La Librería

Pequeños retales de literatura

viernes, enero 31, 2014

Lizzie Velasquez en TED

La emotiva conferencia de Lizzie Velasquez en TED o como aprender a ser mejor persona en 10 minutos. ¡Joer y funciona!

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jueves, enero 30, 2014

BCNegra 2014

Calvin

Sin duda el dúo Calvin y Hobbes componen las tiras cómicas que más me han hecho reír, así que siempre aprovecho para recomendarlo (Calvin es uno de los casos más flagrantes de lo que los americanos denominan como llamado síndrome Walter Mitty que es algo así, como soñar despierto, véase... la película de Ben Stiller). Traigo esta viñeta a colación de que comienza la novena edición de la Barcelona Negra (entre el 30 de enero y el 8 de febrero).

He buscado una imagen del cartel poniendo "Barcelona, Negra, 2014", en Google Imágenes, pero me he echado para atrás al comenzar a ver una tras otras imágenes de la camiseta negra de la segunda equipación del Barça, lo cual para un perico como yo resulta no sé si decir irónico o frustrante, así que al final eligo a Calvin en plan Sam Spade. Mucho mejor.

No soy un gran lector de novela negra, pero me siento bastante orgulloso de que la BCNegra se haya colocado en pocos años en uno de los puntos de referencia europea en lo referente a la novela negra. Gran parte del mérito hay que atribuírselo al librero Paco Camarasa que regenta la librería Negra y Criminal).

Las actividades programadas se pueden consultar aquí.

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martes, enero 28, 2014

Hedonismo y estoicismo del siglo XXI

Hace unos días me dispuse a ver la nueva película de Martin Scorsese, instigado más que nada por las buenas críticas que había leído previamente sobre ella. La he visionado en varias tandas; un rato un día, otro rato un segundo día, y otro rato un tercer día. (cálculo de azafata de un, dos, tres: si son tres días, a tres horas acertadas cada día, son tres horas de película). Indudablemente así no se me ha hecho pesada, pero es que viendo un pedacito cada día, la probabilidad de que eso sucediera era bastante improbable. Y ahora que ya la he visto en su integridad, puedo decir que me ha gustado. Sobretodo le doy los méritos al guión, que me hizo sonreír en muchas ocasiones debido principalmente a las frases cargadas de cinismo con las que el narrador de la historia nos explica su entusiasta relación con el dinero, frases que nos golpean como si de latigazos se tratara, y sirven para que nos metamos de lleno en el lujoso mundo de Jordan Belfort.

La historia según parece está basada en hechos reales (imagino que la autobiografía de Belfort: The Wolf of Wall Street debe ser igual o más interesante que la película). La peli considero que está bastante bien rodada y tiene varias escenas que yo diría memorables. Leonardo DiCaprio realiza una gran interpretación –como casi siempre- y esta vez está acompañado de también otros grandes secundarios, como son el gordito Jonah Hill que hasta ahora había interpretado papeles de adolescente sobretodo en comedias de universitarios inmaduros, pero que aquí firma una gran actuación fuera de su perfil habitual. Y especialmente remarco también la actuación de Matthew McConaughey, que aunque tiene un papel breve no por ello deja de bordarlo; tiene una escena notable en la que mientras come con DiCaprio le da varias consignas de ética más que dudosa y de paso le enseña una especie de mantra en forma de cántico indio, que lleva incorporada una dramatización de golpes sobre el pecho como acompañamiento.

¿Cómo resumir la película? Pues a grandes rasgos, la película narra el ascenso de una especie de broker de mente rápida y labia privilegiada, que aprende rápidamente a como embolsarse comisiones de venta, en el mundo del marketing telefónico, endosando a inocentes ahorradores acciones de tercera. Un ascenso que le permitirá crear todo un imperio en el mundo de las inversiones telefónicas con decenas de empleados adiestrados para practicar el capitalismo más descarnado; todos dispuestos a seguir la atractiva estela que dejan los billetes verdes, y con una filosofía de empresa muy particular, donde se prodiga el hacerse ricos rápidamente bordeando lo que denominaríamos fácilmente como estafa, y unas oficinas donde como aliciente laboral, se suceden las fiestas desenfrenadas, en las que nunca faltan drogas, alcohol, y prostitutas.

Wolf of Wall Street

Ya solo comenzar la película hay toda una declaración de intenciones:

“De todas las drogas bajo el cielo azul del Señor hay una que es mi gran favorita. Veréis, la cantidad suficiente de esta mierda te hará invencible, capaz de conquistar el mundo y de aniquilar a tus enemigos. Veréis, el dinero no sólo te compra una vida mejor, mejor comida, mejores coches, mejores coños, también te convierte en una mejor persona”.

