La Librería

Pequeños retales de literatura

lunes, octubre 22, 2007

No somos nadie

A grandes rasgos uno llega a comprender los principios que rigen el mundo macroscópico. En realidad, no cuesta demasiado imaginarse una manzana amerizar sobre la cabeza de Newton, y la reacción de éste, que segundos después de exclamar una serie de improperios de incómoda reproducción, tendría uno de esos momentos históricos de la humanidad de los que hablaba Stephen Zweig, que le bastarían para enunciar las leyes del movimiento para disfrute y deleite de los científicos de la era moderna (imagínense, lo que sería de nosotros en ausencia de estos postulados, igual estaríamos flotando tal astronautas descontrolados).

El problema se establece cuando la lente aplicada al problema aumenta el foco de visión, y la escalas dejan sus peldaños aparte para dejarnos entrever nuevos mundos de minúsculas dimensiones. Tate! aquí entra en juego la mecánica cuántica, y esta vuelve a las leyes caprichosas, y es entonces cuando los principios que rigen los andamios de nuestra razón, empiezan a desvanecerse y a enfrentarse con los límites que marcan nuestra comprensión.

Por poner un ejemplo. Si les pregunto cuanto pesa la red de Internet que se extiende por todo el planeta, la mayoría pensaría un número seguido de muchos ceros y con la palabra “toneladas” cerrando la respuesta. Pero la pregunta tiene otra solución mucho más sorprendente para nuestros humildes cerebros, la red pesa más o menos lo mismo que lo que pesan unas pocas lonchas de jamón serrano. ¡Y no les tomo el pelo! Este datos es o al menos el que defiende Richard Karlgaard director de la revista tecnológica Forbes. La red según sus cálculos, vendría a pesar más o menos unos 50 gramos, que corresponderían al peso de los electrones en movimiento que circularían por Internet en cada instante.

Sólo quería dar constancia que yo estoy aquí agobiado por dudas existenciales, y que me está siendo muy difícil encontrar momentos para escribir. Pero voy a dejar la imagen de las conexiones que hay entre una gran galaxia de estrellas (aviso: esto me va a quedar un poco cursi), porque cada estrella de la foto es uno de los 60 millones de blogs que se calcula que hay en la red. O sea, que más o menos ese ente al que llamamos blogosfera, debe equivaler, a ojo de buen cubero, al peso de una patata frita.

¡Bonita estampa, eh!

Blogosfera

Nota 1: los puntos blancos representan blogs, las líneas verdes son los enlaces en sólo una dirección, mientras que los azules indican enlaces recíprocos.
El mapa está hecho por Matthew Hurst para Nielsen Buzzmetrics.

Nota 2: mientras escribía esto estaban dando una película coreana en la televisión, en realidad la tenía como ruido de fondo, porque no le prestaba la mínima atención y además parecía que nunca pasaba nada, pero al menos parecía que era una película que estaba bastante cuidada en lo referente a la imagen. De repente la película ha dado un giro brutal que me ha hecho mantener los ojos alucinados mirando la pantalla e intentar averiguar que narices había estado viendo durante cuarenta y cinco minutos sin enterarme de nada. He buscado información de la película y he comprendido… sin pretenderlo ni sospecharlo, estaba viendo una película de culto del cine de terror de los últimos años. La película se trataba de Audition de Takashi Miike. Lástima que sólo he seguido en serio los últimos diez minutos.

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