La Librería

Pequeños retales de literatura

miércoles, diciembre 29, 2010

Si Macedonio Fernández fuera Orfeo, si un bonsái fuera un trébol, y si mi abuelo tuviera...

Hoy tuve un extraño sueño. Me desperté con un vago recuerdo de haber tenido una hija que se llamaba Talita. Apenas quedaban en pie algunos jirones del sueño, sólo una sensación de bienestar mientras me desperezaba entre las sábanas. ¿Talita? me pregunté. Nunca conscientemente hubiera pensado en Talita como un nombre para mi hija. Mi mente intenta desentrañar las telarañas de este recuerdo.¡Talita! Como la Talita que aparece en la Rayuela de Cortázar, ¿por qué acudiría ese nombre a mi subconsciente si igual hace años que no lo recordaba? Talita es la esposa de Traveler, el doppelganger de Oliveira, y Talita es en cierta manera el reflejo de la Maga. Quizás Maga o Marga hubiesen sido nombres más adecuados, pero ¿Talita? Otro nombre que resuena en mi cabeza es el de Tabitha King, esposa de Stephen King, y a quien el rey del terror dedica algunos de sus libros. Tal vez esta conjunción de Talitas y Tabithas explosionaron de alguna manera extraña en mi cerebro, y dieron a luz a mi pequeña Talita.

Pero ¡Diablos! ¿Por qué soñé que tenía una hija si este tipo de pensamientos me suelen quedar generalmente tan ajenos? La cuestión es que el dia anterior había visto la película Origen (Inception es el título original) de Leonardo Di Caprio, donde una especie de ladrones de recuerdos utilizan normalmente los sueños para robar pensamientos –sin importarles la propiedad intelectual ja,ja-. Y también son capaces de implantar ideas, mediante un método peligroso que denominan Origen. Generalmente usan el subconsciente de Di Caprio (Cobb), donde suele aparecer una peligrosa proyección de su esposa muerta, la actriz francesa Marion Cotillard (Mal). Ella vive en el sueño y pretende que Di Caprio renuncie a la realidad y se quede a vivir con ella en el inconsciente.

Esta tarde me dio por leer el libro Bonsái de Alejandro Zambra. Lo leí en pdf, es de hecho el primer libro que leo así en mi ordenador, ya que generalmente se me hace pesado leer páginas y páginas por pantalla, pero como el libro es corto y tenía ganas de leerlo pues me puse a ello.

El libro es extraño y tristemente hermoso. Habla de dos jóvenes Emilia y Julio, que viven un amor de juventud que se cimienta con el amor de ambos hacia la literatura. Van compartiendo lecturas hasta llegar al cuento Tantalia de Macedonio Fernández, su lectura les desconcierta, poco después se separan. Emilia coquetea con las drogas, y Julio mientras tanto vivirá una vida aislada, su obsesión después de otro amor frustrado se volcará en el cuidado de un bonsái. Años después se enterará del suicidio de Emilia, lo que le dejará en un estado totalmente confuso.

Para rizar el rizo leí Tantalia, el cuento es al más puro estilo de Macedonio, que mezcla narración con pensamientos filosóficos del narrador, y aunque a veces me pierdo entre tanta divagación filosófica, he de decir que las partes que entiendo son excepcionales (resultará al final que Borges tenía razón).

Dos jóvenes sin nombre (El y Ella) sufren una crisis en su relación cuando en el decrece su capacidad afectiva. Ella le regala un trébol que simbolizará su amor. Al principio el cuidado de la planta hace que la sensibilidad de El renazca, pero pronto el temor a que la planta se muera, y que esto sea una señal de que el amor entre ellos también ha muerto, hace que se obsesione. Por eso decide devolver la planta a un lugar lleno de tréboles donde sea imposible volverla a identificar. Sin embargo El con temor de volver a recaer en la abulia sentimental, decide arrancar otro trébol, pero a este en vez de cuidarlo, se dedicará a torturarlo.

La vida de Macedonio Fernández quizás es seguramente el “origen” de esta idea. Macedonio conoce a Elena de Obieta, se casa con ella y tienen cuatro hijos. Años después Elena de Obieta muere en una operación quirúrgica. Macedonio abrumado por esa muerte abandona su profesión de abogado, y deja el cuidado de sus hijos a abuelos y tíos. A partir de entonces vivirá una vida bohemia de pensión en pensión, y refugiado únicamente en la literatura.