Lo curioso es que justo el mismo día que terminé de ver la película, fui a la librería de la Central del Raval, y mientras me perdía entre los títulos de los libros, hubo uno que me llamó la atención que llevaba por título el siguiente slogan: “Hacia la sobriedad feliz” de Pierre Rabhi. Supongo que me llamó la atención esa extraña unión de ideas entre lo sobrio y lo feliz (de hecho, siempre me gustan este tipo de ensayos que hablan de la búsqueda de la felicidad pero que no quedan encuadrados dentro del terreno de los libros de autoayuda, los que por cierto no me interesan en absoluto).

Rabhi
El libro lo estuve hojeando un rato, y aunque no terminé por comprarlo, ahora si que he buscado un poco más de información por la red. El libro desde luego me parece interesante, Pierre Rabhi es una mezcla de escritor, agricultor y filósofo francés de origen argelino, que un día decidió abandonar la aglomeración de la ciudad, y decidió retirarse al mundo rural junto en compañía de su mujer Michèle, hacia la búsqueda de una vida sencilla. Una vez reconvertido en agricultor ecológico desarrolló toda una filosofía que intentaba devolver el equilibrio entre el hombre y la naturaleza.

La ética que Rabhi defiende en su libro contrasta frontalmente con la idea de esos yuppies amantes del lujo y del derroche que aparecen en la película de Scorsese. Pierre Rabhi habla de cambiar el paradigma del capitalismo donde “unos pocos” ricos se acaban siempre aprovechando del trabajo de “los muchos”, que son cada vez más pobres. La consecuencia de un mundo globalizado. ¿Son ambas filosofías los dos extremos de una misma cuerda? ¿Son como ángeles y demonios?

Sobriedad era el nombre de una diosa romana que personificaba la moderación, la discreción, y el autocontrol (sofrosina en griego), y que Apuleyo en El asno de oro la contrapone a Afrodita (Venus para los romanos), diosa de la pasión y la lujuria. Pero en este caso también es curioso aquí interpretar la palabra “sobriedad” referida a la cualidad de la persona que no está bajo los efectos del alcohol, contrapuesta a la vida del personaje de DiCaprio que vive sumergido en una espiral de adicciones.

Ya sé que en la filosofía humana podemos decir muchas veces aquello de que no hay nada nuevo bajo el sol, pero me produce un cierto desasosiego que después de tantos siglos de humanidad sigamos repitiendo nuestras divagaciones y continuemos igual de desconcertados en nuestra búsqueda de la felicidad, debatiendo si el camino es convertirse en una especie de Jordan Belfort o en cambio ser un Pierre Rabhi.

Quizás hay una esperanza, como hombre de ciencias, no descarto que quizás sea ésta la que nos pueda liberar de esta dicotomía, no será la primera vez que veo una fórmula científica de la felicidad (pero a bote pronto lo único que se me ocurre es que Coca Cola siempre reparte felicidad…, ya saben la chispa de la vida). ;)

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jueves, enero 16, 2014

Dos muertes, dos dictaduras y dos dramas

Murió ayer el poeta argentino Juan Gelman, y por sentir que es una de las figuras claves la literatura argentina me esfuerzo en escribir estas líneas, en esta sequía intermitente en que se han convertido los posteos que aparecen en mi blog.

Realmente no sé demasiado de su poesía ya que lo poco que he leído de él puedo decir que tampoco es que me haya llegado demasiado, porque sus poemas siempre me han parecido bastante sencillos, a mí que me suelen gustar los poemas cuanto más alambicados mejor. Pero eso sí, leyendo a Gelman he percibido un humor sutil que me hace una cierta gracia, y eso me hace salvar su poesía de mi quema particular.

Pero lo verdaderamente interesante para mí de Juan Gelman es su drama biográfico, su lucha durante las últimas décadas por la defensa de los derechos humanos, y en especial la denuncia latente que significaba su persona para el triste periodo argentino en el que gobernó la dictadura militar de Jorge Videla.

Aunque el escritor se salvó de la persecución al poder huir a México, se vio forzado a sufrir uno de los mayores calvarios que puede soportar un padre: su hijo y su nuera –ella embarazada- (20 y 19 años respectivamente), formaron parte de las listas de los “desaparecidos”, palabra que en cierta manera no deja de ser un eufemismo de aquellos que fueron detenidos, torturados, y asesinados por la dictadura de Videla durante el llamado plan Cóndor. Después de la lucha de Gelman durante años y años por la recuperación de la memoria, al final pudo dar respuesta a la desaparición de su hijo al encontrarse sus restos empaquetados en un bidón relleno de cemento, el análisis forense determinó que la muerte se debió a un tiro en la nuca.

