El fuego fatuo
Formas imprecisas que bullen al calor del latido del aire. Así bailan las llamas acercándose y separándose en un amigable corro sobre el tablado de la hoguera. Es noche iluminada por el ardor que te consume desde dentro y a mí por mirarlo. Malhaya los ojos negros; malditos tus ojos. ¡Y qué se incendie todo!
Canción del fuego fatuo
V Escena.
Lo mismo que er fuego fatuo,
lo mismito es er querer.
Lo mismo que er fuego fatuo,
lo mismito es er querer.
Le huyes y te persigue,
le llamas y echa a correr.
¡Lo mismo que er fuego fatuo,
lo mismito es er querer!
¡Malhaya los ojos negros
que le alcanzaron a ver!
¡Malhaya los ojos negros
que le alcanzaron a ver!
Escribía Quevedo en un soneto: el amor es hielo abrasador, es fuego helado (parece esto un anexo a los títulos de los libros de George R. R. Martin xD). ¡Y quién lo iba a decir que en este blog acabaría poniendo a Rocío Jurado! Pero de las versiones que he escuchado esta es una de las más raciales, y por tanto una de las que más me gusta. La canción del fuego fatuo es probable que ya haya pasado alguna vez más por este blog, porque la verdad es que siempre me ha fascinado tanto la música como la letra de este fragmento, que es de la quinta escena del Amor Brujo de Manuel de Falla.
Me pregunto qué quiso decir la escritora Clarice Lispector cuando en uno de sus relatos escribió: “Es mejor no casarse. Pero es mejor casarse que arder.” Total la escritora ucranianobrasileña acabó casándose y ardiendo (años después su cuerpo acabaría con graves quemaduras por un descuidado cigarrillo). Y esta situación me hace recordar esa escena de Million Dollar Baby (aunque sé que ya comienzo a pasarme con tanta referencia) cuando Hilary Swank le dice a Clint Eastwood aquello de “ir en avión y volver en coche”.
Bueh, este texto es un poco farragoso, pero es que estoy muy cansado, y mi mente somnolienta lo único que hace bien en estos momentos es divagar. Así que solo quería dejar constancia de que sigo vivo, aunque algo consumido por el cansancio y las llamas.
Etiquetas: Literatura, Música, Personal