"Uno aprende a caminar caminando, asi como aprende a leer leyendo y, todavía más, a amar la lectura leyendo. Aprendí a leer los libros que tenía que leer por razones profesionales, primero con respeto y luego con franca simpatía. Al final, me convertí en un apasionado de los libros y esa pasion devoro mi vida en los últimos cuarenta años."
Bernard Pivot
Después de tanto tiempo un poco de política, para justificar mis pinitos cutres con el photoshop (no soy un artista, ya lo sé, pero me vino el chiste y me estuve una hora para hacer esta chapucilla, ja,ja. Y lo más “triste” es que están los ánimos tan caldeados entre los grupos de amigos de whatsapp, que mejor la publico aquí, y ya está).
Ya sabemos como de tensa está la situación política de Catalunya durante estos últimos meses. El otro día por ejemplo me acuerdo que sonó una cacerolada, hubo luego un rato de tranquilidad y al poco comenzó a sonar otra vez la cacerolada. Pensé que debía ser una de esas personas pesadas que le debía gustar mucho reafirmarse. Al día siguiente descubrí que había habido dos caceroladas distintas. La primera la independentista, la habitual, y la segunda la unionista (que había sonado durante el discurso de Puigdemont… ya me sonaba a mí eso raro). Qué cosas.
Mañana supuestamente es el gran día, en principio Puigdemont decía que iba a declarar la “DUI”, pero como desde europa no paraban de decirle que proclamando una “DUI” lo único que haría es perder fuerza su reivindicación, pues ahora las nuevas consignas son declarar una “DI” (la “U” se ha caído por el camino y a la que nos descuidemos creo que todo se quedará en una simple “D”).
Puigdemont está desde luego en una encrucijada, cruzar el Rubicón y no decepcionar a sus huestes de votantes, o recular para desescalar la tensión creciente, y que su discurso podría hacer estallar de una vez. Pero ese paso atrás podría interpretarse como una derrota (aunque también podrían venderlo con el trasfondo de aquello de una retirada a tiempo es siempre una victoria).
Hoy leo que Ramon Tramosa de Junts per Si, una posible salida para Puigdemont: hacer la declaración de independencia y luego al momento dejarla en suspensión. Hombre, ingenioso es un rato, aunque estos juegos del gato y el ratón ya cansan un poco. Y si estamos en estas, mejor que haga la declaración y convoque inmediatamente elecciones (plebiscitarias para unos y autonómicas para los otros, pero al menos con esa convocatoria todos los catalanes nos sentiremos llamados a las urnas y votando tal vez se mueven un poco las mayorías, y tal vez uno de los dos bandos cobre más fuerza y entonces encontramos entre todos una salida).
El otro día oí por la radio un twitter que que me hizo mucha gracia, creo que del mundotoday, pero no estoy seguro. Decía así:
Piqué sigue calentando el ambiente pidiendo diálogo. Menos mal que Iniesta ha puesto sentido común pidiendo diálogo. Grande el de Albacete!
PD.Ahora me entero que desde hace meses photobucket (el alojamiento de imágenes) ha cambiado su política "unilateralmente" y de ser gratuito ahora ha pasado ha pedirme unos cuantos dólares mensuales (Ya les vale). Voy a cambiar lo básico a cualquier otro lugar gratuito, y mi total desprecio hacia ellos. Mi política suele ser no pagar por las cosas de internet, ya que en principio entiendo que pagando se fomenta un internet en el que no creo (o será que no me sobra el dinero ja,ja).
Hace meses que no escribo nada aquí, debe ser la libertad del que no espera nada de este lugar. Aunque, claro, si pasa mucho tiempo vuelvo a echar los lazos aunque sea por puro sentimentalismo.
Me acabo de enterar de la muerte de Chris Cornell el que fue cantante de Soundgarden a la edad de 52 años. Nuestros gustos viven en gran parte en el territorio de nuestra adolescencia, y yo en los 90 comenzaba a sentirme tentado por aquellos sonidos sucios que venían de Seattle, y que dio lugar a aquel estilo musical que se denominó Grunge. Aún recuerdo la fascinación que me produjo la primera vez que un amigo me dejó oír de su walkman (que tiempos…) lo que creo que era una maqueta pirata de Nirvana.