Tal vez padeciendo alguna especie de alexitimia (incapacidad para sentir y comunicar sentimientos), que le impedirá volver a enamorarse. Tras la muerte de Elena, compone el poema “Elena Bellamuerte”, en el que evoca la presencia de Elena y el triunfo de esta sobre la muerte.

Creo que si Macedonio Fernández hubiera encontrado de nuevo a Elena de Obieta en sus sueños –hacia aquí me dirigía después de tanta palabrería- como Cobb encuentra a Mal en Origen, se hubiera quedado allí durmiendo para siempre, reunido en su paraíso particular con su esposa y sus hijos. Un lugar donde poder vencer a la muerte, y envejecer juntos.

Sueño
Foto de Marilia Campos

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martes, diciembre 28, 2010

Mendel en el fondo era un bromista

GenéticaEn el paritorio del Hospital Saint Michael de Michigan ocurre que la paciente de la habitación 245, de origen africano acaba de tener un hija de piel blanca, rizos dorados y ojos azules. Su marido también es africano. La mujer se declara felizmente casada. Los médicos murmuran; hablan de una extraña mutación genética. Uno de esos casos extraños, que ocurren una vez entre un millón. El Hospital anda revolucionado ante tan extraño fenómeno. ¡Pero no se acaba ahí la historia! Al Hospital parece haberle tocado la lotería doblemente, porque sólo unas puertas más a la derecha en la 249 una paciente de rasgos nórdicos, cuya pareja es un enorme vikingo de origen sueco, mece entre sus brazos a su reciente hijito de piel oscura.

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sábado, diciembre 25, 2010

Burroughs y Las navidades del yonki

The Junky's Christmas (Las navidades del yonki) es un cuento de William Burroughs fue publicado por primera vez en la revista Interzone. En este corto se puede ver el texto de Burroughs original y es el mismo el anciano que va leyendo el cuento al lado de la chimenea, al más puro estilo Creepshow.

El corto de animación está hecha con plastilina con técnica stopmotion; dirigido por Nick Donkin y Melodie McDaniel y producido por Francis Ford Coppola en 1993. Narra las desventuras de un yonki llamado Danny, que desesperadamente busca un chute de heroína. Pero al final su dolor no será tan alto como su compasión. Una lección que muchos parecen olvidar cuando ven por estas fechas a un pobre pidiendo dinero en la calle (no es la primera vez que oigo algún comentario catalogándolos de personas molestas).

Esta versión que he encontrado esta partida en dos fragmentos; con subtítulos en castellano aunque algo desfasados. Hay otra gente que lo había colgado en un solo video pero algunas de las copias han sido “censuradas” de internet, por derechos de copyright (la misma historia de siempre, que hacen que muchos links queden muertos e internet se llene de “enlaces basura”). Estando aún todo el asunto de la Ley Sinde aún reciente no puedo más que intentar entender a aquellos que aún no han entendido la ética de internet; éste video en este foro se puede ver que la gente lo estaba buscando desde 2003, y han pasado varios años de “esfuerzo gratuito” – para ellos que tanto se gustan de reclamar derechos de copyright- de internautas que han conseguido subir las imágenes, y subtitularlo al castellano. El modelo obsoleto que algunos aún se aferran a conservar me impediría ver este video en no se cuantos años, cuando lo único que quiero es echarle un simple vistazo e intentar que otros también lo vean.

Este tema la verdad es que me enerva (he escrito algunas ideas alternativas a la Ley Sinde pero mejor las cuelgo otro día). Bueh, como no quiero estar de mal rollo, solo desearos FELICES NAVIDADES A TODOS LOS QUE LEAIS ESTO!!!

Las navidades del yonki. Parte 1


Las navidades del yonki. Parte 2

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lunes, diciembre 20, 2010

Aftershock

¿Quieren un método oriental seguro para soltar unas lágrimas? A bote pronto, se me ocurre que usted podría acudir al restaurante chino más cercano a su domicilio, donde se pedirá una ternera con cebolla (la que sirven hirviendo y que sólo destapan cuando te la ponen sobre la mesa). En el momento que la traigan, métase rápidamente alguna pequeña tira de carne humeante en la boca, hasta que su lengua eche chispas y sus ojos lágrimas. Otro método sería coger algún trozo de cebolla y restregársela por uno de los ojos a modo de limpiaparabrisas -en este caso estaríamos hablando del método stanislavski- hasta que sus ojos enrojezcan. Otro aún más gore; puede coger los palillos y clavárselos en algún lugar medianamente sensible como puede ser la entrepierna. Y en aras del pensamiento lateral, también se me ocurre un método para los más materialistas: péguele una patada al inmenso jarrón chino de la entrada y rómpalo en pedacitos, luego espere pacientemente a que le traigan la cuenta.

