Los fantasmas de la marcha verde
Ocurre a veces que uno se ve metido en una situación límite, y sabe que diga lo que diga va a molestar al que le escucha. Ante eso, yo suelo decir algo así: ¿Exactamente que es lo que quieres que diga? Dime que es lo que quieres oír, y yo te digo si lo puedo decir o no. Algo así creo que está sucediendo con el caso de la activista saharaui Aminatou Haidar y el gobierno español.
Hace poco más de treinta días Aminatou Haidar se encuentra en huelga de hambre retenida en Lanzarote, queriendo regresar al Sahara y sin que esto le sea permitido por el gobierno marroquí. Todo se desencadena en que Aminatou Haidar puso cuando salió de su país que su lugar de residencia era el Sáhara Occidental y no Marruecos, por lo que Marruecos le retiró el pasaporte y le denegó su vuelta.
Lo que no entiendo demasiado bien son las críticas al gobierno español. ¿Por permitirle la entrada? Por dios! Si el gobierno marroquí le da la gana la admitirá de nuevo en su país, y si le da la gana la expulsará, y si le da la gana la encerrará en una prisión y la torturará, por la sencilla razón que Marruecos no es un estado de Derecho como nosotros entendemos los países del primer mundo. No será la primera vez que han encerrado a periodistas por mantener una postura crítica con el monarca marroquí e incluso la propia Aminatou desgraciadamente ya ha catado varias veces las cárceles marroquíes. A mí este caso me recuerda a esos inmigrantes ilegales que son a veces rescatados en alta mar en una situación crítica por algún barco pesquero y luego ningún país quiere cederles la entrada a sus puertos, porque no cree que una vez admitidos pueda luego “quitárselos de encima”.
Así que España lo ofrece el estatus de refugiada política, y poco más puede hacer. Creo que ya le ha pedido a Marruecos reiteradamente que le vuelva a permitir la entrada –ya que este es el deseo de Aminatou-, pero Marruecos le niega la entrada, si no recuerdo mal salvo que le pida perdón al rey Mohamed. Pues que quieren que les diga, si ambas posiciones se empeñan en continuar esta situación kafkiana, lo menos que podrían hacer es continuarla en territorio marroquí… La otra opción más coherente sería que se permitiese que los hijos y demás familiares directos de la señora, abandonasen el Sahara y se criasen en España, donde podrían continuar su lucha política.
No creo que por España valga la pena empeorar las relaciones con Marruecos con el propósito de solucionar la causa Saharaui ya que este lleva enquistado durante varias décadas. No olvidemos que España abandonó el Sahara presionado por la marcha verde marroquí (día de festividad para el pueblo marroquí) y es Marruecos el que se ha saltado reiteradamente las resoluciones de la ONU.
El otro día aquí mismo hablaba de la inutilidad de ciertos referendums de independencia y este creo que es un nuevo caso. Lamentablemente hacer un referéndum de autodeterminación tenía sentido en el año 1975, ahora ya lo veo inviable por la sencilla razón que creo que Marruecos no dará nunca el permiso y lleva los suficientes años gobernando el Sahara para reclamándolo como suyo. Así que el conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario va seguramente para largo. A mi modo de entender la situación, lo mejor solución sería que esa región tuviera una cierta autonomía, aunque siguiese perteneciendo al reino de Marruecos.
Y desde España, aparte de defender Perejil, creo que lo único que debemos hacer es que si Marruecos viola los derechos civiles de sus habitantes y en especial del pueblo saharaui denunciarlo ante la ONU, y allí, entre todos los países se tomen las medidas de presión que se crean más oportunas contra Marruecos. España por tener un vínculo especial con el pueblo Saharaui debería de ayudarles en la medida de lo posible, pero sin que por ello nos veamos inmersos en un empeoramiento de las relaciones con el país vecino, salvo que España considere que los derechos civiles de los saharauis están siendo repetidamente pisoteados.
Diablos!! En este blog no se habla de política!! Es que cuando lo hacemos nuestros dedos parecen aquejados por el baile de San Vito (un tecleo continuo, oye) y dudamos que esto sea del todo saludable.
“el límpido cielo azul en el día, tachonado de estrellas en la noche, la arena que cruje bajo mis pies.
El viento que silba entre rocas y matojos.
Y el magnífico ruido del silencio."
Esto lo escribió Javier Nart refiriéndose al Sahara en su libro Viaje al desierto (un escenario irrepetible y majestuoso que ya Paul Bowles nos había descubierto en El cielo protector). Me encantaría escuchar la opinión de Javier Nart sobre el caso de Aminatou Haidar, ya que siempre el abogado/periodista/aventurero Javier Nart siempre ha merecido mi respeto y es un gran experto de la realidad africana. Lo he escuchado muchísimas veces como tertuliano, y me parece una persona sabia, sensata y con una gran experiencia vital. Es por eso que últimamente me extraña viéndole escribir columnas en periódicos como El Mundo o La Gaceta, y actuando como tertuliano en el programa El gato al agua en Intereconomía (según he oído uno de los más exitosos de su parrilla). Pero aún ahí, sigue siendo una de las voces más sensatas del programa –y de la cadena-. Así que antes de precipitarme y hablar sobre un declive ideológico en la trayectoria de Nart, creo que se trata más, de un ganarse las habichuelas donde a uno le dejan, porque Javier Nart debe ser uno de esos francotiradores sociales que va ideológicamente por libre, y es más que probable que haya cantado las cuarenta a gente que haya incomodado y como consecuencia le hayan vetado en muchos otros programas. Posiblemente Javier Nart seguirá escribiendo en estos medios, salvo que le hagan ofertas mejores de otros, o salvo que a alguien se le ocurra decirle que debe o que no debe decir.
1 Comments:
Javier Nart colaboró en el programa 'Salvados' de la sexta, las antípodas ideológicas de Intereconomía.
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