A Chris Cornell tuve la fortuna de escucharlos en la sala Razzmatazz, invité a mi hermano por su cumpleaños que era el que me había introducido en grupos como Soundgarden, Rage Against de Machine, o Nine Inch Nails. En aquella ocasión cantaba Cornell formando parte de su nueva banda Audioslave (con los componentes de RATM). Y recuerdo que fue un concierto espectacular, con todo el suelo vibrando por los saltos del público.
Me da pena que Cornell haya muerto tan joven, pero creo que no sólo por él, sino que con su muerte se lleva también un pedazo de mi adolescencia. Pero bueno, la vida y la muerte son así, dispuestos a arrebatarte cosas en cualquier momento del camino. Sirva esta entrada para homenajearlo, con uno de sus éxitos más reconocidos: Spoonman
Y ya de paso un video de escépticos de Barcelona, donde Juan Soler (auténtico spoonman) enseña al genetista José Blanca los secretos de Uri Geller y su fabulosa cuchara.
Meetup literario. Ejercicio: el espíritu del Oulipo
Primero de todo feliz año!! A quién lo lea ja,ja.
Y ahora al lío. Desde hace unos meses acudo a las nuevos encuentros literarios que monta Juan Pablo, los ahora llamados Meetup literarios. No soy muy fan de las redes sociales, pero parece que ahora los llamados meetups están algo en boga y bueno en esas estamos.
Lo que hacemos allí, aparte de madrugar un poco los sábados, es recomendar todos algún libro que hayamos leído, y de paso algún tipo de ejercicio literario. Es un poquito de trabajo todo en sí que nos quita algo de tiempo, pero bueno también tiene mucho de juego, y el de repasar lecturas y compartirlas, y también en lo de no oxidarte demasiado respecto a la escritura. Para mi escribir siempre es un juego, un reto en el que uno compite contra sí mismo, como cuando Gregory Peck en Horizontes de Grandeza doma un caballo salvaje sin ningún interés en vanagloriarse de ello frente a los demás. Mi prosa no creo que alcance nunca el nivel de los escritores que me gustan, pero al menos cuando luego me leo salgo medianamente convencido que no lo he hecho mal del todo. Aunque luego claro que intento compartirlo, si no lo hiciera, sería un poco absurdo. Bueno a veces lo he hecho para desahogarme por algo, pero esa es otra historia.
Hoy voy a dejar aquí el último texto que he escrito para el meetup. Se trataba de hacer una “escritura trabada”, a modo de los juegos oulipianos. E igual que George Perec escribió su célebre libro El secuestro (en francés, La disparition) en el que Perec omite la letra “E” (en la traducción al castellano se omite la letra “A” al menos hasta que no haya otro valiente traductor que vuelva a plantear este juego desde cero).
En el texto que yo he escrito se trataba de escribirlo evitando la letra “U”, pero como soy más chulo que un ocho, me lo he montado para suprimir tanto la “U” como la “I”. Y éste es el resultado:
Llegaron para llevárselo todo. El tercer martes del sexto mes en el abandono de la gente, aprovecharon para llevarse las mañanas, las jornadas de los trabajadores se tornaron entonces pesarosas. Los rostros de los pobladores se transformaron con el extraño robo; de los ojos de los mayores serpenteaban mojadas gotas de dolor. El color negro cada vez ganaba más terreno. Los jornaleros protestaban al alcalde; los más temerosos rezaban para no ser dañados con otras raras venganzas. La octava noche del noveno mes aprovechando el descanso de los aldeanos robaron los olores de los árboles, de las plantas, de flores con olor a verano, del cereal acabado de segar. Todos lo lamentaron enormemente. Los corazones cada vez estaban más apenados. Los chavales apenas ya correteaban por las calles en los recreos. En el noveno mes pasó algo tan novedoso como brotado del azar, el atraco se elaboró de forma perfecta, estando los pobladores en la enana catedral en el centro de la aldea, donde rogaban al creador no perder la esperanza. Les robaron dos vocales de su elemental jerga de labradores de campos. El trato entre ellos se transformó entonces en caos, hablar entre ellos era horroroso, no encontraban palabras aptas, los mensajes campechanos se tornaron complejos. La torre de Babel se renovó en el moderno estandarte de los moradores. En la fecha de ayer el alcalde ha decretado dejar de hablar salvo menesteres forzosos. Por tanto, en esas estamos, oye.