Sin embargo hay una manera sino más sencilla, al menos si menos dolorosa de buscar unas lágrimas en sus rostros -para luego saber como llorar puede consultar a Cortázar-. Busque una web en internet que se dedique al cine online; siempre recomiendo al respecto películas yonkis (reconozcámoslo: soy un yonki y necesito mi dosis semanal de cine en vena). Y una vez allí busque la película china Aftershock Una vez la película comience en streaming, solo queda disfrutar del visionado. La película dura unas dos horas, pero vale la pena. Escribo sobre ella porque me ha gustado mucho, y porque esta película no está demasiado “trillada” por internet, por lo que me hace más gracia dedicarle estas líneas.

La película Aftershock se estrenó hace unos meses, y ha sido una de las películas más taquilleras para el público chino, aunque de momento no ha tenido demasiada repercusión en el mercado occidental. Sin embargo creo que es más por desconocimiento y desinterés que por otra cosa. Hasta ahora el circuito cinéfilo mayoritario sólo admitía a los directores chinos que rodaban películas legendarias de artes marciales como Zhang Yimou (supongo que en evolución de las películas de Bruce Lee o Yackie Chan) u otros directores más enmarcados dentro del propio mercado hollywoodiano como Ang Lee. Salvo estas posibilidades, son pocas las películas chinas que saliendo de estos cánones alcanzan el mercado occidental. La película Aftershock de Feng Xiaogang es una de ellas, que apenas ha traspasado fronteras, aunque espero esto cambie si hacen justicia y la nominan a los oscars como mejor película extranjera. Dudo que hayan muchas candidatas mejores.

La película está basada en el libro de Zhang Ling, y es un homenaje a las víctimas del terremoto de la región Tangshan. Este tono de homenaje recuerda La lista de Schindler de Spielberg, sólo que mientras que Spielberg busca más la acción, y los cambios de escenario para contar una historia, Xiaogang cuenta una historia mucho más sencilla con menos personajes menos diálogos, pero quizás por ello con mucha más hondura. La lista de Schindler me impactó y me gustó, pero en ningún momento me tocó tanto la fibra sensible como lo ha hecho Aftershock.

El seísmo de Tangshan ocurrió la madrugada del 28 de julio de 1976, donde la tierra tembló con una magnitud de 7,8 grados escala Richter. El resultado fatídico de ese terremoto y la réplica que hubo al día siguiente, fue la cifra de 240.000 muertos. En la película el terremoto está rodado con grandes efectos especiales (utiliza al equipo que colaboró en los efectos especiales del Señor de los anillos), pero estas imágenes no ocurre como en las películas americanas donde casi toda la película se centraría en el desarrollo del terremoto y en las acciones heroicas del personaje principal. En Aftershock el terremoto sólo dura unos minutos de metraje, y en realidad es el escenario que provocará que una madre se separe de su hija, y a partir de ahí lo que el director nos enseña es el paso de los años en la vida de los que sobrevivieron, y como se crea el conflicto de intentar seguir con sus vidas hacia delante, mientras mantienen en el interior sentimientos lastrados de culpa, dolor, rabia, amor y esperanza, de aquellos días que les cambiaron la vida.

Aftershock

Algunos dicen que la película es demasiado melodramática, pero creo que el hecho en sí es melodramático, y por tanto esta sensiblería es inherente a la historia de la película. Es más, Xiaogang creo que evita algunas escenas del final de la película, en las que podría haberse aprovechado para buscar la lágrima del espectador, y que sin embargo decide no rodarlas.

Y no cuento más porque lo que pretendo es animar a alguien a verla, y creo que en este caso es mejor que uno vaya asimilando la película al ritmo que marca el director, para que uno vaya descubriendo cada matiz poco a poco.

