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Pequeños retales de literatura

martes, mayo 12, 2015

"Vivir a contracorriente" un debate abierto

Conocí el caso de Alfred López porque en una ocasión lo entrevistaron en un programa de radio, y allí daba a conocer su proyecto de “Vivir a contracorriente”. Alfred era un joven de apenas veintipocos años y al que en su corta vida ya le habían diagnosticado cáncer en varias ocasiones, y pese a eso, había conseguido seguir luchando contra la enfermedad y viviendo siempre manteniendo una sonrisa en la boca; lo que llamaba la atención de su caso es que cuando hablaba mostraba la clara determinación de curarse que hasta hacía que uno casi acabara compartiéndola.



El tema que podía levantar bastante polémica era que Alfred en su último cáncer había decidido no ser tratado con los métodos médicos más agresivos (una cirugía en le que le tenían que extirpar el pulmón que le quedaba sano, ya que el otro ya se lo habían reducido, y la quimioterapia, que cualquier paciente de cáncer sabe los efectos secundarios que ésta conlleva). Albert había decidido creer en otros tratamientos menos agresivos para su cura (para saber más sobre su caso lo mejor es ver los vídeos que el mismo colgó en su pagina web), y eso y el pleno convencimiento de querer seguir viviendo, era lo que él creía que le sanaría. Pero como ya dejo entrever por los tiempos verbales, Alfred al final lamentablemente murió ayer.

Por un lado pienso que vivió plenamente sus últimos años, brillando en las personas de su alrededor como ante el paso de una estrella fugaz, y sé por los mensajes que he leído de condolencia de familiares, amigos o simples desconocidos que se cruzaron con él, que le recordarán con mucho cariño. Nadie desde luego merece un cáncer, y aún da más pena cuando una enfermedad tan dañina, le sucede a una persona tan joven, y con tantas ganas de vivir, pero la vida a veces es muy injusta y no hay mucho que hacer ante esto. Lamentablemente todos conocemos algún caso tanto de familiares o amigos que han decantado la balanza hacia un lado u otro en esta lucha entre la vida y la muerte. Pero quizás el mejor planteamiento sea el pensar que en este valle de lágrimas, todos vivimos hasta que al final acabamos muriendo.

Lo único que puedo discrepar viendo los videos de este chico, es que creo que se equivocó al evitar ser tratado con quimioterapia. Como escéptico que soy creo totalmente en la medicina occidental farmacológica, y está muy bien buscar la fuerza interior y el mantener una actitud positiva frente a la vida, pero si un médico te dice que tu mejor opción es la quimioterapia para luego poder operarte; mientras que la comunidad médica no demuestre lo contrario, ésa es la mejor opción y cuanto antes se te diagnostique el cáncer, y antes comiences el tratamiento, mayores posibilidades de cura tendrás. Aunque lo deseáramos, no podemos controlar desde la consciencia o desde la alimentación el que un tumor se reproduzca o no (al menos con los datos que hoy por hoy controlamos).

Uno puede quizás encontrar algún tratamiento experimental quizás en los EEUU no tan agresivo, pero aparte que son muy difíciles de costear no creo que valga la pena cruzar el océano para ser tratado allí y no aquí, porque en España ya hay laboratorios que lideran en la actualidad investigaciones sobre la cura del cáncer –pese a todas las dificultades de recortes en investigación y etc.- Así que en nuestros propios hospitales tenemos la suerte de poseer algunos de los mejores profesionales oncólogos del mundo (y garantizo que no soy por naturaleza chauvinista). Desde luego lo de informarse y buscar otras opiniones médicas está muy bien, pero si lo que uno pretende es encomendarse a encontrar una especie de “aceite de Lorenzo” que te cure, creo que es engañarse a si mismo. Así que si un oncólogo te dice que la mejor opción es la quimioterapia o la cirugía, y retardar este proceso es rebajar tus posibilidades de cura.

Si alguien me habla de un caso de remisión espontánea de un cáncer, yo diría que posiblemente sea debido a un mal diagnóstico inicial (por ejemplo que las manchas de la tumoración que hubiesen aparecido en una tomografía hubiesen sido interpretadas erróneamente). La otra posibilidad, la del milagro médico, tampoco la descarto -el verdadero escéptico nunca cierra totalmente las puertas a lo desconocido-, porque el cuerpo humano sigue siendo un grandísimo enigma, y a veces da sorpresas insólitas, que imagino que algún día la medicina sabrá interpretar, pero creo que confiar en que vaya a suceder uno de estos milagros, es entrar en el terreno de la inconsciencia. Y no quiero engañar a nadie, con la quimioterarapia tampoco hay ninguna garantía de curarse, ni siquiera la garantía de mantener una cierta calidad de vida hasta el final, pero aún así salvo que uno prefiera dejar la lucha médica de su cuerpo, es la mejor opción.

Pero bueno, descanse en paz Albert Lopez, que equivocado o no, luchó como nadie como creía por su vida.

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