La Librería

Pequeños retales de literatura

jueves, enero 12, 2017

Meetup literario. Ejercicio: el espíritu del Oulipo

Primero de todo feliz año!! A quién lo lea ja,ja.

Y ahora al lío. Desde hace unos meses acudo a las nuevos encuentros literarios que monta Juan Pablo, los ahora llamados Meetup literarios. No soy muy fan de las redes sociales, pero parece que ahora los llamados meetups están algo en boga y bueno en esas estamos.

Lo que hacemos allí, aparte de madrugar un poco los sábados, es recomendar todos algún libro que hayamos leído, y de paso algún tipo de ejercicio literario. Es un poquito de trabajo todo en sí que nos quita algo de tiempo, pero bueno también tiene mucho de juego, y el de repasar lecturas y compartirlas, y también en lo de no oxidarte demasiado respecto a la escritura. Para mi escribir siempre es un juego, un reto en el que uno compite contra sí mismo, como cuando Gregory Peck en Horizontes de Grandeza doma un caballo salvaje sin ningún interés en vanagloriarse de ello frente a los demás. Mi prosa no creo que alcance nunca el nivel de los escritores que me gustan, pero al menos cuando luego me leo salgo medianamente convencido que no lo he hecho mal del todo. Aunque luego claro que intento compartirlo, si no lo hiciera, sería un poco absurdo. Bueno a veces lo he hecho para desahogarme por algo, pero esa es otra historia.

Hoy voy a dejar aquí el último texto que he escrito para el meetup. Se trataba de hacer una “escritura trabada”, a modo de los juegos oulipianos. E igual que George Perec escribió su célebre libro El secuestro (en francés, La disparition) en el que Perec omite la letra “E” (en la traducción al castellano se omite la letra “A” al menos hasta que no haya otro valiente traductor que vuelva a plantear este juego desde cero).

En el texto que yo he escrito se trataba de escribirlo evitando la letra “U”, pero como soy más chulo que un ocho, me lo he montado para suprimir tanto la “U” como la “I”. Y éste es el resultado:

Llegaron para llevárselo todo. El tercer martes del sexto mes en el abandono de la gente, aprovecharon para llevarse las mañanas, las jornadas de los trabajadores se tornaron entonces pesarosas. Los rostros de los pobladores se transformaron con el extraño robo; de los ojos de los mayores serpenteaban mojadas gotas de dolor. El color negro cada vez ganaba más terreno. Los jornaleros protestaban al alcalde; los más temerosos rezaban para no ser dañados con otras raras venganzas. La octava noche del noveno mes aprovechando el descanso de los aldeanos robaron los olores de los árboles, de las plantas, de flores con olor a verano, del cereal acabado de segar. Todos lo lamentaron enormemente. Los corazones cada vez estaban más apenados. Los chavales apenas ya correteaban por las calles en los recreos. En el noveno mes pasó algo tan novedoso como brotado del azar, el atraco se elaboró de forma perfecta, estando los pobladores en la enana catedral en el centro de la aldea, donde rogaban al creador no perder la esperanza. Les robaron dos vocales de su elemental jerga de labradores de campos. El trato entre ellos se transformó entonces en caos, hablar entre ellos era horroroso, no encontraban palabras aptas, los mensajes campechanos se tornaron complejos. La torre de Babel se renovó en el moderno estandarte de los moradores. En la fecha de ayer el alcalde ha decretado dejar de hablar salvo menesteres forzosos. Por tanto, en esas estamos, oye.

Otro día cuelgo los otros ejercicios literarios que he escrito que también han quedado chulos, ja,ja. Y bueno, si no hay cambio de planes, la reunión será este Sábado 14 de Enero a las 11h. en el Sandwichez de Ronda de Sant Antoni en el piso de abajo. Por si alguien lee esto y le apetece venir… (y que sepa que puede venir aunque sea solo de oyente, que no es obligatorio recomendar ningún libro ni tampoco traer ningún escrito).

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