Respecto al tema político es bastante curioso, por un lado se plantea la política demográfica que parece que reina en las familias chinas, a mi modo de ver creo que hay algo de crítica soterrada en el dilema de la madre, pero por otro lado los militares chinos leales a Mao parece que salen bien parados en la película. De todas maneras pese a mi reconocimiento al cine chino tras ver esta película, también me parece que apelando a las noticias diarias, debo aportar mi granito de arena, y denunciar al gobierno chino respecto a la privación de libertad a Liu Xiaobo para que pudiera acudir a recoger el premio Nobel de la Paz.

Y ya que estoy en plan alegatos, hago otro que ya es habitual en este blog, hacia la piratería. La película de Aftershock hoy la vi desde una web desconocida, ya que al acudir a yonkis me he llevado la sorpresa de encontrarme un cartelito denunciando la llamada Ley Sinde, que imposibilita el acceso a la web de descargas. La Ley Sinde para los que no lo sepan propone cerrar webs que estén bajo sospecha de violar leyes de Propiedad Intelectual sin demasiados miramientos y hay algunas webs como yonkis que creen estar en el punto de mira.

Mi postura ya la he explicado aquí más de una vez, me jode depender de las distribuidoras y de la incomodidad de tener que ir en unas fechas a determinados cines, y me jode la mala programación cinéfila de la mayoría de las cadenas televisivas que me impide disfrutar de series o películas que sé que son buenas (el paradigma de la globalización cultural respecto la tele), y que probablemente nunca pasarán por España. A parte del dinero que se me iría si tuviera que pagar por toda la cultura que me gusta consumir. Por todo ello, mi conciencia “pirata” de saltarme algunas normas que creo arcaicas para los tiempos que corren, está bastante tranquila. El cine por internet ha venido para quedarse, así que deberían buscarse unas maneras de distribuir el cine por internet de una forma gratuita para el consumidor (hay una bonita palabra al respecto que se llama “publicidad”). El problema es que la mayoría de los que se quejan de la piratería son semianalfabetos informáticos y lo único que ven es que alguien les está robando parte de su pastel, cuando deberían de comprender que alguien ha servido otro pastel en otra mesa, y cuando antes levanten el culo de sus sillas y se pongan a trabajar al respecto, más rápido podrán comer también del otro pastel.

El meollo y de lo que algunos reaccionarios aún no se han enterado, es que en esta época cibernética en la que vivimos, la industria cultural gira entorno al consumidor y no entorno a las distribuidoras.

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martes, diciembre 14, 2010

Oh, Dulce Jane, Dulce Jane

Vamos, ¿qué pasa? ¿Es que nadie va a echar una moneda por la ranura? Panda de ratillas… Bueno, va, creo yo que tengo suelto. Elijo un clásico que creo que les gustará. El jukebox comienza a vibrar mientras la máquina va buscando el disco correspondiente. Suena la música. Una especie de tintineo que tiene algo de hippy y luego de sopetón entra el sonido de una guitarra inconfundible, acompañada de la voz desgarrada de Lou Reed.

Es la Velvet Underground y la canción elegida es Sweet Jane.



Que extraña canción. ¿Entendieron la letra? Yo al menos lo intenté, pero mi esfuerzo no sé si llegó a buen puerto. Nunca saqué demasiado en claro. Por un lado parece que hace referencia a la gente común. A gente quizás alejada del sueño americano, que sencillamente intentan divertirse en su día a día. Una pareja en un rincón del bar divirtiéndose. Gente que trabaja entre semana y cuando llega el fin de semana les gusta salir a bailar a un garito donde pongan algo de rock. Y que los tiempos pasados fueron siempre buenos y que la vida sólo se vive una vez. Quizás los versos que más me llaman la atención son esos en los que Lou Reed sube una octava, que dicen aquello de:

And, everyone who ever had a heart (cualquiera que haya tenido alguna vez un corazón)
They wouldn't turn around and break it (no se dará la vuelta para romperlo)
And anyone who ever played a part (Y cualquiera que alguna vez haya interpretado un papel)
Oh wouldn't turn around and hate it! (No se dará la vuelta para odiarlo.)

Yo lo interpreto como algo así como que cualquiera que haya amado de verdad, siempre entenderá el valor que alguien ame, y que cualquiera que interprete un papel en la vida, no juzgará a los demás. Incluido en ambos caso uno mismo: “aquel que amó, nunca olvidará un viejo amor” y “aquel que le tocó interpretar un papel en su vida, sólo él se comprenderá, y se juzgará a si mismo”.