Desaparecidos

Rostros de desaparecidos por la dictadura argentina

De su nuera nunca se encontró el cadáver, pero Juan Gelman tuvo una alegría de última hora ya que tras una ardua búsqueda de muchos años finalmente pudo encontrar a ese bebé robado convertido en una chica de 24 años, la joven Macarena. Los últimos años de la vida de Gelman se le vio acudir a distintos actos acompañado de su segunda mujer Mara LaMadrid y de esta recién aparecida nieta.

Y esta otra noticia que ahora explico no tiene nada que ver, salvo que es fruto de otra muerte reciente la de Marina Ginestà en París a la edad de 94 años, cuyo destino también fue truncado por otra dictadura, en este caso la de Franco.

Marina Ginestà no dejaría de ser un nombre anónimo de los que tuvieron que sufrir el drama del exilio después de que acabara la guerra civil española, sino fuera porque el fotógrafo Juan Guzmán (Hans Gutmann) la retrató a esta joven de solamente 17 años, a principios de la Guerra Civil con fusil al hombro, sobre la azotea del Hotel Colon de Barcelona.

Marina Ginestà

Marina Ginestà el 21 de julio de 1936.

Marina explicó luego en alguna entrevista, que en esa foto en la que aparece sonriente con su cabello al viento, fue tomada cuando los milicianos se acababan de apoderar del Hotel y se encontraban eufóricos; los clientes se habían ido, y aquellos jóvenes soldados se encontraban disfrutando por primera vez de algo parecido a la que debía ser la vida de los burgueses. Tuvieron que pasar aún muchos días para que aquellos jóvenes entendieran que sus ingenuos sueños acabarían enterrados en los efectos dramáticos de una devastadora guerra que sumiría a España en una de las etapas más grises de su historia.

Y ya está… vamos despierten. Hoy es jueves, son las 7.20 de la mañana, y hace hora y media que ya estoy despierto.

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jueves, enero 02, 2014

Santa Baby (Cover) by Daniela Andrade

Espectacular la version que hace esta chica sobre la canción Santa Baby. Su voz es tan melosa que cada palabra que pronuncia parece que deja una especie de regusto sonoro. Quizás es la fricción con la que pronuncia las eses, o las consonantes dentales, o yo que sé. Bueno, ya me entienden. Y creo que con esto ya cubrimos el cupo navideño de este año, al que dicho sea de paso, no le habíamos hecho demasiado caso.

Leo en su biografía que esta cantante, Daniela Andrade, es nacida en Canadá y tiene orígenes hondureños lo cual hace que la chica aún me caiga mejor (los canadienses son la versión mejorada de los estadounidenses y si no que le pregunten a Robin Scherbatsky).



La canción original fue escrita hace unos cincuenta años por Joan Javits y Philip Springer, y si buscan por internet encontraran infinidad de versiones, pero pocas tan buenas como ésta.

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miércoles, enero 01, 2014

The Dark Side of the Moon

Programo. Dos ceros. El reloj del nuevo año ha comenzado de nuevo a andar en un irremediable tic tac.

Es noche de fin de año, mientras escribo esto, busco desde la ventana de mi escritorio a la luna. Decía Borges aludiendo a los persas que ellos decían que la luna era “el espejo del tiempo”. La idea me imagino que proviene de que por un lado siempre se ha hablado de esa cara de la luna que nos mira, unida a esa luminosidad que nos presenta ese astro hermano, provocada por el efecto del reflejo de la luz solar. Luna Y en ese brillo característico los poetas han encontrado una bonita veta a la que aferrarse: luna de plata, luna de nácar, espejo de luna… El espejo también emparenta a la luna con la fragilidad femenina, y lo del tiempo me imagino que indica que mucho antes de que el hombre fuera hombre, la luna ya giraba entorno a la Tierra.

Entrado el nuevo año, podría ponerme ahora a hacer balances sobre éxitos y fracasos, pero ahora que he mirado a la luna prefiero enajenarme un poco y hablar sobre algo que pueda interesarme más que mirarme el ombligo. Tan, tan, Tachán. No lo imaginan. El tema elegido por el voto unánime de mis neuronas es: la luna, y concretamente, la cara oculta de la luna. Pero expongámoslo sin demasiadas metáforas; analizando este fenómeno astronómico desde un punto de vista más físico que otra cosa, y así nos ahorraremos magulladuras.

La superficie de la luna es solo observable en un 59% desde la Tierra, el por qué de este hecho es que la luna tarda el mismo tiempo en rotar sobre si misma que en dar una vuelta sobre la Tierra, el fenómeno desde luego es mucho más comprensible si uno ve un modelo en el que se represente este movimiento.