Otro día cuelgo los otros ejercicios literarios que he escrito que también han quedado chulos, ja,ja. Y bueno, si no hay cambio de planes, la reunión será este Sábado 14 de Enero a las 11h. en el Sandwichez de Ronda de Sant Antoni en el piso de abajo. Por si alguien lee esto y le apetece venir… (y que sepa que puede venir aunque sea solo de oyente, que no es obligatorio recomendar ningún libro ni tampoco traer ningún escrito).
Hace unos días vi una noticia sobre las patentes que tanto Sony como Samsung estan desarrollando para sacar lentes de contacto que son capaces de hacer fotografías mediante el sencillo acto de parpadear (aquí es cuando todo el mundo exclama indignado: ¿cómo el dispositivo sería capaz de interpretar un parpadeo consciente de otro inconsciente? Bueh, no se me alboroten; lo único que suponemos al respecto es que los que hacen estas tecnologías son más listos que el resto de los mortales, y confiamos en ellos para resolver este fútil problema, aún así, si usted padece algún tic en los ojos le recomendamos que llegado el momento no se compre esta tecnología; la ciencia es ciencia, pero no hace milagros).
En la serie Black Mirror aparecían unas lentillas del estilo, que grababan en un video todo lo que los ojos de alguien veía, y luego así se podía rebobinar la acción para rememorar el momento que uno deseara, lo que en un matrimonio era un motivo de discusión ante la infidelidad de uno de ellos y la voluntad de su compañero que le mostrase lo que había hecho el primero/a mientras estaban separados. Ver para creer. ¡Pero lo útil que sería al menos para encontrar esas llaves que uno nunca encuentra cuando tiene que salir de casa!
De todas maneras, lo que si destacamos es que la tecnología avanza implacablemente, y es impresionante como las cámaras fotográficas se han ido reduciendo de tamaño. Los inicios desde luego fueron muy duros…
Esta entrada me hace acordar de ese texto maravilloso de Julio Cortázar que lleva por nombre: “El tesoro de la juventud”.
Hacía meses que no volvía por aquí, nunca tengo tiempo, y sin embargo llevo unos días en que he perdido el concepto del tiempo. Tal vez atrapado en el aquí y ahora como les gusta expresar a los filósofos orientales. La vida son altibajos, en los que te pones triste cuando las circunstancias te golpean y de ahí solo se sale amaneciendo un día con una enorme sonrisa en los labios. Unos días de tristeza, que se curan siempre al encontrar la pureza de algunos sentimientos. Ahora vuelvo a encontrar sensaciones y tal como un cerdo, me apetece revolcarme en el fango de mis palabras.
Hoy se ha dado la coincidencia de que quiero desbordar mi alegría, elevarla en grado, a la vez que es el Día Mundial del Ictus, y hay una chica a la que hace tiempo le quería rendir un pequeño homenaje, un camino empedrado de palabras, que como baldosas amarillas le guiaran hacia mi mundo de cariño y fantasía.
Se llama Isabel Palomeque, y detrás de ella hay una historia de superación muy especial. Hace más de diez años en un día cualquiera mientras disfrutaba junto sus compañeros de una cena de trabajo entre enfermeros, sufrió un dolor intenso en la cabeza, que le provocó la pérdida de conocimiento. Para entonces su vida había cambiado completamente. Despertó en la cama de un hospital sin poder hablar y sin apenas poder moverse (estamos acostumbrados a oír hablar de ataques al corazón, pero sin embargo hay un poco más de desconocimiento de lo que significa sufrir un ataque cerebrovascular; la segunda causa de muerte de España).
