Elaine de Astolat y Lanzarote (2ª Parte)
Ahora voy a contar una de esas historias tristes que siempre encuentran su espacio para acomodarse en la historia de la literatura trágica. Así que atentos. Cuando leí el libro de John Steinbeck sobre el ciclo del Rey Arturo (Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros), una de las historias que esperaba encontrar con más interés es el relato de Lanzarote y Elaine, de la cual había oído hablar por otros motivos que revelaré en el siguiente post de esta serie artúrica. Mi decepción es que aunque encontré a Elaine en el libro, de hecho encontré a dos Elaines, ninguna respondía a la historia que yo estaba buscando.
Las dos Elaines que aparecen son: por un lado la propia mujer de Steinbeck –¡su tercer matrimonio!-, a la que él menciona varias veces en sus cartas a su editora, ya que de hecho en ese periodo en el que Steinbeck trabaja en su readaptación de la obra de Thomas Mallory, viven los dos en una cabaña de Inglaterra alejados del mundanal ruido; por lo que su esposa, Elaine Anderson Scott, forma parte de la cotidianidad diaria del escritor. La otra Elaine que aparece es la madre de Lanzarote. Sin embargo existe supuestamente otra Elaine en esta historia, y es la que tiene un hijo con el propio Lanzarote. Ésta, lamentablemente, no aparece por ningún lado en el libro de Steinbeck.
Primero un detalle: me parece sospechoso que haya una Elaine que sea la madre de Lanzarote y a la vez otra que sea la madre de su hijo, sumado encima a que Lanzarote tenía por nombre de nacimiento (Galahad), que precisamente es el mismo nombre que puso a su hijo. Mmmmm… ciertamente desde un punto de vista actual podría tener la lógica de la tradición familiar de heredar los nombres, sumado a una casualidad homónima entre “suegra y nuera”, pero yo sospecho que en realidad estas historias que son fruto de poemas cantados, en realidad desdoblaron en algún momento de la creación del mito a una única Elaine y aún único Lanzarote (Galahad) y luego una vez estas historias fueron duplicadas, se terminaron encajando con el tiempo de alguna forma para que todo lo relatado sonase coherente.
Pero bueno, pasemos un poco a relatar la historia de Elaine y Lanzarote, que de hecho es la parte más didácticas de este post. Se dice que Lanzarote era el caballero más puro de la Corte del Rey Arturo, un día en su búsqueda de aventuras llegó a los territorios del Rey Pelles (guardián del Grial) y que allí le hablaron de una muy bella doncella –hija del Rey Pelles-, que vivía encerrada en un torreón por un hechizo, y de la cual solo el caballero más noble podría liberarla (esta historia me hace recordar el cuento de La Bella Durmiente).
Lanzarote acudió a la torre para liberar a Elaine y una vez lo hizo, Elaine se quedó prendada por el caballero, pero pese a los encantos de Elaine, Lanzarote permanece fiel a los votos de fidelidad que había hecho hacia la reina Ginebra (esposa a su vez del Rey Arturo). Por lo que Elaine opta por acudir a un brebaje que hechizará a Lanzarote y le hará verla a ella con la apariencia de la propia Ginebra. Así que Lanzarote acaba siendo víctima de un encantamiento, y se acuesta con Elaine creyendo que es Ginebra, y además, otro detalle, de esa noche de pasión nacerá Galahad (esta historia es similar también a la de Uther Pendragón, padre del rey Arturo, que también concibió a su hijo heredero mediante otro encantamiento que le hizo adoptar la fisonomía de otra persona). Lo que da que pensar que por esa época que lo de meter los cuernos y luego utilizar la excusa del encantamiento podía ser una práctica habitual para ingenuos esposos cornudos (para saber más sobre el tema del adulterio uno puede leer la Jerarquía de Cornudos de Charles Fourier).
Otro detalle, me parece interesante señalar que esta extirpe del caballero del Lago -debe su nombre a la Dama del Lago- es la que desciende de José de Arimatea, y que después de Lanzarote, continúa con Galahad, que es la persona que podrá luego alcanzar el Grial y que también a veces responde al nombre de Perceval (o de alguna manera se funden o confunden ambas historias). Siglos después un escritor al que proclaman el rey del terror, construirá todo un mundo mágico a partir de un pistolero que busca una torre en un mundo apocalíptico. El pistolero es Rolando de Galaad (derivación de Galahad), y el escritor, por si alguien no sabe de quién hablo, es Stephen King.
Pero volvamos a Elaine y a Lanzarote, el caballero despierta de su hechizo y entonces arrepentido abandona a Elaine, estando ella embarazada. Elaine rechazada, entrará en un estado de letanía, en el que poco a poco le irá abandonando la vida. Después de dar a luz fallecerá y su último deseo es que su padre, el rey Pelles ponga sus restos inertes en una barcaza negra junto a una carta que va dirigida a Lanzarote (¡Qué hermosa y trágica carta debió ser!). Dejada el cadáver al amparo de la corriente de un río, que la llevará hasta las orillas de Avalon.
¿Y esta imagen de una mujer sobre una barca, no les hace pensar en la obra de un pintor? La respuesta como dije al principio de este post, en el siguiente capítulo de esta serie artúrica.
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