De todas maneras la paranoia va mucho más allá. ¿Quién era Jane? En la misma canción parece que Lou Reed se lo piensa un segundo antes de contestar que era una oficinista. Pero hay muchas interpretaciones: Lou Reed coqueteó con la heroína durante unos años y algunos identifican la dulce Jane, como un chute de heroína. Jane es un nombre que por contagio ha ido adquiriendo connotaciones de drogas. Quizás por la muerte de Janis Joplin (muerta por sobredosis de heroína) o quizás por Jane’s Adiction (dicen que pusieron el nombre al grupo por una compañera de piso que se llamaba Jane y que era adicta) o quizás porque la marihuana los americanos también la llaman Mary Jane.

Otro de los clásicos de la Velvet underground es Heroin, y es impresionante como la canción se acelera justo en el momento en el que la canción habla de que se la va a inyectar en vena (como me hace recordar a Réquiem por un sueño). Y aquel verso que dice: “Heroin, its my wife and its my life” también es bastante contundente.

De todas maneras lo impresionante es que con prácticamente tres o cuatro acordes –menos es más- Lou Reed hizo este temazo que perdurará para siempre. Y es fascinante el sonido de las guitarras que exponen, eso que los musicólogos denominan el inicio del “noise” (esa distorsión desgarradora). Ese sonido que tiene algo de sucio, y quizás por eso suena con tanta potencia.

Espero que también les puedan gustar estas otras versiones. La canción Salitre del cantante madrileño Quique Gonzalez, que también tiene una hermosa letra con la que homenajea a la canción de Lou Reed.

O quizás el cover impresionante que sacaron los Cowboys Junkies. Por el nombre parecería también otro guiño hacia las drogas. Breve inciso: de hecho, una faceta que no ha quedado casi retratada en los western son los fumaderos de opio (los importaron los trabajadores chinos del ferrocarril). Pero no se piensen, en realidad los Cowboys Junkies son unos chicos muy formales, y su disco mítico fue grabado en el interior de una Iglesia ;D Pero ojalá todos los covers tuvieran la misma calidad que éste.




Y ya para aumentar el número de links (debe ser una de las entradas con más links que he puesto desde que blogueo). Quién lea esto se lo merece. Por aguantarme y porque estuve ocupado estas últimas semanas, y no me apetecía demasiado escribir nada.

Y por último alguna que otra recomendación –voy a por el guiness- pero primero una dedicatoria: a E. a quién en cierta manera le dedico este post, porque debe tener suficiente buen corazón para llamarla Dulce Jane, porque su casa siempre está lleno de invitados que si no los tuviera se ahorraría muchos problemas. Pero bueno, la vida hay que vivirla. Y el corazón hay que compartirlo.

Un grupo que está arrasando entre las jovencitas, y que solo ya el nombre me fascina Maldita Nerea (últimamente lo estoy escuchando mucho y es que el cantante Jorge Ruíz es muy bueno). Aquí un temazo: El secreto de las tortugas (ahora ahora, dale al play ja,ja). Las letras también me gustan mucho, porque logran algo parecido a lo que hace Lou Reed, son poéticas pero a la vez siempre muy misteriosas (de hecho me gustan bastante más las de Maldita Nerea que las de Lou Reed). Y supongo que también siempre me ha llamado esa referencia femenina en los nombres (véase el motivo de este post o también el grupo que también antes hablaba de Jane’s Adiction). Ya lo saben, si quieren hacer una canción póngale nombre de mujer, y sólo por eso, ya le dará mucha más intensidad, ahora bien, nunca juegue a poker con una mujer que tenga nombre de ciudad (creo que la frase es de Teen Wolf).

Creo que casi todas las canciones que he puesto hoy expresan bastante lo que quiero decir cuando hablo de subir una octava –se lo explicaba a E. mientras cenábamos-. Son canciones que tienen un estribillo bueno y un ritmo bueno, y de repente el cantante o la música suben el tono de la canción, haciendo un nuevo quiebro musical y haciéndolas aún mucho más buenas de lo que ya eran en un principio. Miren esta otra de la banda sonora de Once: When Your Mind's Made Up (atención a partir del minuto 2.20). ¿Tendrá este quiebro musical algún tipo de nombre? No sé, pero es fascinante.

Y por último, último: por si algún despistado duda de mis intenciones: "Chicos, yo de ustedes no probaría la heroína" (o al menos mientras no encuentren una manera de que no sea tan adictiva). Y no se quejen que me gasté todo el dinero que llevaba en la máquina. ;D

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