Isabel sufrió un ictus, que la llevó a las puertas de la muerte, y aunque el destino quiso que no las atravesase, si que la dejó estancada en un mundo de tinieblas. Los médicos no daban muchas esperanzas por ella y al principio creyeron que era un caso irreversible, donde ella siempre tendría que depender para cualquier cosa de los demás; atrapada en un estado de discapacidad tanto física como mental, de forma permanente. Como si de golpe, a cualquiera de nosotros tranquilos en nuestras plácidas vidas, nos colocasen en el tobillo un grillete con una pesada bola, y nos dijesen: ahora tendrás que arrastrarla toda tu vida.
A Isabel, que hasta entonces había sido enfermera, le pasó un poco como sucede en la película El doctor de la directora Randa Haines, donde a un médico le diagnostican un cáncer y de repente pasa al otro lado del telón, y en un cambio de roles el médico se transforma en paciente. Y una vez reconvertido en el papel de sufriente, le toca aguantar la deshumanización de todo el protocolario sistema médico.
Fue gracias al tesón de su familia, al apoyo de algunos amigos que no se difuminaron con la desgracia, y a su coraje personal, que Isabel comenzó una lucha para su recuperación acudiendo a centros más especializados en la rehabilitación. Y allí con cada batalla personal que le ganaba a su cuerpo, Isabel fue descubriendo que aparecía una brillante luz al final del túnel distinta a la anterior que casi le había arrastrado a la muerte. Una luz que le indicaba que podía volver a tener ganas de vivir, y seguir sintiéndose útil hacia el resto de la sociedad. Una nueva actitud ante la vida que más que condenarla, le había dado una nueva oportunidad. Y se dió cuenta, como a ella le gusta decir: “que el espectáculo debía continuar”.
Todo esto lo cuenta en su libro Alta Sensibilidad, uno de esos libros testimoniales que seguramente habrá servido para ayudar a otras personas que han sido aquejadas por ésta u otras enfermedades, donde el paciente pierde la esperanza.
Pero esta historia más que un final tiene en este punto un nuevo principio, y además lleno de hermosura. Un día Isabel se apuntó a un taller de danza integrada que se impartía en el centro de rehabilitación al que acudía, unos talleres de danza que dirigía el coreógrafo Jordi Cortés.
Al poco tiempo Isabel se había incorporado a la compañía de Jordi realizando el espectáculo V.I.T.R.I.O.L. Había comenzado una nueva Isabel Palomeque en la que se primaba desbordar la sensibilidad a través del movimiento.
Una historia que te toca el corazón, sin final aún, porque todo en la vida siempre es un comienzo.
Al final del video Isabel explica como solo puede mover una de sus dos manos, pero riéndose, dice que la otra que le queda: ¡como la mueve! Y con esto me viene ahora a la mente aquella canción cantaba el loco más loco del Clot, que decía aquello de: “no la compadezcas nunca, no se vaya a enterar” je,je.
Los lunes por definición son días tristes y más si llueve, como está sucediendo ahora mientras escribo. Tampoco ha sido un fantástico Halloween el que he disfrutado estos días. Así que entre unas cosas y otras, hoy me voy envolviendo con un manto de melancolía. Y uds tienen la mala suerte que deseo compartir mi estado emocional, así que por ello se me ha ocurrido colgar esta pieza del polémico compositor Camille Saint-Saëns (el compositor tuvo una vida algo disoluta para la época y de ahí lo del adjetivo). Quizás podría poner un emoticon en mi Facebook con cara tristona, pero yo soy más de blogs…
La famosa Danza Macabra de Camille Saint-Saëns está inspirada en un poema de Henri Cazalis, en el que se narra como la figura de la muerte acude a un cementerio y pasadas las doce de la noche comienza a tocar su violín como si de un zíngaro se tratase (siempre pensé que la muerte tiene algo de bella gitana), y con su música acaba levantando a los muertos que bailan al compás del vals, y que cuando acabe la melodía volverán a sus tumbas. Notan ya el frío... (quizás es que se acerca el invierno y el ejército de los muertos está algo revolucionado je,je).
