La Librería

Pequeños retales de literatura

lunes, enero 18, 2010

Un recuerdo para Miep Gies y Ana Frank

Uno muere cada día en internet esa es una verdad absoluta para aquellos que navegamos continuamente por internet. Cada descubrimiento, cada nueva página, en realidad es un nuevo naufragio, un mundo que desapareció o que está a punto de desaparecer y del que nosotros somos los últimos testigos. Cada mirada es un nuevo reloj que desangra nuestro tiempo. Pensando en lo que voy a poner a continuación se podría interpretar que mis líneas imitan la barbaridad que soltó hace unos días el obispo de San Sebastián José Ignacio Munilla en la cadena Ser sobre Haití “nuestra pobreza espiritual" era "un mal mayor" que la tragedia de Haití, pero bueno este es para eso es mi blog y uno se permite decir todas las boutades que le apetece. ¿Y que les voy a decir? Solo que hoy seguiré muriendo.

Murió hace unos días Miep Gies la mujer que encontró el diario de Ana Frank y que ayudó a esconderse a Ana y su familia.,Y murió para siempre a la edad de 100 años -una devota del sistema decimal que diría Borges-, no cada día como hace un servidor. Creo que ya lo he dicho alguna vez en este blog, el diario de Ana Frank podría decirse que fue el primer libro que de verdad recuerdo que me impactara, seguramente porque es muy triste “conectar” con una chica simpática y reírme con lo que ella va explicando día a día, y de repente descubrir que se acaban las anotaciones de esta niña, y viene otra que tiene un tono neutro pero que carga con el brutal peso de la cruda realidad, que dice que Ana Frank con toda su familia fue descubierta de su escondrijo por la Gestapo en agosto de 1944, y falleció de tifus el 12 de marzo de 1945 en el campo de concentración de Bergen-Belsen, junto a su hermana Margot, y todo ello apenas unos míseros meses antes que acabara la guerra. Pobre Ana…una niña que tenía toda la vida por delante




Supongo que cuando lo leí, me vino aquella sensación de desconcierto, al darte de bruces con un mundo injusto. Y no se trata de un pensamiento maniqueísta de buenos y malos, ya que en la misma Segunda Guerra Mundial uno puede encontrar fácilmente víctimas inocentes en el bando perdedor, como en los bombardeos masivos que arrasaron ciudades como Dresden; bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki; o los crímenes de Katyn protagonizados por tropas soviéticas (vamos, que aunque los nazis fueran lo peor, crímenes de guerra los hubo por ambos bandos; es lo que tienen las guerras). Las injusticias a las que me refiero, ocurren en un plano superior, y ni siquiera quedan comprendidas por el terreno de la maldad humana, sencillamente ocurren. Y uno se entristece cuando ve en los noticiarios como los niños haitianos lloran desconcertados y como por las calles pasan camiones abarrotados de cadáveres. A uno le entran ganas de reclamar a Dios, pero no valdría de nada, es la propia naturaleza del mundo.

Las imágenes son del único vídeo donde aparece la auténtica Anna Frank, aparece un momento al asomarse a la ventana porque unos vecinos parece que van a casarse. Más información sobre Ana Frank en la página de la casa museo en Holanda, y en el canal You Tube de Ana Frank.

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