó primero como corto hace unos años, y estos corrían por internet, pero ahora este documento está bastante suprimido por reclamaciones de derechos y estas cosas, aunque me imagino que se podrá conseguir buscándolo un poco. De todas maneras, yo pongo el trailer de la película, que en el fondo es lo que yo ví, y que me imagino que se debió de hacer con bastantes más medios económicos. Además viendo estas imágenes ya es fácil hacerse una idea de la bella fotografía que tiene toda la película. Y también garantizo algunas risas, no se vayan a equivocar.




Y un último detalle a modo de convencimiento, de la que bautizo ahora como arquitectura emocional (la mía):

Cada mujer es un templo

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5 Comments:

Anonymous Frank said...

Amigo Vigo,

Mil gracias por, a saber: la recomendación cinematográfica, que tiene tanta buena pinta como esta certera y entrañable reseña; por recordar la charla del viernes (el Barolo, por cierto, también tiene una historia muy curiosa); por recuperar la figura de esta curiosa Corina, de la que muy poco sabía;¡...y de postear el primer comentario en meses en el lánguido blog de un servidor! Como dices, quizás le inyecte morfina y pueda recuperar el pulso. Algún día. Quién sabe. O se reencarne en otra criatura. Blog o no. Quién sabe.

Un fuerte abrazo de hormigón.
F.

7:21 p. m.  
Blogger Vigo said...

Naaa, Frank, es un placer charlar contigo, y yo me conformo con que luego no te agobies cuando te pregunto una y otra vez por tu "Buenos Aires querido", para mí que tengo siempre un ojo puesto en Argentina es un total privilegio hablar con personas como tú, de las que siempre es fácil aprender cosas de allí y también de aquí.

Lo de los blogs suele quitar bastante tiempo, pero gente como Nacho lo utilizan como un campo de pruebas para su escritura, y más o menos, llevan bastante bien compaginarlo con su necesidad escritora. Pero como ya te decía nunca se debe escribir en un blog como una obligación, que encima te robe casi todo tu tiempo libre.

Un abrazo peroniano (que en el fondo lo debe abarcar todo ja,ja).

1:52 a. m.  
Anonymous Mario said...

Medianeras refleja lo mejor de Buenos Aires pero de una forma muy agradable para el espectador, incluso para aquellos que vivimos allì, esto ultimo es algo muy curioso, pero que es un logro del director no?

8:45 p. m.  
Blogger Vigo said...

Generalmente la gente que más conoce la situación que se narra suele ser la más crítica, así que si te ves bastante reflejado es que esa película tiene muchos aciertos.

A mi me gusta ver cine latinoamericano, y especialmente argentino. Y de vez en cuando me gusta salir de las comedias de Ricardo Darín (bueno el también se sale últimamente un poco con películas como la del Elefante blanco).

Lo que sí me encanta de Medianeras es todo el tipo de secuencias arquitectónicas donde uno percibe un poco esa preciosa ciudad que espero algún día conocer directamente.

Gracias por comentar.

8:21 p. m.  
Blogger BUEN GUSTO EN LA DECORACIÓN said...


Historia de #celos y #venganza: #Corina #Kavanagh y su #revancha #arquitectónica. Más info:
http://drparbst.blogspot.com.ar/2015/09/pasaje-corina-kavanagh.html?q=corina

5:16 p. m.  

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