Y ya de paso coloco un fragmento de un poema del poeta Leopoldo María Panero, uno de eso poetas al que se le admira tanto por su locura como por su genialidad.
DANZA DE LA MUERTE
Al salir de un bar, de algún refugio, en busca de mi más lejana guarida,
vi como una cadena de imbéciles se pasaban la muerte de mano en mano.
Era, sí, una danza, pero interrumpida por los besos.
Y allí la muerte no era aquella imagen cruel que otros conocieron,
sino una hermosa muchacha, casi un niño, o un hombre cuyos ojos morían de dulzura,
de la más terrible y espantosa que estuvo entre los hombres.
Y todos la amaban, y la llamaban con nombres de cariño y de amor,
nadie la temía, era como el pan que comparten los bárbaros.
Todo en la calle bailaba, todos los hombres danzaban,
sin saber lo que hacían, cantando como dementes, a la muerte,
que pasaba de mano en mano, con dulzura terrible, y para nada, por nada.
Me cuesta encontrar no tanto el tiempo sino el esfuerzo para escribir por aquí, porque aunque escribir es una tarea cuya insistencia sé que acaba dando frutos, siempre he tenido más alma de lector que de escritor. Sé que cuando uno escribe también es un proceso muy divertido –especialmente cuando uno intenta crear algún tipo de historia-, pero escribir también lo percibo como gastar una parte de mi ocio y lamentablemente el día perfecto para ser “correcto” debería tener el doble o el triple de horas… así todos nos pondríamos “a la hora”; formaríamos parte del engranaje del reloj con el que late la humanidad (disculpen si esto sonó demasiado pomposo), pero ahora, todos en cambio vamos siempre con prisas. Desearía conformarme con ser el hombre de la camisa feliz que disfruta en su tranquilo lago con el único pensamiento de sacar unos peces que le sirvan de alimento para subsistir, pero la verdad es que no sé como se hace esto (el pescar y el quedarse quieto). El dinero no es algo que me motive demasiado, pero siempre en cambio tengo ansias de aprender, así que no puedo estar esperando a que pique un pez porque eso significaría estar demasiado lejos de mis libros.
Así que volviendo al hilo, prefiero últimamente la lectura de cosas que me interesan, porque de ahí tengo la impresión de que saco un aprendizaje mucho más directo. Bueno, ustedes no me conocen, pero soy un poco como ese niño que una vez encontró San Agustín en la playa y que intentaba meter en un hoyo de arena toda el agua del mar, vamos, sintetizando, soy un soñador.
Pero la persistencia en este blog siempre ha tenido un sentido principal, como si se tratara de un eje alrededor del cual pivotan mis palabras, y este eje es la voluntad de rendir homenaje a las personas que por algún azar del destino descubro y creo que se merecen que al menos yo les rinda unas pocas palabras, como si este blog fuese mi particular Paseo de la fama, y yo me dedicara a grabar con cincel el nombre de una persona en cada uno de los posts. Y no quiero decir con eso que me dedique a rescatar a famosos del olvido -que lo intento hacer en parte-, pero este blog tiene aún mucho más sentido cuando uno de esos nombres que cito es el de alguien prácticamente desconocido, y aquí al menos le doy el minúsculo espacio que dejan unas cuantas líneas escritas de forma algo torpe, pero que llevan al menos un pedacito de mi corazón.
Vayamos al meollo del asunto, el otro día viendo la programación de BTV (sin duda mi cadena de televisión preferida, meto cuña, aunque me molesta un poco que no hayan renovado el programa de La Rambla), ví que anunciaban un documental que me pareció interesante: “El diari de Mònica” el cual narraba el homenaje que le daban los familiares y amigos a una chica que se había suicidado debido a unos brotes de esquizofrenia.