(el desplazamiento real de la Luna respecto a la Tierra es el que aparece a partir del minuto uno)

Este tipo de movimiento provoca que una parte de la Luna siempre esté vedada a la mirada de los terrícolas. Los datos cronológicos de los hitos de esta respectiva carrera espacial son los siguientes: en 1959 los soviéticos capitaneados por el ingeniero Serguéi Korolev (tambien escrito Koroliov), impactan la sonda Luna 2 sobre la superficie lunar (entre los mares Imbrium y Serenitatis). Convirtiéndose en el primer objeto fabricado por el hombre que alcanzó otro cuerpo celeste.

Korolev

Korolev junto a Laika (la pobre moriría en acto de servicio)

Solo unos meses después la sonda soviética Luna 3 fotografió por primera vez este lado oculto de la luna. La procedencia de la sonda no es baladí, ya que al ser los soviéticos los primeros en poder contemplar la geografía lunar de este hemisferio, también fueron los que dieron nombre a los accidentes geográficos que esta presentaba y así los fueron bautizados mayoritariamente con el nombre de científicos de la URSS (El propio Korolev tiene agenciado en esta cara oculta de la luna su propio cráter). Algunas voces decían que los primeros en llegar a la luna podrían reclamar los derechos de posesión sobre ella, pero por suerte esta teórica de la propiedad finalmente nunca se llevó a cabo.

Sello

Sello conmemorativo ruso

Nueve años más tarde, los norteamericanos se ponían las pilas y en 1968 el astronauta William Anders durante la misión del Apolo 8, pudo observar directamente la cara oculta de la luna. Pese a ser el primero en contemplar este espectáculo no pareció conmoverse demasiado y se mostró bastante indolente en su relato de los hechos: “este lado de atrás se parece al arenero en el que juegan mis hijos. Aquí no hay nada más que baches y agujeros.

Y ahora hagamos el salto mental. Hay una palabreja que aprendí hace unos años en un contexto totalmente distinto, mientras leía uno de los libros de Stephen King (escritor al que todavía pienso que la historia literaria algún día le hará justicia convirtiéndolo en una especie de Poe contemporáneo). El libro en cuestión se trata de Rabia (Rage), donde un estudiante armado se encierra secuestrando al resto de compañeros de su clase.

En ese libro Stephen King habla de “el terminador”, como la línea que separa la parte iluminada de la parte de la sombra de un planeta. Indagando sobre este término, saco el dato que esta línea existe realmente con ese nombre, y que en el caso de la luna avanza a unos 15 km/h sobre el ecuador lunar. Lo curioso del terminador es que debido a que en éste, llega a él una luz rasante procedente del sol, hace que se alarguen las sombras de los accidentes geográfícos, por lo que facilita la observación a los aficionados a la astronomía que pretendan identificar la orografía lunar.

Es por eso que el terminador presenta una claridad determinante, y King ahí tiene una de sus genialidades al hacer un paralelismo entre este suceso y la psique humana. Si nos comportamos con una bipolaridad digna de un caso de Jeckyll y Mr Hyde, el terminador entonces sería un estado de lucidez que aparece justo antes de que nos invada la locura, en este caso, la que sufre el protagonista de Rabia, cuya historia comienza así:

"La mañana en que la armé era espléndida; una magnífica mañana de mayo. La hacían magnífica el hecho de que no hubiera vomitado el desayuno y la presencia de la ardilla que había captado mi atención durante la clase de álgebra II."

Es esa observación de la ardilla, la que King destaca en las primeras páginas del libro, como si la mirada atenta sobre la ardilla tuviera una precisión anormal que indicara que algo está fallando en la vida de este estudiante (unos detalles que bien pudiera haber relatado un autor como David Foster Wallace, y su acostumbrada exigencia descriptiva). Cito ahora el texto Stephen King;

"Y entonces me sucedió algo muy curioso... En cada uno de nosotros debe de existir una línea muy clara, como la que separa el lado iluminado de un planeta del lado de sombras. Creo que esa línea se denomina el «terminador». Es una palabra magnífica para describir qué me ocurría, porque en un instante me sentía absolutamente excitado, y al instante siguiente estaba más frío que un témpano."

(El libro entero se puede leer aquí)

Es como esas bombillas que justo antes de apagarse queman su hilo incandescente produciendo un limitado pero intenso brillo, y luego algo se funde en el cerebro de la persona, y uno deja de ser uno mismo. La luna como un queso lleno de agujeros gruyere, y el cerebro en la zona oscura se vuelve queso derretido.

Y si quieren este post también tiene banda sonora en manos de Pink Floyd.

Y se acabó. Feliz año 2014!

(ole! ole! El blog se ha actualizado)

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