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Pequeños retales de literatura

sábado, febrero 14, 2015

La rubia sentada en el Cadillac

Acabo de ver por segunda vez la película de El cónsul de Sodoma de Sigfrid Monleón que es un biopic sobre la vida de Jaime Gil de Biedma (basado en la biografía de Miguel Dalmau), y aunque no me parezca una película espectacular, si que creo que vale la pena verla aunque solo sea para acercarse un poco tanto a la figura de este poeta (que además es tío de Esperanza Aguirre –este dato no sé por qué siempre me ha hecho mucha gracia-), como a la de otros conocidos personajes cercanos a la Barcelona de la Gauche Divine.

Algunas voces como la de Juan Marsé no se mostraron muy favorables con la visión sexual en la que parece centrarse la película (cuando según parece Gil de Biedma era bastante pudoroso respecto de su intimidad), pero como yo no lo conocí personalmente, pues tampoco puedo tomar partido en este asunto, y lo único que puedo decir al respecto es que tampoco creo que el poeta salga tan mal parado de esta película para criticar el esfuerzo que cuesta un rodaje (soy de los que piensan aquello de “que es bueno que hablen de uno, aunque sea mal”, y si no fuera por esta película algunos jóvenes nunca hubieran sabido de la existencia de Jaime Gil de Biedma, alguien que quería ser poeta, pero que se transformó en poema, así que por mi parte aplaudo el que hayan rodado esta película).

Hay una secuencia que me ha llamado la atención en la que Juan Marsé está mirando como hacen la fotografía para la portada de su libro: “Últimas tardes con Teresa” y refunfuña un poco por que hayan escogido a una nórdica sentada en un descapotable como imagen del libro.

He buscado el dato para confirmarlo y efectivamente:

Ultimas tardes con Teresa

Y en el momento de contemplar la foto me ha venido como un flash al asociarla con la canción de Loquillo de Cadillac Solitario por aquello de la rubia en el Cadillac (me imagino que no soy el primero que llega a esta conclusión, pero bueno… yo he tardado cuarenta tacos en descubrir esta asociación). Y es que Loquillo no deja de ser un trasunto del Pijoaparte de Marsé. Por estas conexiones ahora entiendo mejor por qué Loquillo siempre ha admirado a Gil de Biedma, y es que creo que siempre ha sido cercano a este círculo.



No volveré a ser joven - Jaime Gil de Biedma-
Versión Loquillo


Alguna vez ya había salido la canción de Cadillac solitario por este blog, porque para mí es uno de los himnos indispensables de esta ciudad mía, y puestos a dar a Loquillo y los Trogloditas los méritos correspondientes de haberla llevado al público, también es de recibo destacar en especial el buen hacer del Sabino Méndez, que fue el compositor de dicha canción). Y hablando de Barcelona... decía Loquillo en una entrevista:

“Han pasado casi 30 años desde nosotros y seguimos igual. Una vez la fotógrafa Colita me dijo que Barcelona solo podrá volver a ser algo el día que todas las obras de las Juegos Olímpicos caigan en decadencia absoluta. Será una ciudad muerta. Entonces es probable que vuelva a resurgir.”

Sírvanme estas palabras para enlazar con el siguiente post (y entremedias disfruten tanto del carnaval como de San Valentín)

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