Así que me dispuse a verlo, y claro ver como una chica en la flor de su vida se suicida pues es tan incomprensible, que me hace estrujar mi cerebro, y preguntarme fue una si estaremos haciendo algo mal como sociedad (la respuesta obvia a esta pregunta genérica es sí, pero me refiero en el caso particular de esta chica).
Se llamaba Mònica Mateu i Lopez y parecía una adolescente bastante normal que dedicaba la mayor parte del tiempo a aprender a tocar la viola en el conservatorio. Una chica muy sensible, bastante guapa, con una familia que la quería y un novio que también estaba por ella. ¿Por qué entonces se suicida Mònica? Pues resulta que en cierto momento de su vida su cerebro le juega una mala pasada y según parece se inventa una especie de violación de varios muchachos (me imagino que los psicólogos y médicos tendrían sus razones para poder diagnosticarla con seguridad como esquizofrénica).
Para controlar esa esquizofrenia entonces le dan una medicación que le afecta a su día diario, ya que le provoca entre otros efectos temblores, y le impide poder seguir con su disciplina de aprendizaje de la viola, entre estas historias de médicos y convalecencias en algún centro de recuperación, pierde casi un año de su vida, y cuando se cree con las suficientes fuerzas para retomar el timón de su vida, descubre que el conservatorio al que acudía no le han guardado la plaza.
Ello sumado al continuo estado de miedo que sentía hacia su propia imaginación le jugase nuevas malas pasadas, y que cada dos por tres veía sombras que le atemorizaban, le llevan a una situación límite; miedo me imagino a volverse loca, o a sencillamente no ser capaz de vivir la vida. Finalmente en enero de 2004 decide acabar con su vida lanzándose desde una ventana (me hace recordar el caso de Patricia Heras del cual ya me ocupé desde este blog).
¿Cuánto miedo debe sentir uno para querer liberarse de esa manera? Sentir quizás que tu futuro se oscurece y pensar quizás que te has convertido en una carga para familiares y amigos. Quizás no pensar en nada, y solo un último deseo de saltar.
Sea como sea las directoras del documental Priscilla Aguirre y Alejandra Zolezzi conocieron a la madre de Mònica en una de las sesiones de duelo a las que regularmente acudía y les llamó la atención el hecho de que su madre les indicara que su hija había escrito un diario durante su enfermedad, y que ella ahora intentaba publicar. El diario llevaba por nombre “Nits d’insomni”. Un título que me parece perfecto y un diario que por supuesto me fascinaría leer, aunque solo fuera por intentar desentrañar la clave del por qué una chica que parecía tener todo el futuro por delante se acaba suicidando.
¿Sería una pieza fundamental de su suicidio ese insomnio del que habla? Yo suelo dormir plácidamente, y es raro que tenga una noche de insomnio. Normalmente me meto en la cama, y antes de que pase un minuto ya me he dormido y hasta el día siguiente, pero eso de no dormir debe ser una tortura. El otro día estuve en una charla de escépticos en el que se habló del sentido reparador del sueño y aprendí también algunas cosillas. Ya lo escribió Shakespeare en Macbeth: “¡El sueño, muerte de la vida de cada día, baño reparador del duro trabajo, bálsamo de las almas heridas, segundo servicio en la mesa de la gran Naturaleza, principal alimento del festín de la vida!”
Quizás el no dormir nos vuelva algo locos.
A veces pienso que la razón de que este tipo de casos siempre llame mi atención, es porque hubiera deseado estar allí cerca de ella y ayudarla en lo posible… o yo que sé.
Las cenizas de Mònica si no lo anoté mal se encuentran a los pies de un árbol en el pequeño pueblo de Montcortès, una población situada en la falda del Pirineo catalán.
Y si alguien está interesado en ver el documental que no dura mucho, lo puede ver aquí (está en catalán).